Mientras que la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) manifiesta su interés en fortalecer y ampliar su cooperación con Haití, parece que el organismo regional aún no incluye en su agenda la situación difícil que enfrentan decenas de miles de haitianas y haitianos en diferentes países suramericanos. Las condiciones de vida y los derechos fundamentales de […]
Mientras que la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) manifiesta su interés en fortalecer y ampliar su cooperación con Haití, parece que el organismo regional aún no incluye en su agenda la situación difícil que enfrentan decenas de miles de haitianas y haitianos en diferentes países suramericanos.
Las condiciones de vida y los derechos fundamentales de los haitianos y haitianas en la región empeoran, a medida que algunos gobiernos suramericanos cierran sus fronteras y endurecen sus políticas migratorias y de refugio para esta población con una clara necesidad de protección internacional.
El balance de la cooperación de la UNASUR con Haití no puede ser completo si no incluye el tema de la situación de los migrantes forzados haitianos en la región suramericana.
Balance de la cooperación de UNASUR con Haití
La Secretaria general de la UNASUR, la colombiana María Emma Mejía, y el Representante especial de la Secretaría Técnica de UNASUR-Haití, el argentino Rodolfo Mattarollo, presentaron ante la opinión pública, el pasado 11 de julio en Quito, un balance de la cooperación del organismo regional con Haití.
Los 12 Estados miembros de la UNASUR han desembolsado 70 millones de un total de 100 millones de dólares que prometieron para la reconstrucción de Haití, país que fue golpeado por un terrible terremoto el pasado 12 de enero de 2010, informó Rodolfo Mattarollo.
Esos fondos han sido destinados a la implementación de 144 proyectos, que fueron establecidos según las prioridades establecidas por el mismo Gobierno haitiano, precisó el diplomático argentino. La UNASUR se compromete a realizar otros 77 proyectos que ya fueron identificados y coordinados, anunció el funcionario.
Además del financiamiento de proyectos, el monto ha sido enviado a cuentas del Gobierno haitiano y de la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIRH), copresidida por el ex presidente norteamericano Bill Clinton, concluyó.
Por su parte, la Secretaria general de la UNASUR, María Emma Mejía, afirmó que la cooperación del organismo regional con Haití se ha enfocado no sólo en «el apoyo coyuntural para afrontar las emergencias derivadas del terremoto y otras subsecuentes (apoyo presupuestario, envío de víveres y mantención de albergues)», sino también en «diversas intervenciones bilaterales» para ayudar a ese país a salir adelante.
La cooperación de la UNASUR con Haití cubre temas como salud, soberanía alimentaria, producción local, construcción y mejoramiento de infraestructura, cambio de la matriz energética, conservación del ambiente, fortalecimiento de las capacidades locales, defensa de los derechos humanos, entre otros.
María Emma Mejía manifestó su intención de visitar Haití durante los próximos meses para realizar una evaluación del aporte de UNASUR a la reconstrucción del país devastado e intercambiar con las autoridades haitianas y los principales actores de la cooperación internacional.
Una cooperación que se viene fortaleciendo desde el terremoto en Haití
La cooperación de la UNASUR con Haití se ha venido fortaleciendo desde el terremoto del 12 de enero de 2010 que afectó el país caribeño.
Poco después de la tragedia, los países miembros de la UNASUR se reunieron en Quito el 9 de febrero de 2010 para definir acciones de solidaridad y amistad con el país devastado por el terremoto. En este sentido, se comprometieron a crear un fondo de 100 millones de dólares, destinados a la reconstrucción de Haití.
Posteriormente, en mayo de 2010 se envió a Haití una misión de la UNASUR para consultar con las autoridades haitianas sobre sus prioridades. Se definieron los tres temas prioritarios de cooperación con Haití: infraestructura, seguridad alimentaria y fortalecimiento institucional.
En consecuencia, se estableció la Secretaría Técnica de UNASUR-Haití el 31 de agosto de 2010, en el marco de un encuentro entre los Presidentes de Haití, René Préval y su homólogo ecuatoriano Rafael Correa, para dar cumplimiento al compromiso asumido por las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de UNASUR en la Declaración del 9 de febrero en Quito y reafirmado en la Reunión de Trabajo del organismo en la Riviera Maya en México del 23 de febrero de 2010 y en el Mandato señalado en la Declaración de «Los Cardenales» Argentina del 4 de mayo de 2010 [1].
La Secretaría Técnica bilateral viene trabajando en Haití, desde su creación, en los tres temas de cooperación, a través de programas concretos de mejora de la alimentación, de construcción de viviendas y asistencia legal, entre otros.
