En el Ulster, los unionistas echan en cara al primer ministro británico, Tony Blair, una cierta mano blanda con el terrorismo de baja intensidad practicado por los republicanos, a pesar del abandono de las armas del IRA. En el Reino Unido, ocurre justo lo contrario. Así, el diario británico The Independent dedicó ayer su portada […]
En el Ulster, los unionistas echan en cara al primer ministro británico, Tony Blair, una cierta mano blanda con el terrorismo de baja intensidad practicado por los republicanos, a pesar del abandono de las armas del IRA.
En el Reino Unido, ocurre justo lo contrario. Así, el diario británico The Independent dedicó ayer su portada a lo que califica como «primeras víctimas» de la ley antiterrorista de Blair, que entró en vigor la semana pasada.
Se trata de dos abuelas de Yorkshire (entre las dos suman 10 nietos), que fueron detenidas durante 12 horas el pasado sábado por pasear junto a una base militar.
Las dos mujeres -Helen John, de 68 años, y Sylvia Boyes, de 62 años- se enfrentan ahora a un año de cárcel y a una multa de 7.500 euros.
Hace 25 años, ambas participaron en las famosas protestas de Greenham Common, unas instalaciones militares donde se almacenaba material nuclear.
Las protestas de Greenham Common, que duraron 19 años, fueron determinantes para la idea del activismo pacifista en el Reino Unido.
Con motivo de la ley antiterrorista de Blair, John y Boyes han vuelto a la carga. Ambas decidieron rebelarse contra la ley de Blair paseando por el camino de seguridad que usan los centinelas de la base estadounidense de Menwith Hill como forma de llamar la atención sobre una legislación que consideran que atenta gravemente contra la libertad de expresión y el derecho a manifestarse.
La nueva legislación, que entró en vigor la semana pasada, convierte a todos aquellos que se cuelen sin permiso en una base militar en Reino Unido en terroristas en potencia. Y eso es precisamente lo que les ha pasado a estas dos sexagenarias.
«Estoy dispuesta a ir a la cárcel», dijo Helen John, que el año pasado estuvo nominada para el premio Nobel de la Paz. «Pensamos que era un tema realmente importante, y teníamos que plantarle la cara», añadió esta abuelita.
Sylvia Boyes, que en 1999 fue absuelta por un tribunal de la acusación de dañar un submarino nuclear, añade: «Estoy perfectamente dispuesta a romper la ley, a ser acusada y a ir a la cárcel. El Gobierno cree que puede hacer lo que quiera y que el público pasivo aceptará todo lo que le echen. Creo esto que resulta muy preocupante».