Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti
Los enviados especiales de Peacereporter han hecho un viaje desde Berlín hasta la gélida Murmansk, Rusia. Desde Berlín hasta la perdida Burgas, en tierra búlgara. En medio, historias, dibujos, fotografías y pequeñas películas que viven de anotaciones jugando con el concepto de «diario». Realizado con la mirada y el oído de quien está dispuesto a recoger visiones, más que a encontrar la prueba de teorías sociales y políticas.
Por Angelo Miotto
Hoy sólo queda una cicatriz. El 9 de noviembre de 1989 salta el Muro y los desequilibrios estratificados que se habían vuelto normales se arrancarán en pocos meses. En las mentes de los ciudadanos del Este, los mapas mudos del Oeste se vuelven a adueñar de calles y colores. La curiosidad del bastión capitalista se abalanza enseguida sobre las arquitecturas del otro lado del Muro. Parece paradójico, pero esas alambradas, esas vallas que tenían casi siete mil kilómetros eran puntos de sutura espinados que sostenían como podían la imposibilidad de escribir fronteras innaturales.
Del Telón de Acero quedan sólo vestigios, ruinas que se han convertido en estelas de una memoria dolorosa o atracciones turísticas de un icono del S. XX.
El número especial de la revista mensual de Peace Reporter y este documental web, que está recibiendo buenas críticas de la prensa internacional nace de un mapa colgado en una pared y de una mirada insistente sobre esa herida que recorría desde las temperaturas árticas de Murmansk hasta la frontera con la Tracia. Hace veinte años los cambios bruscos y el derrumbe del bloque del Este tenían un nuevo rostro, noble: el del pasaje a la Libertad. Veinte años después, en un contexto económico, político y social trastornado, un grupo heterogéneo de enviados se ha puesto en marcha para comprender y contar fragmentos de cotidianeidad, de pensamiento de quienes viven en esa cicatriz. Han ido a tocar la madera de recintos prohibidos, a oir las voces de quien vivió perpendicular y paralelo al mundo de las ideologías y de quienes jamás conocieron el Telón.
Hemos viajado hacia el norte y hacia el sur, desde Berlín como epicentro. Firman Luca Galassi y Nicola Sessa. El proyecto a lo largo del Telón de Acero no ólo son palabras y fotos, sino como podréis ver también un producto multimedia realizado con Prospekt photographers, BeccoGiallo y la dirección de On/Off.
Lo que resta del desastre de la segunda posguerra a lo largo de miles de kilómetros está en las historias buscadas o casuales que hemos encontrado. La libertad es un pensamiento, una necesidad imperiosa que acaba con toda jaula. No puede, por naturaleza acabar como rehén de una sóla visión del mundo, una vez saltado el Muro.
La cicatriz sigue ahí bien visible, aún hoy.
http://it.peacereporter.net/articolo/18753/Resta+solo+una+cicatrice
Por Maso Notarianni
A quienes lo vivieron les emociona volver a oír hoy las declaraciones del presidente de la Alemania del Este quien, pocos días después de la cáida del Muro profetizaba larga vida al Telón de Acero y al sistema «socialista». Un enemigo que dibujaban como ferocísimo y bien poderoso.
En nombre de la «lucha por la libertad» se han cometido en Occidente, desde Occidente, las peores atrocidades. Golpes de Estado en Europa, África, América Latina, dictaduras sangrientas, estrategia del terror, masacres, acuerdos con la mafia, los narcotraficantes, productores de heroína. Y guerras, guerras calentísimas y lejanas del frente principal que surcaba Europa.
El «enemigo», después, se mostró como era: un tigre de papel que se derritió como la nieve al sol.
Hoy sigue viéndose una profunda desigualdad entre el Este y el Oeste de Europa. El muro ya no existe. Pero permanece -salvo rarísimas excepciones- la diferencia: a este lado la riqueza, en aquel lado la pobreza.
Emociona tocar con las manos estas diferencias. Escucharlas contadas por sus protagonistas. Sin memoria no puede construirse futuro. Tampoco comprender un presente hecho de enemigos imaginarios contra quienes Occidente dice luchar perpetrando atrocidades e impulsando guerras.
http://it.peacereporter.net/articolo/18754/Il+muro+non+c%27%E8+pi%F9%2C+restano+le+differenze