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Italia

Congreso de Refundación Comunista. El revisionismo autoritario

Fuentes: Contropiano/Rete dei comunisti

Las conclusiones del congreso del PRC están destinadas a pesar sobre la situación de los movimientos sociales y de la izquierda italiana, y desgraciadamente pesarán en negativo. El hecho de que se llegase al congreso con cinco documentos alternativos todos entre si, indica bastante claramente tanto la aspereza de la divergencia política interna como la […]

Las conclusiones del congreso del PRC están destinadas a pesar sobre la situación de los movimientos sociales y de la izquierda italiana, y desgraciadamente pesarán en negativo.

El hecho de que se llegase al congreso con cinco documentos alternativos todos entre si, indica bastante claramente tanto la aspereza de la divergencia política interna como la profundidad del giro político impreso desde el liderazgo de Bertinotti.

Los cinco documentos eran respectivamente:

a) El de la mayoría de Bertinotti, compuesto exclusivamente por las 15 tesis del secretario.

b) El de la relevante minoría «leninista» de Grassi (miembro de la secretaría)

c) Los tres documentos de las tres minorías trostkistas internas: Cuarta Internacional (el senador Luigi Malabarba y el subdirector de Liberazione Salvatore Cannavó); Proggeto Comunista (Ferrando y Grisolia) y Falce e Martello.

El congreso terminó con un partido casi roto por la mitad. Bertinotti ha obtenido el 59 % de los votos, Grassi el 27% y los otros documentos el resto.

Pero Bertinotti y su secretaría -como habían anunciado ya antes del congreso- han elegido «no hacer prisioneros» y en consecuencia, han dejado fuera de la secretaría y de la dirección a todos los miembros de las minorías para poder asegurar la gobernabilidad de las decisiones tomadas. Por otra parte, también reconociendo que permitirán una representación en los grupos parlamentarios también a los exponentes de la minoría, han introducido el vinculo de disciplina en el voto. De este modo, el eventual próximo gobierno de Prodi verá asegurada la disciplina férrea de los parlamentarios de Rifondazione a su sustento. El congreso ha sido también gestionado de un modo extremadamente autoritario. ¿Pero que había en juego para que se requiriese esta dureza?.

El problema, de hecho, no era solo de método. Es la sustancia de las decisiones la que aclara la naturaleza de fondo.

Dentro del PRC se ha realizado el giro «revisionista» impuesto por Bertinotti en los últimos años. Sería un error pensar que tal giro sea un problema reciente. Este giro hunde sus raíces en la ambigüedad sobre la que Bertinotti llegó a ser el secretario del Partido en el congreso de 1994. Pensamos que ha sido el único caso en el mundo, en el que una personalidad afiliada hace poquísimos meses a un partido es elegido secretario. Bajo muchos aspectos las circunstancias obligaron más a la «asunción de un manager» (decidida mediante un acuerdo entre Cossutta y Magri para que fuese una personalidad la que mejorase la imagen del partido) que a un proceso democrático de formación de una línea política y de un grupo dirigente encargado de gestionarla. Esta anomalía – que los militantes del PRC han increíblemente aceptado en estos diez años- es la ambigüedad de fondo que ha consentido los repetidos y continuos giros «tácticos» del secretario del PRC.

¿Lucha dura por el New Deal?

En los últimos años. Bertinotti ha finalmente llevado a cabo una revisión de 180 grados contra todo residuo de cultura comunista dentro del PRC. La elección de la «no violencia» ha servido solo como aspecto público de un proceso de demolición cultural en el partido. El horizonte del cambio social, de hecho, ahora no va más alla de un reafirmación de una estrategia neo-keynesiana y, en el plano internacional, del más descarado eurocentrismo. Bertinotti ha recuperado y hecho propio todo el sistema histórico y cultural de los gobiernos de centro-izquierda de los años Sesenta, cuando el PSI estuvo en el gobierno con la Democracia Cristiana. Si el objetivo de los movimientos sociales que se han batido «por otro mundo posible» debe reducirse al New Deal o a la reintroducción de la política económica, será necesario que muchos compañeros empiecen a plantearse serias preguntas y a darse -rápidamente- respuestas igualmente serias.

Pero para hacer más rápido y profundo este giro revisionista se ha tomado la decisión repentina de pasar de la autonomía a la plena cooptación en el centro-izquierda con vistas a la entrada en el gobierno. El congreso ha visto a Bertinotti afirmar que el PRC entrará a formar parte, con sus ministros, de un posible futuro gobierno de Prodi.

A ningún lado han ido a parar los razonamientos de las minorías (Grassi y Malabarba) que vanamente han pedido al menos discutir los contenidos y los programas antes de dar vía libre a la alianza de gobierno. La corriente de Grassi no era contraria a la participación en el gobierno, pero pedía verificar antes su factibilidad sobre la base de acuerdos claros sobre el plano social y el de la política internacional. Las dos principales minorías trostkistas (Malabarba y Ferrando) eran- con tonos más o menos radicales- contrarias a una alianza de gobierno, limitándose a defender una alianza electoral.

La mutación genética en el PRC

Estos últimos años han sido un verdadero y propio «calvario» para los militantes del PRC. Solo para los militantes. No se trata solo de un simple detalle, porque la militancia activa ha ido desapareciendo cada vez más dentro de una mutación genética que ha visto al PRC convertirse progresivamente en un partido que se rige sobre los concejales, sobre los consejeros en los consejos de administración de las haciendas locales, sobre los funcionarios y sobre los grupos parlamentarios. El partido fundado sobre los militantes está ahora desaparecido y resiste solo en los ámbitos minoritarios de las corrientes internas (por ejemplo el Ernesto).

Se trata de una mutación profunda de la composición social del PRC sobre la cual el giro revisionista ha podido enraizar profundamente. Se trata de una composición social interna que, en la perspectiva de gobierno antepone muchas de sus ambiciones materiales y personales y que confina la política en posición fuertemente subalterna a ellas. La campaña electoral en curso en estos días por los gobiernos de las regiones, está ofreciendo un espectáculo devastador de individualismo, competición, y ruptura del pacto de solidaridad interno entre los varios candidatos del PRC.

Algunos afirman bastante explícitamente que con el congreso del PRC de Venecia hemos asistido a una «Bolognina» (1). La mayor parte de las pruebas indican que la disolución del PCI se había producido antes en el interior del propio partido a través de su mutación genética.

El congreso del PRC de Venecia concluye por lo tanto un recorrido ambiguo que ha tenido también momentos «tácticos» importantes. Nada excluye que en breve, la fortuna, los medios de comunicación y la debilidad de alternativas creíbles, ayuden a Bertinotti a obtener buenos resultados en términos electorales. Pero, en realidad, el espacio político para una recomposición avanzada de las fuerzas y de la subjetividad comunista en Italia se abre como una pradera y como una exigencia real. Para quienes en estos años están trabajando para reconstruir la independencia de un proyecto comunista en Italia y en Europa- o también solo de una izquierda alternativa, consecuente y dinámica- lo mínimo que se puede decir es….bye, bye Bertinotti.

(1) La Bolognina, en el lenguaje político italiano indica la sección del PCI en la que en el 1989 Achile Ochetto anunció el cambio de nombre del partido, la disolución del PCI y el radical cambio de estrategia.

Traducción para Corriente Roja de Carlos Gutierrez