En el marco de la campaña mediática impulsada por la empresa nicaragüense Nicaragua Sugar Estates Ltd (NSEL), propietaria del Ingenio San Antonio e integrante del Grupo Pellas, para contrarrestar las denuncias de los ex trabajadores azucareros y las viudas de la Asociación Nicaragüense de Afectados por Insuficiencia Renal Crónica (ANAIRC), y de decenas de organizaciones […]
En el marco de la campaña mediática impulsada por la empresa nicaragüense Nicaragua Sugar Estates Ltd (NSEL), propietaria del Ingenio San Antonio e integrante del Grupo Pellas, para contrarrestar las denuncias de los ex trabajadores azucareros y las viudas de la Asociación Nicaragüense de Afectados por Insuficiencia Renal Crónica (ANAIRC), y de decenas de organizaciones que a nivel mundial apoyan sus justas demandas por los daños causados a su salud, esa empresa no solamente ha invertido decenas de miles de dólares para crear sitios y páginas web, blogs y comprar espacios publicitarios Google a nivel mundial, sino que ha comenzado a copar los espacios de «libre publicación» en los medios independientes, que históricamente han surgido para dar espacio y palabra a «los y las sin voz», y no a las transnacionales que ya controlan los más importantes medios de comunicación nacionales e internacionales.
Como está actuando la NSEL-Grupo Pellas
En marzo de 2009, después de haber enviado, sin lograr siquiera una respuesta, más de diez cartas al presidente del Grupo Pellas, Carlos Pellas Chamorro, para poderse reunir y dialogar sobre la grave situación en que viven miles de ex obreros del Ingenio San Antonio afectados por la insuficiencia renal crónica (IRC), los miembros de la ANAIRC decidieron dar un paso más en su lucha, instalándose en Managua y marchando cada día frente al Edificio BAC, verdadero puesto de mando del imperio Pellas, para pedir con más fuerza la instalación de una mesa de negociaciones de cara a una necesaria indemnización por los daños ocasionados a su salud.
Según ese grupo de afectados, el uso masivo de agrotóxicos que se dio en el pasado contaminó las aguas de la zona y afectó directamente a los trabajadores y a sus familiares. La mayoría de estas personas vivían en una ciudadela en medio de los cañaverales, aguantando de todo, hasta que en 1998 fueron desalojados para tratar de ocultar el preocupante aumento de la mortandad por IRC, su relación con el lugar donde vivían y el trabajo que desarrollaban (eso no quiere decir que antes de esta fecha la gente no se enfermaba, simplemente se ocultaba la causa del fallecimiento http://www.rel-uita.org/
Además, las condiciones de trabajo, la falta de hidratación y el riego manual de agrotóxicos fueron otros de los elementos que contribuyeron a una relación directa entre la IRC y la agroindustria azucarera (el hecho de que la IRC sea multicausal no quiere decir que estos elementos no son algunas de estas causas, ¿O acaso se quiere aplicar la regla del «todos culpables, todos inocentes?).
A partir de la llegada de la ANAIRC en Managua y del comienzo de una fuerte campaña nacional e internacional de apoyo a su lucha, incluyendo una campaña de boicot del principal y más conocido producto del Grupo Pellas (a través de su empresa asociada Compañía Licorera de Nicaragua SA), el multipremiado ron Flor de Caña, esta transnacional de capital nicaragüense ha comenzado a desarrollar una estrategia de defensa de su imagen muy bien diseñada y muy costosa. Una señal clara de su preocupación. Una piedra en el zapato que no ha logrado quitarse.
Con la complicidad de los pseudos sindicatos del Ingenio San Antonio y Compañía Licorera de Nicaragua SA -lamentablemente uno de ellos afiliado a una Central de origen sandinista (CST), afiliada, a su vez, a organizaciones sindicales internacionales, lo cual le dio el toque de originalidad y de supuesta pluralidad que el señor Carlos Pellas y sus allegados buscaban en los medios- el Grupo Pellas contrató una manifestación de autoapoyo (http://www.rel-uita.org/
Dividir a los trabajadores -en este caso a los trabajadores activos de los ex trabajadores enfermos- es una vieja práctica de los patrones que siempre da sus resultados y nada tiene que ver con la defensa de la estabilidad laboral.