El tema de la migración, el gran ausente en la agenda de esa cooperación
El tema de la migración ha sido el gran ausente en la agenda de la cooperación de la UNASUR con Haití, a pesar de que, en una declaración conjunta [2] que hicieron el 9 de febrero de 2010 en Quito, los jefes y jefas de Estado y Gobierno de la organización regional, entre otras resoluciones, exhortaron «a los Estados miembros que aún no lo han hecho la aplicación de procesos especiales de regularización migratoria a favor de ciudadanos haitianos» [3].
Efectivamente, varios países de UNASUR, entre ellos Ecuador, Venezuela, Chile y Brasil, tomaron medidas especiales para facilitar la regularización de los haitianos en situación irregular en sus territorios.
El Gobierno de Ecuador, con la aprobación de la Asamblea legislativa del país, modificó a mitad de marzo de 2010 la Ley de Migración del país, particularmente el artículo 38 de dicha ley, para regularizar a más de 500 haitianos que se encontraban en situación irregular en su territorio hasta el 31 de enero de 2010, mediante la concesión de visas humanitarias por un periodo de 5 años a los caribeños.
Por su parte, el Gobierno de Venezuela, a través del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME), inició el 13 de marzo de 2010 (2 meses después del terremoto) el proceso de regularización de los ciudadanos haitianos que habían ingresado al país antes del 12 de enero de 2010. Se les exigió simplemente a los migrantes presentar los siguientes documentos: pasaporte haitiano, pago del tributo fiscal, tres fotos, actas de nacimientos y/o de matrimonio, además de un formulario correctamente diligenciado [4].
El Gobierno brasileño regularizó también la situación administrativa de 475 haitianos mediante la concesión de visas temporales de refugiados, ante el ingreso al país de un número importante de migrantes a través de la frontera común con Perú y Colombia.
El gobierno de Chile facilitó la reunificación familiar de 34 miembros de familiares de haitianos en aviones de fuerzas armadas, luego de trámites rápidos con el Estado mayor de Chile, con la Embajada haitiana en Chile y el Ministerio de asuntos exteriores del país suramericano.
Pero algunos meses posteriores a este gran gesto de solidaridad, algunos países de la región vuelven a endurecer sus políticas migratorias y de asilo para impedir el ingreso o la permanencia de los haitianos en sus territorios, ante el crecimiento de los flujos haitianos. Por ejemplo, países como Brasil y Bolivia vienen cerrando sus fronteras para evitar el ingreso de los haitianos hacia sus territorios.
Ante el cierre de las fronteras por esos dos países, cada vez hay más haitianos que quedan varados en zonas fronterizas de Perú y en diferentes partes de la Amazonia en la triple frontera Colombia-Brasil-Perú, enfrentando una situación humanitaria muy difícil.
En este sentido, varias organizaciones en Sur América, entre ellas el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), piden a UNASUR que la solidaridad con Haití y los haitianos en la región sea el próximo tema de la Cumbre presidencial del organismo regional, luego de la que tendrá lugar el próximo 28 de julio en Lima sobre integración regional e inclusión social.
Del mismo modo, dichas organizaciones exhortan a los países miembros de la UNASUR a ser más solidarios con Haití y a expresar esta solidaridad concretamente con las y los ciudadanos haitianos con necesidad de protección internacional en la región suramericana, a través de medidas especiales para su regularización administrativa, su integración digna en las sociedades de acogida y la protección de sus derechos humanos y su dignidad contra la discriminación y otros tratos degradantes e inhumanos.
Finalmente, recomiendan a los países miembros de la UNASUR la aplicación de la petición que hicieron, el pasado 21 de junio de 2011, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) a los gobiernos de los países a donde han llegado los haitianos luego del terremoto del 12 de enero de 2010 para suspender las repatriaciones involuntarias a Haití y renovar los permisos de residencia y otros mecanismos que han permitido a los haitianos permanecer en el exterior.
Wooldy Edson Louidor, SJR LAC Servicio Jesuita a Refugiados Latinoamérica y Caribe (SJR LAC).
Notas:
[1] http://www.comunidadandina.org
[2] Ibid.
[3] Ibid.
[4] No tenemos cifras de cuántos haitianos hayan beneficiado de la decisión, pero el SAIME tenía «previsto recibir 150 ciudadanos haitianos en promedio cada día en la sede de Plaza Caracas». Enlace: http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/pasados-30-dias-consignacion-recaudos-saime-inicio-regularizacion-documentos-ciudadanos-haitianos/
Fuente: http://alainet.org/active/48018