Recomiendo:
0

«Con la verdad ni ofendo ni temo»

Fuentes: Rebelión

«Con la verdad ni ofendo ni temo», respondía el presidente Chavez a Rodríguez Zapatero cuando éste salió a defender a Áznar. Y es que ya está bien de tener que tragarse la barbarie con la que se trata a los más débiles, en éste caso a los pueblos de Latinoamérica. Si hay alguien que trata […]

«Con la verdad ni ofendo ni temo», respondía el presidente Chavez a Rodríguez Zapatero cuando éste salió a defender a Áznar. Y es que ya está bien de tener que tragarse la barbarie con la que se trata a los más débiles, en éste caso a los pueblos de Latinoamérica. Si hay alguien que trata de representar a los trabajadores y denunciar a quienes representan a los poderosos, que lo son a base de robar a los pueblos dominados por gobiernos corruptos y asesinos, inmediatamente le saltan encima todos los que comparten de una manera o de otra los postulados de los elementos minoritarios pero dominantes. Los periódicos en su inmensa mayoría, las cadenas de televisión, de radio, todos los medios de comunicación vierten la opinión de quien les paga, la injusticia cobra a veces carácter de ley a fuerza de repetirse. ¿Qué buscan con eso?, que nadie se atreva a defender posturas en contra de ellos, que se establezca la idea de que no se puede hacer nada, que no se tenga la posibilidad de unir respuestas en contra porque ese es el camino para que el pueblo se sienta pueblo, con intereses diferentes a los que mandan y pagan a quienes defienden el mundo injusto. «… la verdadera paz será el día cuando haya justicia» declaró el presidente venezolano Chavez. Tampoco ofendió a quienes queremos justicia social el que dijese: «…Es una falacia, no existe el libre comercio. Comercio justo quisiéramos. Pero lo que hay es una competencia feroz donde el más débil sale perdiendo». Y recordó cómo Áznar, defensor de la guerra contra el pueblo de Iraq junto a Bush para instalar el negocio de las empresas petroleras (ha tenido que ser el último que ha dicho esto Alan Greespan presidente de la Reserva Federal Estadounidense), Áznar, decía, apoyó el golpe de Estado de Carmona Estanga en Venezuela contra el presidente Chavez, que fue elegido por la mayoría del pueblo venezolano. El tal Carmona, un opulento empresario vinculado a los sectores que se llevaban el petróleo a EEUU con la sola extracción, manteniendo al pueblo en la miseria y el analfabetismo, vinculado a las mafias de Miami, habiendo preparado el golpe de Estado con la CIA y la financiación del gobierno de EEUU y su amigo e inversionista de la guerra Áznar, pasó antes de llevarlo a efecto por Madrid para informar y que le hiciesen la banda presidencial que pensaba lucir como presidente golpista, en un establecimiento sastrería de confección de trajes militares sito en una calle próxima a la Puerta del Sol en Madrid, calle que conecta el Ayuntamiento de la capital y el edificio de la Comunidad de Madrid, en tiempo del fascismo centro de operaciones de la policía política. En esos días el tal Carmona se reunió con el presidente Áznar y luego el oligarca se lanzó al estrellato y el éxito antidemocrático le duró apenas unas horas, pero esas pocas horas en que se autonombró presidente asistieron a reconocerle y felicitarle el embajador de Bush, también presidente electo fraudulentamente de EEUU, ¿lo recuerdan?, y…el embajador del gobierno de Áznar, su amigo de guerras y empresas petroleras. ¿Qué pensar de semejante persona?. Pero no fue el recuerdo de semejante asunto que merece la condena de cualquier demócrata el único que levantó del asiento a alguno, también Chavez hizo referencia a la violencia desatada por la derecha boliviana que apoyada por la embajada de EEUU boicotea la Asamblea Constituyente: «El pueblo eligió una Asamblea Constituyente… (y) no se ha permitido que funcione». «Hay que tomar en cuenta los factores que hoy actúan y tratarán de evitar por violencia los cambios en Venezuela, en Bolivia, en Nicaragua. Ni que decir en Cuba».

Desde la mitad del siglo XX EEUU ha derrocado 50 gobiernos elegidos porque no los controlaban y sus multinacionales tenían por delante el control de sus robos. Por medio de los golpes de Estado los gobiernos de EEUU han asesinado a millones de personas, matanzas generalizadas que los gobiernos colaboracionistas han callado y que cuando algo, por pequeño que sea, a la luz, acuden a tapar los representantes más significados de cada sitio. Todos los pueblos de Latinoamérica conocen a los asesinos, a sus ladrones y van apuntando los nombres de sus insignes defensores: recordamos Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Bolivia (en estas fechas recordamos el asesinato de Che Guevara), Panama, Grenada, y cómo el cerco a Cuba. En su intervención el presidente Chavez dijo: «No nos pidan que borremos la historia… Lo último que uno puede hacer es borrarse». Pero también Daniel Ortega, presidente de Nicaragua declaró: «Esa empresa (Unión Fenosa)… llegó con los gobiernos peleles. Nosotros no le hubiéramos dejado entrar a Unión FENOSA… Le entregaron el 47 por ciento de la energía a empresas privadas,…, los inversionistas compraron mediante actos de corrupción las empresas generadoras que estaban en buen estado donde podían sacarle utilidades y ganar lo que estaban dando por la empresa en un año». «Son una mafia. Es una estructura mafiosa, tácticas gansteriles dentro de la economía global de las que son victimas nuestros países por culpa de los gobiernos peleles». Daniel Ortega declaró en otro momento algo que se refiere a las elecciones democráticas en Nicaragua: «los embajadores españoles reunieron en la Embajada de España a las fuerzas de derecha para unirlas para que no triunfara el Frente Sandinista». Y esto lo hicieron con el gobierno que sucedió al de Áznar.

El «¡Por qué no te callas!» espetado por el mandatario no elegido democráticamente al presidente de la república venezolana apoyado en 11 procesos electorales y democráticos reconocidos por todos los organismo internacionales, habla de su nerviosismo ante la protesta de los representantes de los pueblos que se defienden contra los golpistas, descendientes de golpistas, multinacionales, e imperios guerreristas, habla de sus intereses y sus fines, y de a quién defiende cuando se plantea el problema de la justicia democrática y social. Pero de la misma manera los defensores de menor rango ponen la cara en la defensa de quienes expresan más ordinariamente los intereses de las multinacionales, de los bancos, de las oligarquías nacionales, porque les han encargado el establecimiento de una línea de defensa con barniz de modales educados: la línea que pretende parar las denuncias de los pueblos desviando la atención a las formas más conservadoras, más burguesas, decir a los que protestan lo que pueden decir y lo que no, y cómo debe decirse vacío de contenido. La línea de defensa de las palabras que aparentan educación para ocultar la injusticia, se representa por su vacío en el lenguaje impreciso ante lo que interesa, pero también se representa por sus acompañantes y por sus defendidos, insignes defendidos; esa es su concepción del mundo y ahí está su línea de defensa del modo de vida elegido y que normalmente oculta, o no declara con transparencia. Al revés de aquellos a los que recrimina y boicotea. Con la verdad ni ofendo ni temo.