El Partido Comunista Colombiano (PCC) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV), dieron a conocer una declaración conjunta en la que analizan la situación provocada por el gobierno colombiano y llaman a ambos pueblos «a levantar con fuerza las banderas de la unidad y a manifestarse masivamente por la paz». Así lo dieron a conocer […]
El Partido Comunista Colombiano (PCC) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV), dieron a conocer una declaración conjunta en la que analizan la situación provocada por el gobierno colombiano y llaman a ambos pueblos «a levantar con fuerza las banderas de la unidad y a manifestarse masivamente por la paz».
Así lo dieron a conocer los dirigentes: Nelson Fajardo, miembro del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Comunista Colombiano (PCC) y Carolus Wimmer, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Venezuela (PCV).
A continuación damos a conocer en forma íntegra, dicha Declaración:
DECLARACION CONJUNTA
DE LOS PARTIDOS COMUNISTAS COLOMBIANO Y DE VENEZUELA
Los pueblos de Venezuela y Colombia tienen una historia y orígenes comunes ancestrales, que hunde sus raíces en la existencia de sus primeros pobladores, iniciadores de la lucha contra los colonizadores europeos y culminada con éxito en las gestas protagonizadas bajo la dirección del Libertador Simón Bolívar, cuyo sueño de ver unida a toda América Latina y el Caribe se expresa en el Congreso Anfictiónico de Panamá, frustrado por la intromisión e intrigas del gobierno de los EEUU. Esta gesta libertaria hoy resurge con fuerza y se expresa en la unidad progresiva económica, política y de solidaridad internacionalista, que va abriendo caminos de cooperación, amistad y de paz.
América Latina en consecuencia vive un momento de cambios democráticos y progresistas, a la vez, de duras confrontaciones frente a las ambiciones del imperialismo, especialmente el estadounidense, por mantener el control hegemónico, económico, político, militar y obtener el control total sobre los recursos naturales de la región, en beneficio exclusivo de sus transnacionales.
Protagonistas principales de tales cambios han sido las luchas y movilizaciones políticas, obreras, campesinas, indígenas, estudiantiles, de intelectuales, populares y sociales, sin las cuales no podría comprenderse el éxito de la democracia y de la izquierda, expresadas en la gama de gobiernos democráticos, progresistas y de diverso signo, cada uno con sus propias particularidades.
El régimen político colombiano, se ha convertido en actor principal de la contraofensiva de la derecha en América Latina. Los intereses del gran capital transnacional, desarrolla la lógica del llamado capitalismo criminal, tendencia que en el caso colombiano, se relaciona con el negocio transnacional de la cocaína y otros elementos, que a su vez alimenta el actual ciclo de violencia, articulando formas legales e ilegales de acumulación y como paliativo de parte de la crisis económica mundial.
Bajo la política de la guerra antiterrorista, guerra preventiva, cooperación antiterrorista, el régimen de la derecha colombiana intenta justificar un tipo de relaciones interestatales que le hace el juego a la política expansionista de Washington, de desestabilizar y derrocar los gobiernos que no son de su agrado.
El régimen político de derecha en Colombia, niega la existencia de una guerra civil que se ha prolongado a lo largo de más de sesenta años, para presentarla como una simple «amenaza terrorista». Bajo los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez, la guerra contrainsurgente se ha caracterizado por una creciente línea de sumisión a los dictados de Washington y por una franca hostilidad a los procesos democráticos en los países vecinos, en los que ha intervenido, en violación del derecho internacional, de la soberanía de los Estados y pueblos y de su derecho a la autodeterminación.
En medio de las celebraciones conmemorativas del comienzo de los procesos de independencia anticolonialista de hace 200 años, el imperialismo ha creado puntos críticos de confrontación contra los procesos de cambio en curso. De hecho ha reactivado la IV Flota Naval a partir del 2008; a finales del 2009 suscribió con el gobierno colombiano el tratado para la utilización de 7 bases militares en territorio de este país; ha reinstalado bases militares en Panamá y convirtió el territorio de Costa Rica en una enorme plataforma para el mantenimiento de la segunda base naval más grande del mundo, todo lo cual se trata de justificar con la desprestigiada lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
En Venezuela tiene lugar un proceso de cambios revolucionarios políticos, económicos y sociales, que se orientan hacia la liberación nacional y la creación de las condiciones necesarias para avanzar hacia la constitución de un Estado popular, democrático y antiimperialista, que a su vez pueda abrir el camino hacia el socialismo.
Las relaciones de amistad, cooperación, mutuo respeto y de paz, en el marco de la integración y unidad latinoamericana exigen hoy un proceso de solución política, pacífica, por la vía del diálogo y de los acuerdos del prolongado conflicto armado en Colombia. Una condición general insustituible es la no intervención ni ocupación militar de cualquier país por las tropas de otro. La Corte Constitucional colombiana discute la inconstitucionalidad del tratado con Estados Unidos para la utilización de 7 bases militares y habrá de decidir al respecto. Así mismo, debe cesar el Plan Colombia como pretexto de proyectos antinarcóticos.
Exigimos restablecer las normas de la coexistencia en paz entre países que desarrollan proyectos sociopolíticos diferentes. Las diferencias ideológicas y políticas, no implican la exclusión del mutuo respeto, la cooperación y la obligación de resolver por vías negociadas todo tipo de conflicto entre naciones y hacerlo dentro del marco de instituciones latinoamericanas, otorgando un papel protagónico a UNASUR.
Un conflicto entre países hermanos sólo le interesa al imperialismo norteamericano, especialmente al complejo industrial militar y a la extrema derecha de nuestros países. La reanudación plena de las relaciones entre Colombia y Venezuela es una necesidad de los procesos de integración latinoamericana y aporte a la justicia social de los pueblos.
La defensa de la paz, la unidad y la soberanía de los países de nuestra región es decisiva para desarrollar y profundizar los procesos de democracia, justicia social e independencia de América Latina y el Caribe.
Con base en lo anterior, llamamos a nuestros pueblos a levantar con fuerza las banderas de la unidad, a manifestarse masivamente por la paz entre nuestros pueblos y gobiernos, en la lucha por la integración latinoamericana y caribeña, por la soberanía nacional y la democracia plena.
¡DETENGAMOS LA AMENAZA DE GUERRA!!
¡VIVA LA AMISTAD E INTEGRACION ENTRE LOS PUEBLOS DE COLOMBIA Y VENEZUELA!!
PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO
PARTIDO COMUNISTA DE VENEZUELA
Caracas, Venezuela, 05 de Agosto de 2010