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Constitución Europea: La aventura de informarse

Fuentes: Rebelión

En el año 2001, en Laeken (Bélgica), los jefes de Estado y de Gobierno de los paises pertenecientes a la Unión Europea decidieron convocar lo que se dió en llamar «Convención Europea» que se encargara de modificar, y en cierto modo, refundir los tratados existentes a nivel europea en un documento. La «Constitución» que se […]

En el año 2001, en Laeken (Bélgica), los jefes de Estado y de Gobierno de los paises pertenecientes a la Unión Europea decidieron convocar lo que se dió en llamar «Convención Europea» que se encargara de modificar, y en cierto modo, refundir los tratados existentes a nivel europea en un documento.

La «Constitución» que se sometera a referendum nace, pues, de ese encuentro en Bélgica. La «Convención Europea», cuya fundación y composición se hace a espaldas de los ciudadanos, comienza sus sesiones el 28 de Febrero de 2002 bajo la presidencia de Valéry Giscard d´Estaing. En la «Convención» participan 105 representantes de los gobiernos que pertenecen a la UE y de los países candidatos a la adhesión, miembros de los parlamentos nacionales, del Parlamento Europea y, por supuesto, de la Comisión Europea, todos ellos sin un mandato claro, sin una verdadera supervisión por parte de la ciudadania y con una tremenda opacidad en su actuación. Los panfletos de la Oficina de Publicaciones de la Unión Europea se jactan de que se publicaron todos los documentos oficiales y de que se efectuaron amplias consultas a la «sociedad civil» pero, por supuesto, nada dicen de los documentos no oficiales -en los que, cabe suponer, estaba la verdadera chicha– ni hace mención alguna respecto a quien se hicieron esas consultas «a la sociedad civil». Tras dieciséis meses de trabajo la «Convención Europea» tenia lista su propuesta, que finalmente fue aprobada el 18 de Junio de 2004.

Respecto a la «Constitución» Europea se ha hablado bastante en los mass-media pero sin decir demasiado, CC.OO. y UGT dieron su bendición al texto (dedicandole el 1º de Mayo de este año), de sde el programa Gran Hermano -el buque insignia de la telebasura- comentaban las bondades de la «Constitución» y ahora el Gobierno busca el apoyo de los más famosos futbolistas para que hagan lo propio. El Gobierno y los mass-media quieren dar la impresión de tener una sana intención de informar a los ciudadanos pero, como cada vez es más obvio, unicamente se dedican a hacer una descarada propaganda a favor del ´Sí´.

El que suscribe, en su afán de conocer bien el texto y ante lo caro que resulta imprimir las más de 200 paginas del mismo, decidió hacerse con una copia en formato tradicional. Lo que en principio parecia una misión sencilla resultó ser una gesta irrealizable. Visité nueve librerias madrileñas, entre las que se contaban seis especializadas en textos juridicos, para encontrarme con  que tan solo en una de ellas habian tenido el infame texto de la «Constitución» Europea (digo ´habian´ porque ya no quedaban). No me sorprendió en absoluto que en una de las librerias, tras comentarme que ni tan siquiera les habia sido ofrecida la obra ni la habian visto en catalogo, la empleada del establecimiento me dijese que «Eso es que no quieren que la leamos».

Tras fracasar nueve veces en mi afán de conseguir una copia en papel de la «Constitución Europea» decidí acercarme a la sede en Madrid de la Comisión Europea en Madrid (en el Paseo de la Castellana 46) pensando -ingenuamente- que allí darian solución a mi problema. Tremendo error: Fuí informado de que hasta mediados de Enero no habria allí copias disonibles y al hablar yo del «Proyecto de Constitución Europea» fuí secamente interrumpido con un tajante «Constitución Europea. Ya esta aprobada» por una señorita que, por su gesto y su tono, parecia estar a punto de añadir «No hace falta que votes, imbécil». Me fueron ofrecidos, en cambio, todos los folletos editados por la Unión Europea sobre el tema que, obviamente, son publicidad a favor de la UE y su «Constitución» que, para colmo, se han pagado con nuestro dinero.

Ante lo visto y vivido no me produjeron ninguna extrañeza los resultados de la última encuesta del CIS y el Real Instituto Elcano: El 84 por ciento de los españoles desconoce la Constitución europea a dos meses del referéndum pero, sorprendentemente, el 42 por ciento se muestra a favor del documento. Nada deberia sorprendernos la situación, la falta de información suplida con telebasura, futbol y demagogia es una realidad desde hace mucho tiempo. Falta por ver si los movimientos sociales y la inteligencia nos sorprenden.