Traducido por Àngel Ferrero
La izquierda alemana adoptará su programa electoral definitivo bajo la sombra de las peleas entre las diferentes alas del partido. Sahra Wagenknecht habló con Welt Online sobre los objetivos, la superación del capitalismo, su rechazo a aproximarse al SPD y el supuesto antagonismo entre Este y Oeste en el partido.
WELT ONLINE: Mucho se hablado últimamente de las disputas entre «radicales» y «pragmáticos» en el seno de la Linke. ¿Espera algún altercado en el congreso del partido?
Sahra Wagenknecht: No, se le ha dado demasiada importancia a eso. Obviamente, hay ciertas personas en la Izquierda que tienen sus objeciones a un programa claramente anticapitalista, que habrán de discutirse. Pero nada de eso romperá al partido.
WELT ONLINE: ¿Espera algún rechazo de importancia en el contenido del programa?
Wagenknecht: Espero que el programa para las elecciones al parlamento mantenga su esencia. Es un programa claramente de izquierdas. No hay ninguna razón para atenuar las reivindicaciones que contiene.
WELT ONLINE: Usted ha redactado un borrador alternativo, con una retórica mucho más drástica. ¿Permitirá que rebajen su contenido?
Wagenknecht: No, no lo creo. Lo he entregado para que se formulen en el programa del partido reivindicaciones sociales consecuentes y se señalen las causas de la crisis económica, que descansan en las relaciones de poder y propiedad capitalistas. Por esa razón no nos encontramos solos en nuestro objetivo no de embridar al capitalismo, sino de superarlo. Eso es lo que allí se explica.
WELT ONLINE: El conflicto de fondo del partido -la cuestión de si se perfila como un partido de gobierno o un partido fundamentalmente de oposición- sigue irresuelta.
Wagenknecht: Yo reformularía la cuestión del conflicto en otros términos. No estoy en contra de entrar en el gobierno si se da la mayoría correspondiente, pero siempre he estado en contra de acercarnos al SPD en la formación de un gobierno. El SPD actual es neoliberal, con Steinmeier y compañía no se puede hacer una política en interés de la mayoría. Prueba de ello es la pérdida de votos del SPD en las elecciones europeas.
WELT ONLINE: Pero tampoco la Izquierda queda muy lejos, pues no ha conseguido los resultados que esperaba, y eso en plena crisis del capitalismo. ¿A qué se debe?
Wagenknecht: Muchos de quienes ven una amenaza en la actual Unión Europea de las multinacionales y la libertad de capitales se quedaron simplemente en casa durante las elecciones. Para nosotros no ha sido, claramente, ningún éxito no haber dado una respuesta a su sentir, que es el de una izquierda que preste su voz y plantee un enérgico discurso de protesta contra estas circunstancias. Ése fue el problema fundamental.
WELT ONLINE: ¿Su respuesta como europarlamentaria?
Wagenknecht: El contenido de nuestras consignas era el correcto, pero tuvimos también que llevar unas elecciones marcadas por las protestas y la oposición.
WELT ONLINE: Estas elecciones las han ganado, sobre todo, los liberales. A usted y a otros políticos de izquierda se les responsabiliza del «descontento social». Quizá debería la Izquierda aceptar que la mayoría de la población quiere mejorar el capitalismo más que superarlo.
Wagenknecht: Pero la mayoría de la población está intranquila, tiene miedo. Nosotros les pusimos en guardia ante la política dominante, les advertimos de que la crisis la pagarían los trabajadores y no los especuladores ni los accionistas, en quienes debería buscarse la responsabilidad y a quienes se debería plantar cara resistiéndoles y con huelgas generales. Eso siempre me ha parecido de lo más urgente.
WELT ONLINE: De momento parece que está sucediendo otra cosa, mientras ustedes se despedazan entre sí en vez de movilizar a las masas. Recientemente han visto una espectacular sangría de militantes.
