La cumbre del clima de Bakú termina pidiendo “a todos los actores” aumentar la financiación hacia los países en desarrollo en al menos 1,3 billones de dólares al año para 2035 pero solo logra acordar un objetivo de 300.000 millones anuales.
La cumbre del clima de Bakú termina pidiendo “a todos los actores” aumentar la financiación hacia los países en desarrollo en al menos 1,3 billones de dólares al año para 2035 pero solo logra acordar un objetivo de 300.000 millones anuales.
El último día de negociaciones se dirime una grieta entre los que demandan más financiación para los Estados en desarrollo y los que quieren concretar el abandono de los combustibles fósiles: no son procesos desconectados, pero en Bakú lo parece
Activistas han expresado su preocupación de que la investigación sobre African Parks, la organización conservacionista cuya cabeza visible es el príncipe Harry, pueda resultar en una “cortina de humo”.
En los últimos años, con el objetivo declarado de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en particular de dióxido de carbono (CO2), y de superar las limitaciones de los biocarburantes, nuestros gobiernos y fabricantes de automóviles han insistido en la necesidad de desarrollar coches eléctricos.
En su último libro, «Disaster Nationalism» [Nacionalismo Desastre], el pensador marxista Richard Seymour explora cómo los movimientos extremistas de todo el mundo tratan de echar la culpa de catástrofes reales a enemigos ficticios.
El decrecimiento como movimiento social corre el peligro de ser cooptado por sectores del poder político y económico. Necesitamos prevenirnos. Por eso es clave identificar esos riesgos.
Desde hace más de dos décadas la mayoría de los gobiernos de países del primer mundo están poniendo en práctica una agenda de emergencia climática con el supuesto objetivo de combatir el “cambio climático”.