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De Seattle a San Juan: estado de huelga en Puerto Rico

Fuentes: Rebelión

Diversas fuerzas sociales en Puerto Rico se han sumado a la convocatoria de los sindicatos a un día de huelga general, un «paro nacional» que tendrá lugar el 15 de octubre de 2009 en repudio a la política neoliberal, elitista y antiobrera del actual gobierno del partido anexionista encabezado por el gobernador Luis Fortuño. La […]

Diversas fuerzas sociales en Puerto Rico se han sumado a la convocatoria de los sindicatos a un día de huelga general, un «paro nacional» que tendrá lugar el 15 de octubre de 2009 en repudio a la política neoliberal, elitista y antiobrera del actual gobierno del partido anexionista encabezado por el gobernador Luis Fortuño. La medida que mayor indignación ha generado ha sido el despido de decenas de miles de empleados públicos. Este gobierno pretende que la clase trabajadora pague por la peor crisis económica en nuestra historia reciente, mientras libera y recompensa a los responsables con estímulos, exenciones y jugosas transferencias de fondos y bienes públicos. El paro nacional coincidirá con una reunión que no debe celebrarse: la Conferencia de Proyectos de Alianzas Público-Privadas (APP) que está prevista para los días 15 y 16 de octubre en el Centro de Convenciones de Puerto Rico.

El paro nacional tiene un potencial que no debe subestimarse. Los principales centros universitarios del País han decretado paros huelgarios de 24, 48 y hasta 72 horas en solidaridad y en preparación para la huelga. Los diversos paros, las expresiones de solidaridad y las actividades de desafío realizadas recientemente contribuyen a la preparación para este paso tan importante en el desarrollo de nuestra lucha. El paro general debe ser el inicio de un estado huelgario, en el que deberán combinarse diversas formas de resistencia y ofensiva incluyendo más paros y huelgas intermitentes. No debemos perder de perspectiva la interrelación entre las diversas luchas y su interdependencia para lograr una victoria decisiva. Debemos fomentar y fortalecer todas las estructuras de organización de los diversos sectores oprimidos y promover la más estrecha vinculación y solidaridad de todas las luchas liberadoras: sindicales y estudiantiles, comunitarias, ambientales y anti-militaristas, las feministas, por los derechos sexuales y reproductivos, por la igualdad y la libertad sexual, por la libertad de los presos políticos, por los derechos de los inmigrantes, los desempleados, por los derechos de los privados de libertad y la solidaridad internacional. Cada una de esas luchas deben apoyarse y fortalecerse mutuamente y deben concebirse como parte de una misma lucha en nuestro País e internacionalmente. Una de nuestras tareas más importantes consiste en vincularlas de una manera orgánica.

Hemos visto como los jóvenes y los estudiantes se levantan con nuevos bríos y como la comunidad inmigrante exige sus derechos de modo mucho más visible que en el pasado. El movimiento ambiental se encuentra activamente vinculado a las luchas comunitarias y experimenta un proceso escalonado de radicalización. La exigencia de la excarcelación de los presos políticos se convierte una vez más en un sentimiento de todo el pueblo. Estamos convencidos de que el fortalecimiento y creciente unidad de todas las luchas de nuestro pueblo tiene el potencial de sacar a Fortuño y a lo que él representa de la gobernación y pondrá en entredicho la naturaleza misma de la sociedad de clases en que vivimos, del capitalismo y de todas sus instituciones políticas y económicas, que en Puerto Rico poseen además un carácter colonial. Ante este escenario de efervecencia social y política, los representantes del capital en el País pretenden venderlo a como de lugar, sin importar las consecuencias. El reto está hecho.

El gran bazar

El paro nacional convocado para octubre coincidirá con una reunión que debemos impedir. Los días 15 y 16 de octubre de 2009 se pretende celebrar la Conferencia de Proyectos de Alianzas Público-Privadas (APP) en el Centro de Convenciones de Puerto Rico. Esta conferencia será un gran bazar, donde se presentarán nuevas oportunidades de privatización para continuar con el saqueo del País. Una mirada al programa preliminar del evento demuestra el servilismo crónico a los intereses del capital de este gobierno. Fortuño representa una burguesía parasitaria, predominantemente dependiente del gobierno y cuyas contradicciones y egoísmo la obliga a atentar contra su propia existencia.

El título de la conferencia es revelador: Alianzas Público-Privadas: Conferencia de Proyectos en Puerto Rico – una ventana a una isla de oportunidades. Esta es una iniciativa de Macquarie Capital, una multinacional australiana contratada para que complete la implantación del programa privatizador. La reunión será un desfile de nuestro patrimonio, se presentará más de un centenar de proyectos susceptibles de convertirse en APP, que no es otra cosa que la reducción de los recursos públicos a la más vulgar de las mercancías. El almuerzo de la actividad será sazonado por un insípido orador: Luis Fortuño. A partir de las dos de la tarde pasarán a discutir los proyectos específicos en las áreas de carreteras, puertos y aeropuertos, transporte colectivo, manejo de desperdicios sólidos, energía, telecomunicaciones y abastecimiento de agua, entre otros. Para concluir el primer día habrá una recepción cuyo nombre podría ser el titular de primera plana de un escándalo de corrupción: conexiones y contactos de negocios. El segundo día, luego de discutir la política pública y los pasos y procedimientos específicos, saldrán a hacer «visitas de campo» a los proyectos. Este espectáculo evidencia que enfrentamos una ofensiva del capital que apunta hacia la privatización de cuanto esté a su alcance.

