Rostock. Una gran manifestación en Rostock contra la cumbre del G8, que tendrá lugar la semana próxima en Alemania, reunió este sábado a unos 20 mil manifestantes según la policía, y a unos 80 mil según la ONG Attac, y terminó en choques entre la policía y grupúsculos independientes. Cerca del lugar adonde debían arribar […]
Rostock. Una gran manifestación en Rostock contra la cumbre del G8, que tendrá lugar la semana próxima en Alemania, reunió este sábado a unos 20 mil manifestantes según la policía, y a unos 80 mil según la ONG Attac, y terminó en choques entre la policía y grupúsculos independientes.
Cerca del lugar adonde debían arribar los manifestantes, en el puerto de Rostock, grupúsculos autónomos comenzaron a lanzar piedras, botellas y cocteles molotov contra la policía alemana al término de la multitudinaria protesta, en enfrentamientos intensos, pero de corta duración.
La policía perseguía a los manifestantes autores de la violencia en muchas calles vecinas.
Un portavoz de la policía dio cuenta de daños materiales, entre ellos vidrieras rotas, y dos policías fueron levemente heridos.
Desde el inicio, unos 2 mil manifestantes reunidos en un grupo denominado Schwarzer Block (Bloque negro), la mayoría de ellos encapuchados, era observado atentamente por la policía.
Otro portavoz policial consideró que los manifestantes «buscaron la confrontación de forma masiva». Una organizadora de la manifestación había pedido a estos grupos independientes mantenerse alejados de las fuerzas del orden.
Tras los incidentes, mientras los helicópteros de la policía surcaban incesantemente los cielos de la ciudad, la calzada quedó repleta de piedras y otros objetos.
«Se trata no obstante de incidentes menores en medio de una gran manifestación. En general todo se desarrolló de manera calma», subrayó la portavoz policial.
Los manifestantes, llegados en camionetas o tren desde toda Alemania, pero también del extranjero, se reunieron inicialmente en dos plazas de Rostock, donde escucharon discursos y música rap mientras preparaban sus pancartas contra la celebración de la cumbre del Grupo de los Ocho del 6 al 8 de junio en el vecino balneario de Heiligendamm.
Luego, bajo un cielo gris y un clima fresco, los dos cortejos partieron con gritos de «¡No al G8!» en dirección al puerto de Rostock.
«Miles de personas vinieron hoy a decir que no esperan nada del G8. O peor, que no esperan nada bueno de él», declaró a la prensa Werner Ratz, de Attac Deutschland.
«Los participantes representan un amplio espectro y están contra la globalización, la guerra en Irak y una serie de cosas», declaró Ines Brembach, una de las organizadoras.
«Es ridículo decir que el G8 intenta construir un mundo más pacífico, cuando lo que hace es exportar armas que están destruyendo Africa y su agricultura», agregó.
Los manifestantes prometieron bloquear las carreteras que conducen al lugar de la cumbre, para intentar impedir la llegada de los líderes de los ocho países más industrializados del mundo (Gran Bretaña, Canadá, Francia, Estados Unidos, Alemania, Italia, Rusia y Japón).
Como ya es costumbre en las cumbres del G8, el lujoso hotel en que se alojarán los líderes del G8 ha sido rodeado por una valla, coronada de alambres de espino.
Las autoridades alemanas no escatiman gastos en la seguridad, y han movilizado a 16 mil policías para contener las protestas, a un costo total de 12.5 millones de euros (16.8 millones de dólares).