El temor a una generación perdida de jóvenes sin empleo y con serios problemas para emanciparse colea ya desde hace años. Fue en 2010 cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hizo saltar las alarmas. Sin embargo, es estos días -tres años después y con 5,5 millones de jóvenes en paro en toda Europa– cuando […]
El temor a una generación perdida de jóvenes sin empleo y con serios problemas para emanciparse colea ya desde hace años. Fue en 2010 cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hizo saltar las alarmas. Sin embargo, es estos días -tres años después y con 5,5 millones de jóvenes en paro en toda Europa– cuando los líderes de la Unión Europea se reúnen con el único cometido de lanzar un plan europeo contra el paro juvenil. Su eficacia, eso sí, está por ver. ¿Por qué?
1. El dinero : los socios europeos han comprometido gastar 6.000 millones de euros entre 2014 y 2015, en lugar de entre 2014 y 2020, tal y como estaba previsto. Es decir, concentran el esfuerzo económico en dos años. Aunque España será uno de los países que más dinero reciba -1.900 millones de euros, como respuesta a su elevada tasa de paro juvenil, de casi el 57%-, la cantidad no parece tan elevada si se compara con el número de jóvenes menores de 25 años en paro: 960.400, según la última Encuesta de Población Activa. Así, en este plan de choque se invertirán algo más de dos mil euros por desempleado joven. Por mucho que de de sí, la partida tendrá que repartirse en un momento en el que los servicios públicos de atención a parados están colapsados y las políticas activas de empleo, en mínimos tras un recorte de prácticamente el 50% en los dos últimos años. De hecho, en los Presupuestos Generales de 2013 se recortó en 2.000 millones de euros las políticas activas de empleo. la misma cifra que ahora pretende reinyectar a Europa y que nos llevaría a la situación de 2012, que ya de por sí era raquítica. Casi todas las comunidades autónomas -que tienen la competencia de ayudar a los parados a buscar empleo- han despedido a los orientadores laborales de los que disponían. Es decir, serán 1.900 millones en medio de un desierto.
2. En qué gastarlo: para disponer del dinero los Estados tendrán que presentar un plan de empleo juvenil en el que detallen sus medidas de aquí a final de año. El Gobierno dice que aún no ha decidido en qué gastarlo, pero Mariano Rajoy ha apuntado una idea: hacer una rebaja selectiva de cotizaciones para los contratos de jóvenes. El presidente insistió ayer en que la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven que el Ejecutivo aprobó hace una semanas incluye varios incentivos económicos a las empresas para que contraten jóvenes que vendría bien impulsar.
Es justo lo contrario de lo que los sindicatos y muchos economistas proponen desde hace tiempo, que es mejorar las políticas activas y las opciones de formación de las personas en paro, en lugar de seguir acumulando bonificaciones que no consideran tan eficaces. Es más, CCOO y UGT han planteado una subida temporal de cotizaciones para aliviar las cuentas de la Seguridad Social y evitar otra reforma de las pensiones. No solo eso, también Alemania se ha mostrado reticente a que el dinero se gaste en este tipo de ayudas a las empresas. La rebaja de cotizaciones sí sería del gusto de la CEOE, que lleva años pidiendo una medida similar.
3. La garantía juvenil: el objetivo de los miembros europeos es desarrollar la llamada ‘garantía juvenil’ que ya funciona en algunos países y que consiste en desarrollar los mecanismos necesarios para que cualquier joven que esté en paro reciba en, como mucho cuatro meses, alguna oferta de empleo o de formación adecuada a superfil. Suiza, por ejemplo, tiene en marcha esta garantía juvenil y, entre las ofertas que hace a los jóvenes, está un sistema parecido a la formación dual, donde los jóvenes trabajan durante varios meses en una empresa o junto a un profesional liberal del que aprenden la práctica profesional. En la situación actual, parece complicado que España pueda garantizar una oferta de empleo o formación a un jóven en menos de cuatro meses. Además, el Gobierno aún está tratando de desarrollar el sistema de formación dual en España.
4. El calendario: aunque el dinero y las fechas -2014 y 2015- estén sobre la mesa, es ahora cuando el paro juvenil está en sus niveles más elevados. Esperar, como mínimo, al año próximo para comenzar a poner en marcha medidas cuyo efecto puede tardar aún más tiempo en llegar es tener asegurada una tasa de paro juvenil por encima del 50% durante los próximos meses. Hay muchas dudas también sobre el efecto de las bonificaciones: la reforma laboral ya incluía algunas, como las del contrato para emprendedores, que apenas han tenido impacto en la contratación.
5. Las previsiones económicas: y es que el Gobierno ya ha reconocido en sus propias previsiones macroeconómicas que el mercado laboral estará peor en 2015 que cuando llegó al poder. El desempleo seguirá por encima del 25% hasta 2015. Si se cumplen las previsiones, al acabar la legislatura la tasa de paro se situará en el 25,9%, tres puntos por encima del 22,8% de nivel de paro que había cuando Mariano Rajoy ganó las elecciones, en el último trimestre de 2011. Es decir, el Gobierno da por perdida la legislatura en términos de empleo, así que cualquier plan parece más un intento de poner algunos parches que de dar un giro al mercado laboral.
Fuente; http://www.eldiario.es/economia/dudas-plan-empleo-juvenil_0_149785230.html