Cuando quedan apenas seis meses para que se celebren elecciones en Gran Bretaña, las divergencias que vive el Partido Laborista quedaron en evidencia cuando dos ex ministros, Patricia Hewitt y Geoff Hoon, reclamaron que se celebren primarias con voto secreto para elegir al candidato, al considerar que Gordon Brown no es la mejor opción. Los principales dirigentes cerraron filas con el primer ministro, pero no pudieron ocultar que existe descontento interno.
Dos antiguos ministros laboristas provocaron ayer un terremoto en la política británica al proponer que se organice un referéndum en el seno del partido para determinar si el primer ministro, Gordon Brown, es el más adecuado para liderar la próxima batalla electoral frente a los conservadores, que son los favoritos en las encuestas.
La propuesta de organizar una consulta con voto secreto se presentó en una carta al director publicada por el diario «Evening Standard», que firmaron Geoff Hoon, ministro de Defensa cuando Gran Bretaña se embarcó en la guerra de Irak junto a Estados Unidos en 2003, y por la ex ministra de Sanidad Patricia Hewitt.
«Numerosos compañeros nos han expresado su frustración sobre la manera en la que esta cuestión [el liderazgo del partido] afecta a nuestra actuación política», escribieron los dos ex ministros en gabinetes de Tony Blair. Esta información ocupó casi inmediatamente los grandes titulares de las radios y las televisiones británicas, que hasta el momento estaban copados por el temporal de nieve que colapsa Gran Bretaña desde hace días.
«Hemos llegado a la conclusión de que la mejor manera de resolver el problema sería permitir que cada militante exprese su punto de vista mediante voto secreto», dijeron los dos disidentes laboristas.
Hoon echó más sal en la herida en una entrevista en la BBC, en la que destacó que el Partido Laborista no podrá reeditar su victoria electoral -llevan gobernando trece años, diez de ellos con Tony Blair- debido a la incertidumbre que provoca el liderazgo de Brown. «Tenemos que arreglar este problema de una vez por todas», insistió.
Sin apoyos visibles
«Hasta los más firmes seguidores de Brown deberían apoyar esta iniciativa», destacó Hewitt.
Los partidarios de Brown, sin embargo, reaccionaron inmediatamente para responder al ataque, en un momento en el que el Gobierno ha puesto en marcha una precampaña particularmente agresiva frente a los tories (conservadores). La práctica totalidad de los dirigentes laboristas cerró filas y mostró su apoyo a Brown, descalificando la propuesta de los dos ex ministros.
Tony Lloyd, presidente del grupo laborista en la Cámara de los Comunes, criticó a «este pequeño grupo de individuos que buscan reciclarse».
«No existe ninguna clase de apoyo en el seno del grupo a este intento de golpe de Estado», afirmó Lloyd a la emisora Sky TV.
La diputada laborista Geraldine Smith calificó a los firmantes de la carta de «ruines y traidores», mientras que Unite, el principal sindicato británico, denunciaba «esta intentona perjudicial y creadora de divisiones».
«Nadie debería reaccionar prestando excesiva atención a esta iniciativa», dijo Peter Mandelson, secretario de Estado para los Negocios, en un comunicado. «No está encabezada por los miembros del Gobierno. Nadie ha renunciado», destacó Mandelson.
Diez puntos por detrás
La prensa británica se ha hecho eco periódicamente de rumores de intentos de complot contra Brown, considerado como el principal responsable de la distancia de unos diez puntos que existe entre el Partido Laborista y el Conservador, liderado por David Cameron, a quien habitualmente otorgan alrededor del 40% de las intenciones de voto.
Los comentaristas políticos acogieron la carta de Hoon y Hewitt con una mezcla de sorpresa y escepticismo, al considerar que tiene muy pocas posibilidades de tener éxito.
Las elecciones legislativas británicas deben celebrarse como muy tarde en junio, pero la fecha del 6 de mayo es la que se presenta como más probable en los medios políticos.
El ex ministro británico de Interior Charles Clarke confirmó hoy que ha recibido la misiva de sus colegas y se mostró partidario de la votación entre los diputados laboristas, siendo uno de los pocos dirigentes del partido que se manifestó a favor de la propuesta realizada por Hoon y Hewitt.
Patricia Hewitt fue secretaria de Estado de Comercio e Industria (2001-2005) y ministra de Sanidad con Tony Blair (2005-2007). Considerada como leal a Blair, dejó el Gobierno en 2007, cuando Gordon Brown se convirtió en primer ministro. Entonces, justificó su decisión diciendo que quería dedicar más tiempo a su familia, parte de la cual vive en Australia.
Antes de ser elegida parlamentaria en 1997, fue secretaria de prensa del entonces líder laborista, Neil Kinnock, escribiendo algunos de sus discursos más conocidos.
Actualmente, forma parte de la dirección de British Telecom y el verano pasado anunció que no se presentaría por su distrito en las próximas elecciones. En 2009 «Daily Telegraph» denunció que solicitó una dieta para viajes aunque residía habitualmente en Londres.
Geoff Hoon fue ministro tanto con Tony Blair como con Gordon Brown. Fue el titular de Defensa cuando Gran Bretaña decidió invadir Irak junto a EEUU, lo que le convirtió en el objetivo de las críticas de la mayoría de la población, que se oponía a la guerra. Como consecuencia de ello, Blair le trasladó a un puesto de menor proyección pública, como portavoz en los Comunes.
Sorprendentemente, tras la dimisión de Blair, Brown volvió a contar con él para formar parte del Gobierno. Fue nombrado ministro de Transportes y llegó a figurar en las quinielas para ser nombrado comisario europeo. Dejó el Gobierno el pasado verano, en lo que se interpretó como una crítica a la falta de liderazgo de Brown. A diferencia de Hewitt, aspira a revalidar su escaño parlamentario.
http://www.gara.net/paperezkoa/20100107/175691/es/Dos-ex-ministros-cuestionan-liderazgo-Gordon-Brown