Traducido del ruso por Josafat S. Comín
En la región montañosa de Adzharia, en la localidad de Dioknisi, el pasado 27 de enero se procedió a desmontar el monumento erigido en honor a los caídos en la guerra, tras lo que fue depositado en el sótano de una escuela infantil.
El gobierno fascista de este enano, agresivo y fallido estado lleva desde hace tiempo una política encaminada a borrar la memoria de la participación del pueblo de Georgia en la Gran Guerra Patria. El 19 de diciembre de 2009, en Kutaisi volaron el Memoria de la Gloria. Lo hicieron dos días antes del plazo anunciado para evitar masivos actos de protesta de los comunistas y patriotas, de todos los ciudadanos de Georgia, que todavía conservan algo de honor, conciencia y dignidad. La explosión provocó la muerte de una mujer y su hija de ocho años, (terrible simbología- una madre asesinada, en representación del presente de Georgia y una niña, el futuro del país).
En los medios de cretinización masiva de Georgia continúan ensalzando el nazismo en su avance por las repúblicas bálticas. Con ello, indirectamente el gobierno georgiano exalta el régimen de Hitler.
En Georgia están acabando con todos los monumentos de la época soviética. En Tiflis confían en que la liberación del pasado soviético, en Occidente- donde tan ansiosa está Georgia de ser aceptada- la valorarán como una «aspiración a las libertades democráticas».
Estos actos vandálicos han tenido una valoración negativa incluso en Alemania, EEUU e Israel. Pero qué cabe esperar de un gobierno sobre cuya conciencia pesa el genocidio de su propio pueblo, que no desea vivir en un país así.
Akakii Alania. Secretario del CC del Partido Comunista Unido de Georgia.
El dirigente del «Movimiento por una Georgia Justa» de la región de Batumi, Zurab Jozrevanidze, en declaraciones a Pravda.ru explicó que en el monumento de Dioksini que han desmontado estaban las fotografías de los habitantes georgianos caídos en la Segunda Guerra Mundial, y sin poder contener la emoción espetó: ¡Vergüenza para aquellos que han cometido este acto deleznable!
La demolición fue llevada a cabo por el gobierno local, pero difícilmente se hubieran atrevido de no mediar el «inspirador precedente», ejecutado con el beneplácito del presidente de Georgia Mijaíl Saakashvili.
Para Félix Stanievsky, antiguo embajador ruso en Georgia y hoy responsable para el Cáucaso del Instituto para los países de la CEI y el Báltico, lo ocurrido en Georgia da fe de que las administraciones locales han empezado a seguir el ejemplo de Saakashvili, para ganar puntos ante él.
Esta tenebrosa tendencia nuestro interlocutor la explica por la aspiración del gobierno de erradicar todo aquello que une a los georgianos con los rusos, abjasios, osetos, armenios, etc. «No se trata solo de un monumento, es el eslabón que une a los representantes de aquellos pueblos que participaron en la derrota del fascismo. El actual régimen gobernante en Georgia intenta acabar con los símbolos, que unen a pueblos diferentes. En primer lugar, con medidas como esa Saakashvili pretende hacer daño a Rusia. En ese sentido la lucha contra los monumentos de la Gran Guerra Patria, le viene al pelo. Incluso se podría hablar de que esto se está convirtiendo en la ideología del régimen gobernante. Pesemos que se están produciendo en la víspera del 65 aniversario de la Gran victoria. Es la forma que tiene de manifestarse la ideología del nacionalismo pendenciero».
Peter Mamradze, líder del «Movimiento por una Georgia justa» en declaraciones recogidas por el periódico Vzgliad, preguntado sobre el porqué de que para la sociedad georgiana la voladura del memorial de Kutaisi pasó casi inadvertida declaró: «entre la población de Georgia existe el síndrome del miedo. La gente teme que las manifestaciones sean disueltas por la fuerza, tiene miedo a perder el empleo, a que el gobierno persiga a sus familiares».