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A propósito del Nigergate y la alta tensión italo-iraní

Curso acelerado de cocina bélica al uranio

Fuentes: Rebelión

Un clavo saca otro; una guerra borra otra. Afganistán se olvida con Irak; Irak, con Irán. Los titulares de la prensa italiana de ayer no se centran en el hecho de que Gianni Letta, subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros, Nicolò Pollari, el director del SISMI (Servicios secretos militares italianos) tuvieran que presentarse […]

Un clavo saca otro; una guerra borra otra. Afganistán se olvida con Irak; Irak, con Irán. Los titulares de la prensa italiana de ayer no se centran en el hecho de que Gianni Letta, subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros, Nicolò Pollari, el director del SISMI (Servicios secretos militares italianos) tuvieran que presentarse ante el COPACO (Comité parlamentario de control de los servicios secretos) para explicar qué había de cierto en el Nigergate, o sea, la presunta participación del SISMI (Servicios secretos militares italianos) en la búsqueda y difusión de pruebas falsas -la compra irakí de 500 toneladas de uranio yellowcake en Níger- que permitieron declarar la guerra a Saddam Hussein.

Si el Ciagate ha enseñado cómo ni la CIA -que ahora parece vengarse de los neocons[1]– pudo frenar a la administración Bush en la preparación de esta guerra, el Nigergate muestra hasta qué extremo era cierta la colaboración italiana en la preparación de ese bélico antipasto conocido como «pistola humeante»; enseña que lo verdaderamente fácil de exportar son las técnicas para cocinar armas de distracción de masa y, además, recupera la condición de frontera, de vanguardia, de avanzadilla que Italia tuvo en época de la guerra fría, como lo demuestra la alta tensión entre Italia e Irán de estos días.

En lo que se centran los titulares de ayer[2] es en el estallido de una guerra diplomática[3] entre Italia e Irán. Se informa de dos manifestaciones: la primera, filoisraelí, en respuesta a las declaraciones del presidente iraní, Ahmadinejad («Israel debe ser borrado del mapa»), celebrada ante la embajada iraní en Roma, convocada por el periódico Il Foglio de Giuliano Ferrara y retransmitida en directo (RAI2, 21:00); la otra, en respuesta a la convocatoria de la anterior, celebrada ayer por la mañana ante la embajada italiana en Teherán (unos 200 manifestantes, pancartas que decían «Muerte a Israel» y «Muerte a América», retratos de Edoardo Agnelli, heredero de la Fiat, «Mártir e hijo del islam», muerto a raíz de un complot judeocristiano tras haberse convertido al islam chií, según organizaciones afines al régimen iraní[4]).

En la prensa de ayer también se nos recuerda que, entre la lista de 40 embajadores que van a ser sustituidos, se encuentra Bahran Ghassemi, embajador en Roma desde 2001[5]. También que anteayer el Ministro de AA. EE. iraní pidió al embajador italiano en Teherán explicaciones acerca de la manifestación romana de ayer. También se nos dice que anteayer explotaron en Teherán dos bombas de escasa potencia ante las oficinas de la British Arways y la British Petroleum. También que se retoma el programa nuclear en Isfahán. También que Berlusconi invitó anteanoche a cenar a los embajadores de los países árabes para decirles que hay que evitar un «telón de acero» entre Occidente y el Islam. También que el mismo Berlusconi tiene información de que un kamikaze pretendía atentar contra él en un estadio de fútbol[6]. También que Irán cuenta con armas químicas para atacar Israel[7]. También que Irán se ha convertido en refugio de terroristas de Al Qaeda[8].Todo ello, con un sabor de fondo de uranio, choque de civilizaciones (antisemitismo/sionismo) y -Dios no lo quiera y Alá le asista- guerra.

Pero esperen. No se pierdan. Volvamos al Nigergate. Los días 24[9], 25[10] y 26[11] de octubre, los periodistas Carlo Bonini y Giuseppe D’Avanzo publican sendos artículos en La Repubblica que demuestran que, cuando menos, el SISMI calló que el dossier con el que se justificó la guerra de Irak era absolutamente falso. Poco valor tiene que para el ministro de Defensa italiano el reportaje esté lleno de «patrañas», que Berlusconi haya calificado de «trola» el contenido de estos artículos. Como dice uno de sus autores, el gobierno no ha desmentido ningún hecho de los documentados en el reportaje[12]. Las rectificaciones[13] que hace uno de los protagonistas de la historia, Michael Ledeen[14], tampoco corrigen lo sustancial de esta historia. Una historia que podría titularse Rocco y sus secuaces. Una historia que, en apariencia, comienza como comedia cutre estilo Torrente y que, volatín de volatines, acaba en una tragedia sin fin: la guerra de Irak.

