Vivimos en medio de pandemias, normalizadas por la fuerza de la costumbre.
Categoría: Territorios
La pandemia del Covid‑19 no es la causa de una gran crisis económica, sino que la aceleró. Esa crisis ya era efectiva antes de que esta plaga vinera a precipitar su expansión.
Los casos se multiplicaron a tal punto que algunos cadáveres yacen en los domicilios particulares. En paralelo, debió instalarse un cementerio improvisado y exclusivo para víctimas de la covid-19.
A partir del 3 de junio, Italia reanudará la casi totalidad de actividades tras prácticamente tres meses de aislamiento. El escenario económico y social no luce muy alentador. Volver a la “normalidad” de antes no parece ser una opción.
Lejos de estar en cuarentena desde el 10 de diciembre por haber arrastrado al país a un abismo irresponsable, algunos integrantes de Juntos por el Cambio se florean en los medios inyectando odio contra la estrategia oficial de preservar la vida durante la pandemia.
El matrimonio igualitario es un derecho humano, enmarcado en el ejercicio de un derecho civil que establece obligaciones y deberes, tanto de la ciudadanía como por parte del Estado.
El Consejo de Ministros aprobó ayer el ingreso mínimo vital, una medida que ha sido objeto de polémica en las últimas semanas mientras miles de familias sin recursos estaban pendientes de su implementación.
Como señala Klein, con la excusa del virus «se nos está vendiendo la dudosa promesa de que estas tecnologías son la única forma posible de proteger nuestras vidas».