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República Dominicana

De mentiras y lacayos

Fuentes: Rebelión

Danilo Medina, presidente de la República Dominicana, dice que Venezuela no fue tema central, pero los representantes del Gobierno de Estados Unidos dicen lo contrario. «Venezuela no fue un tema central…», declaró Danilo Medina el viernes (como siempre, con pésima dicción), al regresar de Estados Unidos tras la reunión a la cual fue convocado por […]

Danilo Medina, presidente de la República Dominicana, dice que Venezuela no fue tema central, pero los representantes del Gobierno de Estados Unidos dicen lo contrario.

«Venezuela no fue un tema central…», declaró Danilo Medina el viernes (como siempre, con pésima dicción), al regresar de Estados Unidos tras la reunión a la cual fue convocado por Donald Trump.

«Estados Unidos está junto a nuestros amigos caribeños y quiere avanzar en nuestros estrechos y antiguos lazos con la región, trabajando más estrechamente en prioridades como Venezuela y centrarnos en el crecimiento económico», escribió el Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, en Twitter.

Hogan Gidley, vocero de la Casa Blanca, dijo que en la reunión se trató de la «importancia de apoyar una transición democrática pacífica en Venezuela», así como de la capacidad de resistencia a los desastres naturales, las oportunidades de inversión y la cooperación en materia de seguridad.

Mintió Medina, porque son impronunciables de pie las palabras que, en Mar-a-Lago, dijo de rodillas.

Las agencias reseñan que asistieron a la reunión (realizada en Mar-a-Lago, la residencia de Trump en el sur de Florida), funcionarios entre quienes mencionan a John Bolton, al jefe de gabinete interino, Mick Mulvaney, y a Jessica Bedoya Hermann, directora para Asuntos de Centroamérica y el Caribe del Consejo Nacional de Seguridad. Claro que los protagonistas del encuentro fueron Trump y sus servidores, el presidente de República Dominicana, Danilo Medina, el de Haití, Jovenel Moïse, y los primeros ministros Hubert A. Minnis, de Bahamas, Andrew Holness, de Jamaica, y Allen Michael Chastanet, de Santa Lucía.

¿Para qué, si no para impartirles órdenes, convocó Donald Trump a esos cinco gobernantes? ¿Se deshizo, acaso, del racismo y de los criterios supremacistas con los cuales elaboró la infamante lista de «países de mierda» a la cual se ha referido en más de una ocasión?

Vieja y sucia práctica…

En la década de 1960, cuando el canciller cubano Raúl Roa la llamó Ministerio de Colonias, el secretario general de la Organización de Estados Americanos era el uruguayo José Antonio Mora.

La OEA fue utilizada entonces como plataforma para aislar a Cuba. En 1965, sirvió para dar apariencia legal a la aparatosa y criminal invasión a República Dominicana por parte de Estados Unidos.

José Antonio Mora, en octubre de 1965, hizo uno de los más asquerosos pronunciamientos registrados en la historia política de América. Dijo que las tropas yanquis enviadas a Santo Domingo, a las que se agregaron después contingentes de otras naciones, «cumplieron una labor humanitaria, merecedora del más alto reconocimiento».

¿Acaso está jugando hoy un papel distinto el también uruguayo Luis Almagro desde la OEA?

Para legalizar la ilegal retención de cuantiosos fondos venezolanos, los gobernantes serviles pueden ser convocados a Mar-a-Lago, nucleados en la OEA u organizados en falsos grupos de integración como el propuesto por los ultraderechistas Iván Duque, de Colombia, y Sebastián Piñera, de Chile.

La práctica de Donald Trump, nada tiene de original.

Solo hay que ver que el primer ministro de Santa Lucía compara a Donald Trump con Ronald Reagan. ¡Vaya elogio! Dice que desde Ronald Reagan ningún gobernante de Estados Unidos había concebido una iniciativa para América Latina.

Durante la Administración Reagan se produjo la invasión a Granada. ¿Bendice ahora Chastanet la intención de invadir Venezuela? Su posición sobre la agresión en marcha es evidente. ¡Qué descaro!

Danilo Medina, el heredero de Balaguer

En 1994, Joaquín Balaguer se impuso tras unas elecciones manipuladas en forma grotesca.

El compromiso del Partido Revolucionario Dominicano con el proyecto imperialista impidió que José Francisco Peña Gómez, derrotado mediante el burdo fraude, denunciara las negociaciones entre Balaguer y funcionarios yanquis.

Balaguer permitió la presencia militar yanqui en la frontera para la aplicación del proyecto imperialista en Haití tras el derrocamiento de Jean Bertrand Aristide.

Otra vez, como cuando acogió la presencia del MAAG, Balaguer se arrodilló ante Estados Unidos cambio de apoyo para permanecer en el Gobierno.

Hoy, su discípulo asume las poses más ridículas e infames… ¿Acaso no es en busca de lo mismo?

Espera el éxito de Balaguer y no el fracaso de Hipólito Mejía, quien no logró reelegirse a pesar de que, en el año 2003, se autodefinió como un lacayo y dijo que había firmado acuerdos con Estados Unidos cuyo contenido no divulgaría. Por eso se pone al día con las exigencias del Norte y demanda que sus convocantes valoren el gesto.

Balaguer prestó el territorio para la acción (la confesa y la oculta) hacia Haití, y Danilo Medina lo presta para la agresión contra Venezuela. ¡El colmo de la vileza!

A Danilo Medina le correspondió decir que en el encuentro en Mar-a-Lago no se habló de China y sobre Venezuela se dijeron frases sueltas. Los demás asistentes administrarán la mentira.

El garrote

El anuncio de nuevas sanciones contra Venezuela y las amenazas contra Cuba, constituyen, sin duda, la otra cara de la convocatoria de Trump.

Las giras por América Latina de Rex Tillerson y su sucesor Mike Pompeo, las visitas de Mike Pence y la gestión del Comando Sur, son antecedentes de la convocatoria de Trump a cinco gobernantes del Caribe.

Cuando Danilo Medina señala que crece el interés de Trump por América Latina, omite que es el interés por reposicionar a la ultraderecha y hacer parecer como legítimo el saqueo.

Se concibe en este plano el proyecto de destruir la herencia de Hugo Chávez, intentando desmontar los legítimos mecanismos de integración y sustituyéndolos por organizaciones entreguistas.

Donald Trump presenta el garrote como necesario para lograr la estabilidad en América, y busca el coro de los lacayos.

Chantaje y entreguismo en escena, gobernantes como Jovenel Moisse y Danilo Medina, quienes proceden de países que han sido invadidos, y como aquellos ministros de las Antillas Menores, vecinos de la agredida Granada, se prestan a hablar en coro con quienes se reconocen como jefes e impulsores de acciones conspirativas y golpes de Estado en América Latina.

Con su presencia, crean las condiciones para que el discurso imperialista suba de tono. La reciente advertencia de Bolton al presidente de Venezuela que Estados Unidos «no está jugando», quiere decir que no descarta acciones como la intervención militar y el magnicidio.

¡Desafortunado papel el de los serviles!… El reto es permanecer de pie, aunque ellos se arrodillen… El sello de esta América es la rebeldía, no la prosternación…

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.