Misma estrategia golpista
Es sorprendente ver como hace poco, en Tegucigalpa, Honduras, también el reconocido empresario-productor de palma africana, Miguel Facussé Barjum, quien se enfrenta, junto a otros dos empresarios (René Morales y Reynaldo Nanales), a la lucha reivindicativa de miles de campesinos pertenecientes al Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) que piden se les regrese el derecho sobre más de 20 mil hectáreas de tierra de la Reforma Agraria, que fueron usurpadas por esos terratenientes, contrató una manifestación de autoapoyo que llegó hasta Casa Presidencial, donde el actual presidente Porfirio Lobo y los dirigentes del MUCA estaban negociando una salida al grave conflicto que ha dejado un terrible saldo de muertos y heridos.
También en ese caso, miles de obreros agrícolas explotados y mal pagados (menos de 5 dólares diarios) fueron literalmente acarreados hasta la capital y obligados a defender a su patrón.
En una nota del movimiento Los Necios, de Honduras, se lee: «Diez mil empleados, camiones de distribución y carteles prefabricados en apoyo a su persona (Miguel Facussé), marchan una mañana de la semana pasada por las calles de Tegucigalpa, su lema es «Trabajo» pero en realidad defienden al Capital. Haciendo gala de su desesperación, Facussé obliga a todos los trabajadores de sus empresas a viajar a la capital para hacer una demostración de… ¿fuerza? Empleados comentan de las amenazas de despido y sanciones en caso de faltar al compromiso con el patrono. Otros, engañados, asistieron a la cita y al marchar por una causa ajena reafirmaron su sentimiento de resistencia».
Nada nuevo. Misma estrategia. La pobreza y la desesperación se vuelven instrumentos en manos de los poderosos para aniquilar a los y las que se oponen a este sistema explotador de los recursos humanos y ambientales, acabando con la dignidad de los seres humanos.
¿Ningún estudio científico?
Otro tema recurrente en la campaña mediática del Grupo Pellas es dar a creer que «hasta el día de hoy no existe ningún estudio científico serio y reconocido que establezca un vínculo de causalidad entre las prácticas productivas del cultivo de la caña de azúcar y la Insuficiencia Renal Crónica (IRC)».
Según los resultados preliminares de un estudio profundo, que está previsto culminar en 2010, de la UNAN León (Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua), junto con universidades de Suecia, Estados Unidos y Costa Rica, instituciones públicas y otras organizaciones nacionales, para detectar los factores que originan la IRC, entre los principales factores de riesgo se evidencian los nefrotóxicos ambientales, como por ejemplo los metales pesados -arsénico, cadmio y plomo-, los agrotóxicos usados sin control y sin criterios, como Aldrin, Clorotalonil, Maneb, Sulfato de Cobre, Endrin y el mismo DBCP (Nemagón).
Al presentar estos resultados, la Dra. Cecilia Torres, investigadora de Salud Ocupacional de esta universidad, dijo que «lo de la caña es un proceso de producción complejo, que tiene el campo y la fábrica. ¿Qué ocurre cuando a un trabajador se le pagan 20 córdobas (un dólar) por tonelada cortada? Esta persona se va a matar trabajando para poder ganar un sueldo mensual. Realmente es allí el círculo perverso: bajo salario, en condiciones muy precarias donde se trabaja con temperaturas de hasta 50 grados, una deshidratación sostenida, ingesta de agua muchas veces contaminada. Se trata de una agresión física constante».
Asimismo, Mario Jiménez, médico epidemiólogo del Centro para la Investigación en Recursos Acuáticos (CIRA) de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), dijo que «los estudios que realizamos en la zona occidental del país revelaron la presencia de agrotóxicos órgano-clorados, como Lindano, Toxafeno, DDT y DDE, en el agua de pozos para consumo humano y valoramos también su presencia en la leche materna, grasas y sangre humana y en el cordón umbilical en recién nacidos.
Comparando la zona occidental con la central del país, detectamos en la primera una alta incidencia de canceres y de mortalidad por IRC y esto evidencia una posible relación causa-efecto entre la IRC, las malformaciones congénitas, los cánceres y los agrotóxicos. La idea -continuó Jiménez- es tratar de resaltar cuáles son las posibles relaciones causales de estas patologías con los cambios ambientales y un ecosistema totalmente alterado por las contaminaciones que aún persisten. Aunque la IRC es claramente una enfermedad multifactorial, no podemos excluir que tenga relación con el trabajo en los ingenios azucareros».
