Si es que se pudiera pensar la ruta del pensamiento libertario de manera unitaria, habría que admitir que el paso de la filosofía especulativa a la filosofía práctica, del pensamiento que se limitaba a explicar el mundo al pensamiento que trata de cambiar el mundo, desemboca con toda su complejidad y potencia en los procesos […]
Si es que se pudiera pensar la ruta del pensamiento libertario de manera unitaria, habría que admitir que el paso de la filosofía especulativa a la filosofía práctica, del pensamiento que se limitaba a explicar el mundo al pensamiento que trata de cambiar el mundo, desemboca con toda su complejidad y potencia en los procesos del desarrollo local, la prioridad de sus componentes, el territorio, la población, la cultura, las perspectivas éticas, políticas y económicas de una comunidad.
Estos procesos de desarrollo, hay que decirlo, son opuestos a la lógica del capital y a sus prospectivas de progreso y desarrollo que han distorsionado las lecturas de la realidad en el establecimiento (impuesto) de estilos de vida donde el ser humano y la naturaleza son cuestiones de segundo orden. En un mundo que gradualmente va perdiendo la claridad sobre lo que es correcto, el Sumak Kawsay, el Buen Vivir, se presenta como una seria alternativa para levantar procesos alternativos, respetuosos de la diversidad cultural, de la naturaleza, y de las personas.
El Programa en Población y Desarrollo Local Sustentable PYDLOS de la Universidad de Cuenca como parte del Programa de Cooperación Interuniversitaria e Investigación Científica, está organizando desde el próximo 8 de noviembre en la ciudad de Cuenca-Ecuador, el Primer Encuentro Internacional construyendo el Buen Vivir. Este encuentro que, además de la Universidad de Cuenca, cuenta con el aval de la Universidad de Alicante, la Universidad Central de Venezuela, la FLACSO y como auspiciantes a relevantes actores del desarrollo local como el Municipio de Nabón, el Centro Andino de Acción Popular, la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo, la Fundación Rosa Luxemburgo y la AECID, se presenta como una oportunidad para afianzar en nuestro medio una reflexión anticolonialista que nos dé luz sobre otras posibilidades de establecer el desarrollo de nuestros pueblos, un desarrollo equitativo, solidario, que persiga sobre todo la armonía y la pacificación de la existencia, que asiente de una vez la idea de que el sistema capitalista, por más racional que se nos presente, es un sistema depredador de la naturaleza y depredador del ser humano.
Asimismo, este encuentro es la base real para nuevas formas de entender la actividad política, una política cuyo punto fundamental sea tanto la coherencia entre los postulados y la acción, así como una concepción adecuada del poder. Este punto a nuestro juicio es clave dilucidarlo de cara a la gobernabilidad participativa, horizontal y auténticamente democrática, que postula el Buen Vivir, más aún cuando al establecer procesos de reflexión como éste, se están generando las instancias sociales que en el futuro próximo se enfrentarán a la mala política, a la mala administración social y al maldesarrollo.
Finalmente decir que es una alegría y una responsabilidad inmensa para todos saber que el pensamiento libertario se está haciendo desde abajo, desde Indoamérica, desde la lúcida y digna (sub) alternidad de nuestros pueblos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.