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Deutschland über alles

Fuentes: Rebelión

Deutschland Uber Alles. Esta es la única lectura que se puede hacer de lo que está ocurriendo ahora mismo en Europa. Alemania por encima de todos. Alemania, contra todos. Alemania quiere más castigo para Chipre, como antes lo quiso para Grecia, Portugal, España…. No es una cuestión de economía, o sí, es una cuestión económica […]

Deutschland Uber Alles. Esta es la única lectura que se puede hacer de lo que está ocurriendo ahora mismo en Europa. Alemania por encima de todos. Alemania, contra todos. Alemania quiere más castigo para Chipre, como antes lo quiso para Grecia, Portugal, España…. No es una cuestión de economía, o sí, es una cuestión económica pasada por el filtro de la idea de superioridad. No la del nazismo, que está un poco demodé, sino la de los chicos buenos que hacen bien los deberes frente a los malos que acaban palmando dinero.

Eso nos dicen. Los jubilados alemanes quieren cobrar sus pensiones, y para ello no importa condenar al paro, a la miseria, al desahucio, a millones de personas en los países del sur. Portugal, Italia, Grecia, España. ¿No son los PIGS, al fin y al cabo? Pues que se jodan. Es la versión germanizada de la frase de la Fabra. Que se joda España. Y puestos a joderse, dicen los políticos, que se jodan los de abajo. Es la guerra de siempre, el Norte contra el Sur, los pobres contra los ricos. ¿No vaticinaba Marx algo parecido?

Alemania ha estado siempre en la génesis de los grandes desastres del siglo pasado. Alemania malinterpretó (o interpretó a su conveniencia) a Nietzsche, que cuando hablaba de superhombres estaba arremetiendo contra el cristianismo, y se refería a una superioridad que sólo se podría alcanzar si se desterraba la idea de poner la otra mejilla. Alemania por encima de todos, y si no se pudo conseguir por medio de la guerra, lo conseguiremos por medio de la economía.

Alemania superó una derrota, se convirtió en el motor de la locomotora Europea, y ahora que tiene la sartén por el mango, la venganza es suya. La burguesía alemana seguirá atracándose de chucrut y salchichas de Frankfurt, a costa de que los de abajo coman sobras de pan. Los pudientes, gordos y sonrosados jubilatas alemanes podrán ir a las playas del sur a precios de saldo siempre que los camareros, cocineros y sirvientes españoles o griegos (porque eso es para lo único que valen) cobren sueldos de miseria.

Y los que tengan alguna formación, que se vengan pa Frankfurt, que aquí siempre hay trabajo para un ingeniero que hable alemán y esté dispuesto a soportar desprecios y prepotencias. El sur tardará décadas en recuperarse, habrá calles llenas de mendigos y millones de vidas destrozadas. ¿A quién le importa? Cuando haya demasiados siempre podemos tirar de cámaras de gas.

Y mientras tanto nuestros gobernantes besando la mano que les esclaviza, sonriendo ante las agresiones cada vez más atroces. Nuestros políticos conniventes, complacientes, no es que pongan la otra mejilla, es que ponen directamente el culo. Y Nietszche removiéndose en la tumba, me han interpretado mal, no era esto, y la Merkel dando palmaditas a Rajoy, si te portas bien te dejaré que te pongas mis ligueros y te daré órdenes en alemán (ya decía Carlos V que el alemán era el idioma con el que había que hablar a los caballos).

Alemania, ay, no es el motor. Alemania es el problema. Cuanto más tardemos en darnos cuenta, más gente seguirá sufriendo. Alemania seguirá apretando las tuercas hasta que la dominación sea completa, o hasta que los de abajo digamos basta ya. Hasta que mandemos al euro a tomar por Berlín, hasta que nos plantemos y digamos, ¿qué deuda?, hasta que recuperemos la soberanía que, ay, perdimos el día en que dejamos nuestras vidas en manos de ese Capitalismo 2.0 llamado eufemísticamente Europa, y más verosímilmente Alemania.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.