Debemos convencer al gobierno para que suspenda esta actividad que no es más que una afrenta descarada contra nuestro pueblo. Pero sabemos que la soberbia de esos sirvientes del capital es grande. Por eso, si no se suspende deben saber que enfrentarán la más decidida protesta. Tenemos el deber de evitar la celebración de esta reunión. Es posible conseguirlo. Hace diez años se emprendió una gesta de proporciones mucho mayores, cuyos resultados son además de aleccionadores, muy estimulantes y hoy más que nunca es preciso recordarla.

De Seattle 1999 a San Juan 2009

El 30 de noviembre de 1999 decenas de miles de manifestantes provenientes de diversas partes del mundo tomaron las calles de Seattle para protestar por el impacto devastador que la ofensiva neoliberal tenía sobre la clase trabajadora, las comunidades urbanas, las mayorías desposeídas y el medioambiente. El objetivo era evitar o por lo menos interrumpir la llamada Ronda del Milenio, la tercera de una serie de reuniones convocadas por la Organización Mundial del Comercio en las que un reducido grupo de empresarios y representantes de diversos gobiernos tomaban decisiones que afectaban a la mayoría de la población mundial. Las protestas fueron convocadas principalmente por sindicatos y por organizaciones políticas. El éxito de la movilización fue tal que las manifestaciones se extendieron por varios días y la cumbre no pudo producir ninguno de los acuerdos que exigían los objetivos neoliberales. El estallido de Seattle se considera el inicio del movimiento altermundialista y fue el precursor de los encuentros del Foro Social Mundial.

Las políticas del gobierno Fortuño, igual que las de la Ronda del Milenio aumentan la desigualdad: los ricos se hacen más ricos y los pobres se hacen más pobres. La quiebra del ELA y la incapacidad del capitalismo colonial de abrir espacio a las capacidades y creatividad de los recursos humanos del país, afecta de manera particularmente grave a la juventud. La mayoría de nuestra juventud vive un presente y un futuro inseguros. La educación universitaria se hace cada vez más costosa y la privatización se abre paso en la Universidad de Puerto Rico

La lógica de la producción capitalista, la búsqueda desenfrenada de la ganancia privada a corto plazo –motor de este sistema económico– implica una constante y creciente agresión a la naturaleza de la cual somos parte. El aire, la tierra, el agua, el mar, los ríos, los bosques –todo el delicado entorno natural– se ve sometido a violentos ataques que amenazan con dañar irreparablemente el pedazo del planeta en que nos ha tocado vivir. La economía de mercado demuestra, día a día, su incapacidad de crear una relación no destructiva entre el ser humano y su entorno.

Nuevas elecciones

Hemos visto casi a diario que las políticas de este gobierno vienen acompañadas de una ofensiva ideológica que culpa a los pobres de su pobreza. En lugar de atacar las raíces del desempleo, se fomenta su florecimiento con despidos masivos, acompañados de sermones huecos sobre el rol del improductivo sector privado y sobre una «ética del trabajo» que incentiva la indignidad, el servilismo y la humillación. En lugar de abrir espacio a su creatividad, a sus ideas, a su deseo de crear un mundo distinto al que han heredado, se reprime y criminaliza a la juventud –se hostigan sus lugares de reunión y se persiguen sus formas de expresión. A todo –a los jóvenes, a los inmigrantes, a los gays y lesbianas, al derecho al aborto–, a todo, menos al capitalismo, se le echa la culpa de nuestros males sociales. Y con ello, a su vez, se le da nueva vida a los más arraigados prejuicios contra grupos tradicionalmente marginados y perseguidos: contra la mujer que se atreve a vivir sola o fuera de la familia tradicional y a exigir su derecho más elemental, el derecho a controlar su propio cuerpo; contra los jóvenes y contra los gays y lesbianas que cuestionan la moral represiva de una sociedad homofóbica; contra los inmigrantes a los que se culpa por el desempleo y por el crimen. Se intenta también reestablecer la pena de muerte.

El capitalismo puede y debe reemplazarse por una dinámica social distinta. Por eso insistimos en el proyecto de una sociedad que se fundamente, no en la competencia, en el sálvese quien pueda, en la desigualdad y en la riqueza privada o en el gobierno de unos pocos, sino en la cooperación y la solidaridad, en la riqueza colectiva y la igualdad política y económica. Un paso importante en esa dirección es sacar a ese grupo de sanguijuelas que se encuentra dirigiendo el gobierno de Puerto Rico para desmantelarlo y drenar hasta el último centavo para sus bolsillos y los bolsillos de sus señores. No debemos detener nuestra movilización hasta sacar a Fortuño y a su camarilla del gobierno, que se vayan todos. No debemos detener nuestras protestas hasta convocar la celebración de elecciones anticipadas. No debemos detenernos hasta tener en el proceso electoral candidatos que respondan a los intereses de las mayorías, a nuestros intereses. Es necesario construir un partido del pueblo trabajador.

Recordemos que el problema principal de este gobierno de unos pocos sigue siendo nuestra mayor fortaleza: somos más y nuestro potencial revolucionario se continuará intensificando. Decretemos un estado huelgario, es ese el siguiente paso en la dirección correcta para cambiar radicalmente esta sociedad.

Manuel A. Rodríguez Banchs. Catedrático Auxiliar en la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.