En 1999, Rocco Martino, uno que quiso ser carabinero y que acaba siendo un agente doble francés-italiano, tiene poco dinero. Se gana la vida vendiendo información y sabe que los franceses están investigando el misterioso paradero del comercio clandestino del uranio del Níger. Rocco pide ayuda a un viejo amigo del espionaje militar italiano, quien, a su vez, le da a conocer un contacto en la embajada del Níger en Roma, quien, a su vez, le informa de que Zakaria Yaou Maiga, primer consejero de la embajada, es el hombre indicado para hacer de topo.

El día de Nochevieja de 2001 se produce un robo en la sede de la embajada, pero en la denuncia a la policía, el segundo secretario para asuntos administrativos, no dice que falten papel timbrado ni timbres oficiales. Usando los efectos del robo, Rocco elabora -inspirándose en un intento de compra de uranio en Níger por parte de Saddam que detectó el espionaje italiano en los años 80-, cartas, contratos, además de un «protocolo de acuerdo» entre los gobiernos de Níger e Irak «relativo al abastecimiento de uranio fechado el 5/6 de julio de 2000 en Niamey». Rocco entrega el documento a los franceses de la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE), quienes, sin embargo, detectan errores garrafales que no dan lugar a dudas sobre la falsedad del documento.

Luego, llega el 11S, y Bush necesita pruebas para declarar la guerra a Saddam. Y he aquí que, con tempestividad inaudita, Rocco Martino filtra el dossier primero al MI6 británico, luego a Panorama -revista de propiedad de Berlusconi-, que lo publica[15], tras comprobar su autenticidad con la embajada estadounidense en Roma (¿por qué no con el gobierno italiano?), tan sólo cuatro días después de que Judith Miller (8-9-2002) informe en el NYTimes de la amenaza nuclear iraquí. Pero esta es otra historia titulada Ciagate, que está haciendo que el gobierno Bush se tambalee.

Italia es diferente. El Nigergate no ha producido el efecto que el Ciagate ha causado en los EE.UU porque ahora acucia un problema mayor que el de Irak. Las declaraciones (¿burrada o provocación?[16]) de Ahmadinejad («Israel debe ser borrado del mapa») han ofrecido la excusa para centrarse en el nuevo enemigo, cuyo programa nuclear será frenado por las buenas o por las malas, dicen. Gianfranco Fini, de visita en Israel, calificó a Irán de «amenaza para el mundo». El portavoz de la comunidad hebrea romana, Riccardo Pacifici, ha declarado al diario Maarev que quien no estuviera ayer en la manifestación romana contra Irán sería enemigo no sólo de Israel, sino de todos los hebreos italianos[17]. Poquito a poco, al pil-pil, se liga la salsa de otra guerra, según sostienen, entre otros, Siddharth Varadarajan[18]o Giulietto Chiesa[19] o Michel Collon[20], o Joshua Frank, o Walid Charara, o Kaveh L. Afrasiabi[21]. Los ingredientes, casi los mismos. Tanto que recuerdan demasiado el plato anterior. Lo insinuó un gourmand como Giulio Andreotti el miércoles por la noche en presencia del embajador israelí en el programa televisivo Porta a porta. Los amantes de la cocina bélica tienen ante sí un festín estos días. Aún sin digerir el atracón irakí, sin haber llegado a la sobremesa a falta del dulce en forma de petróleo, justo cuando estaban descubriendo la técnica, la identidad de los chefs, los tiempos y modos de cocción usados en la Grande Bouffe de Irak, les obligan a pensar en el menú de la cena iraní, les obligan a pensar picoteando. Otra indigestión segura.



[6] Libero, 3-11-05

[8] http://www.repubblica.it/news/ired/ultimora/rep_nazionale_n_1167230.html

[9] http://www.repubblica.it/2005/j/sezioni/esteri/iraq69/sismicia/sismicia.html

[10] http://www.repubblica.it/2005/j/sezioni/esteri/iraq69/bodv/bodv.html

[11] http://www.repubblica.it/2005/j/sezioni/esteri/iraq70/sileita/sileita.html

[12] http://www.articolo21.info/notizia.php?id=2678

[14]Ver notas sobre su currículum en http://www.comedonchisciotte.org/site/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=541

[15] Panorama,»La guerra? Ya ha comenzado» (12/19-9-2002)

[17] La Repubblica, 31-10-05

[21] http://www.carmillaonline.com/archives/2005/11/001556.html#001556 . En este enlace, se encuentran los textos en italiano de Frank, Charara y Afrasiabi.