La doctora Torres agregó también que «Los resultados no fueron homogéneos a nivel de comunidades y revelaron que la mayor incidencia de la IRC fue en los sectores de la minería un 37 por ciento, agricultura y café 32 y 14 por ciento respectivamente. Sin embargo, la comunidad de La Isla, en Chichigalpa, donde se trabaja principalmente la caña, es donde la prevalencia de la IRC fue más alta, alcanzando el 41 por ciento, y con un 7 por ciento de personas en estado terminal» (http://www.rel-uita.org/
¿Por qué la Nicaragua Sugar Estates nunca menciona ese estudio y estos resultados – ya retomados por una Comisión Intersectorial sobre IRC de la Asamblea Nacional para preparar una iniciativa de ley sobre «Buenas prácticas productivas» en el campo y sobre todo, en la agroindustria azucarera? ¿Será que no le conviene?
Agrotóxicos
Otro tema de la campaña mediática del Grupo Pellas, que usa a sus empleados para llenar la web de falsas informaciones o verdades a medias, es que la Nicaragua Sugar Estates Ltd. «no utiliza pesticidas en sus labores agrícolas sino que practica el control integral de plagas. Esto incluso ha sido bastante divulgado como un ejemplo de buenas prácticas ambientales en Centroamérica». Por el contrario, en otros mensajes acepta el hecho de usar agrotóxicos, pero de los que están permitidos en Nicaragua y en el mundo, y con todas las precauciones del caso.
Pero lo que los ex trabajadores de la ANAIRC y las viudas, cuyos maridos fallecieron hace años, denuncian son las prácticas que se utilizaban cuando ellos eran trabajadores activos, y cuando las condiciones de trabajo, sobre todo el riego manual de agrotóxicos, eran de total explotación, sin ningún tipo de protección (http://www.rel-uita.org/
Según un documento en manos de la ANAIRC, firmado por el director de recursos humanos del Ingenio San Antonio, Marino Castrillo, se realizaron análisis exhaustivos de las aguas del Ingenio San Antonio, resultando gravemente contaminadas por agrotóxicos y relacionando esta presencia con la afectación por IRC. Entre los agrotóxicos encontrados se mencionan Gramoxone, Roundup, 2,4-D, Counter (Terbufós), Furadan, Madurador. Algunos de ellos clasificados como altamente tóxicos y ya prohibídos o fuertemente restringidos a nivel internacional.
Del uso de estos agrotóxicos y de la falta casi total de protección para quienes aplicaban el producto han hablado en muchas ocasiones los ex trabajadores afectados por IRC de la ANAIRC.
(http://www.rel-uita.org/
Aparentemente, los enfermos nunca vieron estas «buenas prácticas productivas» y es por eso, como ya se mencionó, que en la Asamblea Nacional se ha introducido una iniciativa de ley que obligue a todos estos productores agrícolas, de manera particular los de la caña, a cambiar métodos productivos y adoptar todas las medidas necesarias para salvaguardar la higiene, seguridad y salud ocupacional y el medio ambiente.
En una entrevista sobre la intención de la Nicaragua Sugar Estates de adquirir 1.500 hectáreas más de terreno para expandir la producción de caña, Yanirée Alvarez, en aquel momento activista del Movimiento Social de León, decía que «No se está tomando en cuenta que para cultivar caña se necesita extraer grandes cantidades de agua. Para regar menos de 1.500 manzanas se necesitan por lo menos diez pozos muy profundos, y de cada pozo se extraen 1.200 galones de agua por minuto. Esto ya está afectando gravemente las reservas de agua de los pobladores de la zona rural, y ese nuevo proyecto va a empeorar la situación.
Otro elemento es la deforestación que se va a ocasionar para sembrar caña. Si juntamos todos estos factores queda claro que el proyecto de los dueños del Ingenio San Antonio va a tener una incidencia muy negativa.
En los diferentes foros sobre energía renovable se ha demostrado la gran capacidad que tiene Nicaragua en relación con la producción de energía geotérmica, eólica y solar, pero aquí se quiere potenciar algo que va a dañar a la gente y al medio ambiente y beneficiar sólo a un grupo privilegiado de empresarios. Eso no es ninguna ayuda para el país» (http://www.rel-uita.org/
Y hay más
Otro tema muy querido en la campaña mediática de desinformación de la NSEL-Grupo Pellas tiene que ver con la relación directa entre IRC y trabajo.