Wagenknecht: ¿Espectacular? Algunos que se han marchado a la tercera fila. Es algo que tiene que ver con el contenido, pero también con que, para muchos, un partido, cuando sus escaños parlamentarios peligran, pierde su valor rápidamente. Aquellos que ahora tan duramente nos critican pueden llevarse si quieren sus conceptos de vuelta a un partido de izquierdas como el PDS [el extinto Partido del Socialismo Democrático, N.T.], y entonces, como en el 2002, se hundirán por debajo del 5%. No deberíamos permitir que volviese a ocurrir algo así.
WELT ONLINE: A propósito del Comité Nacional: el presidente del partido, Oskar Lafontaine, ha sido nuevamente criticado por su estilo de dirección. El término «lafontainismo» ha saltado una vez más a la palestra.
Wagenknecht: Es ya un lugar común decir que con Oskar Lafontaine se garantizan titulares en los medios de comunicación. Lo último que busca la Izquierda es un desmantelamiento para la población, en quienes siempre ha pensado. Sin Oskar Lafontaine la Izquierda no estaría donde hoy se encuentra.
WELT ONLINE: La Izquierda celebra su segundo año de existencia, con una mayor consolidación entre Este y Oeste, aunque muchos dentro del partido no lo piensan así, sino todo lo contrario.
Wagenknecht: No existe ninguna oposición abstracta Este-Oeste. Conozco a muchos militantes del Este que están increíblemente contentos de que la Izquierda se abra camino, formule posiciones de izquierda consecuentes y no se deje llevar por una inconsecuente obsesión por entrar en el gobierno, como ocurrió antes en Berlín.
WELT ONLINE: En una ocasión usted dijo que consideraba el sistema político de la RDA como mejor que el de la RFA. ¿Lo sigue creyendo?
Wagenknecht: Eso debió de ser hace mucho tiempo. La pregunta es, de todos modos, irrelevante, pues la RDA hace ya 20 años que murió. Naturalmente, no diría nunca que el sistema político represor era lo mejor de la RDA. Pero el sistema educativo ofrecía una mayor igualdad de oportunidades, y el sistema sanitario no dependía de la cartera de cada uno. Una afirmación así sí que la suscribiría.
WELT ONLINE: ¿Fue en su opinión la RDA un estado injusto (Unrechtsstaat) [1]?
Wagenknecht: Sin ninguna duda la RDA no fue un estado de derecho y se daban flagrantes injusticias. Pero la noción de estado injusto (Unrechtsstaat) procede del debate sobre el fascismo hitleriano. Todo comparación apresurada de la RDA con la dictadura asesina nazi es una falsificación de la historia.
WELT ONLINE: Usted misma aspira a un escaño en el parlamento [por Renania del Norte-Westfalia, N.T.]. ¿Cuál es su objetivo principal cuando lo consiga?
Wagenknecht: Naturalmente, político, y por encima de todo, proporcionar una alternativa a la política económica a la que hoy tenemos.
WELT ONLINE: El diario Bild recientemente la ha elegido como una de las 100 mujeres más eróticas de Alemania. ¿Le halaga?
Wagenknecht: Ya he estado antes en todo tipo de listas, incluida una desafortunada de las «100 mujeres menos sexys.» Afortunadamente allí estaba en la parte baja de la lista. En fin. Lo último que quisiera es convencer a la población por mi erótica en vez de por mis ideas políticas.
Sahra Wagenknecht es miembro del Comité Nacional de la Izquierda (Die Linke) y europarlamentaria. Forma parte de la comisión encargada de redactar el programa electoral de la Izquierda.
Nota de traductor: [1] Juego de palabras intraducible entre Rechtsstaat (estado de derecho) y Unrechtsstaat («Unrecht», injusto; «Staat», estado).
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Enlace original: http://www.welt.de/politik/article3954333/Sahra-Wagenknecht-verspottet-neoliberale-SPD.html