Portugal quedó el pasado miércoles, 24 de noviembre, aislado del mundo. Todos los vuelos tanto locales como internacionales fueron suspendidos por la huelga general convocada unitariamente por las dos centrales obreras (CGTP-UGT) en respuesta las políticas de ajuste del gobierno. Los puertos no operaron ese día. También el sistema de transportes dejó de funcionar o […]
Portugal quedó el pasado miércoles, 24 de noviembre, aislado del mundo. Todos los vuelos tanto locales como internacionales fueron suspendidos por la huelga general convocada unitariamente por las dos centrales obreras (CGTP-UGT) en respuesta las políticas de ajuste del gobierno. Los puertos no operaron ese día. También el sistema de transportes dejó de funcionar o apenas circularon unidades conducidas por personal directivo. Los trabajadores de las industrias, de todos los niveles de la enseñanza, escuelas y universidades cerradas, con una notable participación del sector de la salud y de los funcionarios públicos, todos respondieron masivamente a la convocatoria.
«La huelga va a tener enormes consecuencias: va a cambiar al país y va a comenzar a cambiar la política. Va a mostrar a José Sócrates y a Passos Coelho que ellos no representan al país y que hay una mayoría que quiere sensatez, decencia en la economía, justicia fiscal», dijo el coordinador del Bloco de Esquerda, Francisco Louçâ, cuando participaba de un piquete de huelga en las puertas de Autoeuropa, la mayor fábrica de automóviles de Portugal.
Louçâ agregó que la «huelga muestra que la población quiere políticas públicas que promuevan la creación de empleo, el combate a la precariedad y la defensa de los más pobres».
En un gran concierto, organizado en la plaza Figueira por el Sindicato de Profesores de Lisboa para festejar la histórica jornada, el líder de la CGTP, Carvalho da Silva, recordó que el éxito de la huelga general fue logrado por personas «que viven con muchos sacrificios, porque hay millares con salarios muy bajos y en una situación de precariedad llevada al límite, y para quienes tuvo un costo muy alto perder un día de salario. Pero lo hicieron con coraje». Destacó también que «no podemos permitir más injusticias que fueron siendo aplicadas a los largo del año en nombre de la crisis, donde los gobernantes impusieron recortes a la ayuda social, al apoyo a los estudiantes, pero no a los bonos de los ricos».
El gobierno quiere flexibilizar el mercado de trabajo
El gobierno quiere disminuir el valor de las indemnizaciones de quien es despedido sin justa causa y facilitar los procesos de despidos. El coordinador del Bloque, Francisco Louçâs, habla de «ganancia organizada».
Si en junio, el primer ministro, al final de la reunión del Consejo Europea en Bruselas, afirmaba que la reforma del código laboral hecha por el Gobierno era suficiente y que no iría a promover nuevas alteraciones en las relaciones laborales, ahora cambia el discurso.
Al finalizar la sesión del cierre del debate sobre el Presupuesto para el 2011, el ministro de Finanzas, Texeira dos Santos, defendió que es necesario profundizar las reformas en el mercado de trabajo. Mientras tanto, José Sócrates ya lanzó la reforma al anunciar una agenda para el crecimiento económico y para el empleo y que pasará por la flexibilización del mercado de trabajo.
Para la próxima semana, ya fueron agendadas algunas reuniones para la discusión de este tema con los sectores sociales, siendo la primera la que convocará a las mayores empresas exportadoras, entre las que estarán Petróleos de Portugal, Autoeuropa, Soporcel, Continental Mabor, Bosch Car Multimédia Portugal, Somincor, Peugeot-Citroen Portugal, Repsol, Companhia Aveirense de Componentes Industriais de Automóveis (CACIA), Amorim e Irmãos, Efacec y BA Vidro.
El primer ministro va así a ceder a las exigencias de los grandes empresarios y de las organizaciones trasnacionales.
El coordinador del Bloco, afirmó en Coimbra, que la flexibilización del mercado de trabajo resulta de la «ganancia organizada» de los grandes intereses económicos.
El gobierno cede, según Francisco Louçâs, a las presiones del FMI y presenta como solución para la crisis del empleo, para la crisis económica, crisis de confianza y crisis financiera, la flexibilización del mercado de trabajo. Lo que está verdaderamente en juego es la disminución del valor de la indemnización de quien es despedido sin justa causa, facilitando los despidos masivos.
Louçâ señaló que la política del FMI, «aquella que Pedro Passos Cohelo aplaude y con quien entretanto ya gobierna con su acuerdo para este Presupuesto de miseria y desempleo» agravará la pobreza, las injusticias y el desempleo.
Francisco Louça es un economista portugués de reputación académica internacional y el principal dirigente del Bloco d’Esquerda.
Carvalho da Silva es un veterano dirigente obrero, líder de la central sindical mayoritaria portuguesa CGTP.
Traducción para www.sinpermiso.info: Carlos Abel Suárez