«Si bien la OIT no tiene catalogada a la Insuficiencia Renal Crónica como una enfermedad profesional, su reconocimiento como tal por la legislación nicaragüense no significa que la actividad cañera la produzca. Cada caso tiene que ser valorado por un comité médico. Se conoce por ejemplo que la Hipertensión Arterial y la Diabetes son algunas de sus causas más comunes, lo que no es vinculante en sentido alguno con el cultivo de la caña de azúcar», se lee en las falsas notitas regadas por la empresa.
La Ley 456 «Ley de Adición de Riesgos y Enfermedades. Profesionales a la Ley No. 185, Código del Trabajo» reconoce la IRC como enfermedad profesional y más de 4 mil ex trabajadores del Ingenio San Antonio afectados por IRC o ya fallecidos, reciben o recibieron una pensión por riesgo laboral. Es decir, el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) reconoce que sufren de una enfermedad -la IRC- vinculada directamente con el trabajo que desarrollaron en los cañaverales. Además, hace unos meses, el director del INSS, Dr. Roberto López, reconoció públicamente el vínculo entre IRC y la agroindustria azucarera, e instó a los productores de caña a participar en la solución del problema (en este sentido se está promoviendo la ley de buenas prácticas productivas).
Además, propuso que se suba el porcentaje que los productores pagan al INSS en concepto de riesgo laboral, del 1 al 5 por ciento. Esa mayor recaudación serviría para invertir en la atención a los afectados por IRC. ¡Más claro no canta un gallo!
«Divide et impera»
Otro tentáculo de la estrategia del Grupo Pellas se ha encargado de crear la ilusión de que ¡Sí, la Nicaragua Sugar Estates Ltd es una empresa que ama el diálogo!».
En la web se han regado mensajes y notas sobre un supuesto diálogo con un sector de los afectados (ASOCHIVIDA), «convocado por la oficina de Cumplimiento, Asesoría y Ombudsman (CAO) del Banco Mundial, a raíz de una solicitud presentada por ASOCHIVIDA y otros miembros de la comunidad».
El objetivo es obvio. Pintar a la ANAIRC como un pequeño grupo de locos y locas, sediento de dinero, que no quiere dialogar según las directivas de la transnacional nicaragüense. Desprestigiar, aislar y encontrar supuestos aliados en el mismo gremio, ha sido históricamente un instrumento de la clase empresarial para dividir al sector obrero, desvirtuar luchas y ganarles con más facilidad a quienes se resisten a bajar la cabeza ante el patrón.
Sin entrar en detalles porque también los compañeros y compañeras de ASOCHIVIDA viven las tristes condiciones de las personas enfermas, víctimas de una sistema productivo nefasto y devorador, jugando con las necesidades de la gente…(mejor explotado que muerto de hambre), hay que recordar que la CAO no aparece así por así, sino porque la Nicaragua Sugar Estates Limited pidió un préstamo de 25 millones de dólares al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para adquirir 1.500 hectáreas de terreno y expandir el cultivo de caña. Organizaciones de la sociedad civil se han movilizado para detener este proyecto, considerándolo extremadamente dañino para la población y los recursos naturales.
Así que el tan cacareado diálogo no es algo que surje del buen corazón de la NSEL-Grupo Pellas, sino una exigencia del BID ante las denuncias que en su momento ASOCHIVIDA y los movimientos sociales presentaron ante este organismo financiero. Es decir, una vez más, detrás de todo esto está el interés económico para lograr un préstamo millonario para extender el monocultivo de caña y seguir arrasando con la naturaleza.
Al denunciar estas pretensiones de la NSEL-Grupo Pellas, Yanirée Alvarez decía en 2006 que «Existen muchos problemas que el BID tiene que tomar en cuenta, y estamos trabajando para que nos dé la posibilidad de presentar todas las pruebas que tenemos en contra de la Nicaragua Sugar Estates Limited.
Para acceder a un préstamo del BID no se pueden tener causas abiertas con la justicia. La Nicaragua Sugar Estates Limited tiene causas pendientes con la justicia por la vía administrativa y por la vía judicial, y vamos a presentar esos expedientes.
Tenemos, además, comprobantes de cheques que demuestran cómo el Ingenio San Antonio compró «voluntades» entre los miembros del sindicato blanco que existe en la empresa. Aparentemente, este sindicato avaló la demanda de préstamo y vamos a demostrar por qué lo hizo sin tomar en cuenta a los demás trabajadores. Lo que pretendemos probar es cómo la empresa ha frenado el verdadero sindicalismo dentro de la planta, con el apoyo del personal del Ministerio del Trabajo.
El Ingenio San Antonio posee actualmente 144 mil manzanas de tierra y ahora quiere agregarle 1.500 hectáreas más. Está adquiriendo tierras que eran de cooperativas que fueron beneficiadas por la Reforma Agraria de los años 80 y que, en los últimos 16 años, con el desmantelamiento del sistema agropecuario, no consiguieron financiamientos y las fueron acorralando hasta tener que vender sus tierras.
Vamos también a presentar las resoluciones del Ministerio del Ambiente (MARENA) y del Ministerio de Agricultura (MAGFOR) en contra del Ingenio San Antonio, y vamos a pedir a las autoridades municipales relacionadas con el medio ambiente que tomen cartas en el asunto.
Tenemos una gran cantidad de pruebas en contra de esta empresa y ahora se trata sólo de ordenarlas y crear grupos de trabajo» (http://www.rel-uita.org/
Surgen preguntas
¿Serán suficientes mochilas escolares, paquetes alimenticios, un poco de medicamento y muchas promesas en el marco de la supuesta Responsabilidad Social Empresarial del Grupo Pellas para sanar las heridas que han dejado miles de muertos?
¿Por qué negar la evidencia de que ha habido casi 3,700 fallecidos por IRC entre los ex trabajadores del Ingenio San Antonio? ¿No será que los altos cargos de la NSEL y del Grupo Pellas, encerrados en sus oficinas con aire acondicionados, acusan a la ANAIRC de inventar estadísticas porque ni se atreven a pisar las calles polvorosas de Chichigalpa y los demás municipios para averiguar, alcaldía por alcaldía, comarca por comarca, casa por casa, familia por familia, rostro por rostro, tal como lo hace la ANAIRC, cuántos ex obreros fallecen cada día?
¿Por qué buscar nuevos supuestos estudios sobre las causas de la IRC cuando ya existe el estudio de la UNAN que está por terminar? ¿Habrá gato encerrado en todo ese proceso, que tal vez culmine cuando la mitad de la gente que está «negociando» haya desaparecido?
¿Quién está pagando ese estudio y que influencia tendrá el poderoso Grupo Pellas? O de verdad hay alguien que pueda pensar que el coloso económico está dispuesto a aceptar un resultado que lo ponga con la espalda contra la pared, arriesgando su imagen y sus negocios?
¿Será un organismo del Banco Mundial un interlocutor confiable y super partes?
¿Por qué nunca se habla de la condena del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) contra el Grupo Pellas, donde «se le acusó de haber tratado a los trabajadores en condiciones laborales indebidas, donde manejaron agrotóxicos sin el equipamiento adecuado y, además, el Grupo Pellas no se hizo cargo de esos trabajadores cuando salieron afectados por la IRC, dejándolos a la intemperie en materia de protección sanitaria y laboral, entre otros» (http://alainet.org/active/
La ANAIRC sigue en su lucha para que se les indemnice por los daños causados a la salud de sus afiliados. No son muchos, pero son valientes y firmes, y no se han vendido, no han aceptado dinero y han aguantado toda clase de insulto, hostigamiento y amenaza.
Son ejemplo de resistencia y lucha y esto le duele a la NSEL-Grupo Pellas. Son una piedra en su zapato que no logran quitarse. Y a su lado hay decenas de organizaciones nacionales e internacionales que recientemente han vuelto a demostrar su solidaridad y apoyo incondicional.
Hay centenares de miles de personas que en el mundo conocen de su lucha y ahora, conocen al Grupo Pellas y a sus políticas empresariales, y de nada van a servir las campañas mediáticas. Hay gente, mucha gente, tal vez la mayoría, que todavía piensa con su propia cabeza, y por eso es libre.
Fuente: http://nicaraguaymasespanol.
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