Grupos vecinales, sindicales, ecologistas y religiosos se unen y logran frenar por segundo año consecutivo las movilizaciones que grupos neonazis habían convocado para reivindicar su historia.
La llamada por sus organizadores «marcha de la tristeza» se celebra anualmente desde 2003 en Dresde con objeto de conmemorar la masacre que los aliados llevaron a cabo al bombardear la ciudad al final de la II Guerra Mundial. Este recuerdo es aprovechado por partidos de extrema derecha como el NPD para organizar una manifestación y exaltar el régimen nazi. Desde 2009, organizaciones antifascistas de toda Alemania participan en el intento de bloquear esta conmemoración.
El 19 de febrero, unos 300 autobuses con 20.000 personas, según Leftvision, llegaron a Dresde procedentes de toda Alemania. Su objetivo, no dejar a los alrededor de 700 neonazis salir de la estación de tren, entre los que había franceses, suizos y españoles. Y por segunda vez en la semana lo consiguieron, la anterior ocasión fue seis días antes. Tampoco los 1.300 neonazis que fueron hasta Dresde pudieron manifestarse.
Para lograr este bloqueo una coalición de diferentes organizaciones políticas y antifascistas, entre las que se encuentran Die Linke, los Verdes, el sindicato ver.di, ATTACK- Alemania o Acción Antifascista, había realizado una movilización a nivel nacional. Finalmente, los neonazis desde Dresde se fueron a Leipzig para intentar movilizarse, pero allí tampoco pudieron salir de las inmediaciones de la estación de tren.
Segundo año de bloqueo
«En 2010 conseguimos por primera vez detener la marcha neonazi más grande de Europa a través de un bloqueo masivo. El fundamento de este logro fue el trabajo conjunto de grupos antifascistas, iniciativas locales, grupos de acción, partidos, asociaciones juveniles, así como un gran número de individuos y organizaciones», explicaban antes del bloqueo sus organizadores Dresden Nazi Frei [Dresde libre de nazis].
Incluso unos 20 diputados del parlamento alemán aparecieron en un vídeo de Dresden Nazi Frei expresando el siguiente consenso: «Proponemos desobediencia civil contra la manifestación nazi. No utilizaremos violencia. Nuestro bloqueo masivo será un bloqueo de seres humanos. Nos solidarizamos con todos aquellos que compartan con nosotros el objetivo de evitar la marcha nazi». Eso sí, los bloqueos ya sean a través de sentadas o barricadas, se oponen al derecho a manifestarse de forma legal de la extrema derecha, cuya concentración estaba permitida por un juzgado de la ciudad.
A pesar de ello la gente que participó es consciente de que «los bloqueos son naturalmente ilegales, pero no éticamente reprochables». El debate en torno a la legitimidad de los mismos llegó hasta el Ministerio del Interior, y el propio ministro manifestó su apoyo el sábado 12 de febrero a la formación de una cadena humana en contra de la primera manifestación nazi declarando que «la lucha contra los nazis no puede» ser solamente algo de un día, el gesto de una cadena humana, sino que ha de ser una carrera de fondo. Sin embargo, hasta 600 personas fueron sancionadas en el bloqueo del 19 de febrero por un delito contra el derecho a la reunión y manifestación de los nazis.
Registro a Dresde Nazi Frei
Tras la manifestación que recorrió las calles de Dresde con el fin de bloquear la planeada manifestación neonazi, la policía entró en el centro de prensa de Dresde Nazi Frei sin autorización judicial impresa, solamente oral. En su interior provocó numerosos desperfectos materiales y se llevó detenidas a 14 personas, así como los discos duros y memorias portátiles que encontraron en el local. Éstas pasaron la noche en dependencias policiales y fueron liberadas a la mañana siguiente sin cargos.
Por otro lado, el centro social Praxis fue atacado con piedras y otros objetos por unos cien neonazis. Los organizadores del bloqueo denuncian que el año anterior ya se produjeron ataques y, a pesar de ello, este año la policía no ha hecho nada para impedirlo de nuevo. La policía alega falta de efectivos y ha anunciado que abrirá una investigación para aclarar lo ocurrido.
Por su parte, el alcalde de Jena, que también participaba en la marcha antinazi, criticó la actuación del Gobierno de Dresde, que debería haber coooperado más con quienes se manifestaron en contra de los neonazis.
12-F, cadena humana
Junto al bloqueo del 19 de febrero, una semana antes unas 17.000 personas se convirtieron en una cadena humana de tres kilómetros en la zona centro de la ciudad para conseguir que otra marcha neonazi no pudiera arrancar. En esta cita se celebraba de forma oficial el 65º aniversario del bombardeo angloamericano que destruyó la ciudad en la II Guerra Mundial. La marcha neonazi estuvo durante más de dos horas y media esperando a que la policía pudiera permitirles la manifestación, ya que tenía una orden judicial para ello. Mientras tanto los antifascistas, ocupaban todo el recorrido de su marcha legalizada.
Los peligros neonazis en la actual Alemania
Luigi Wolf, ex representante a nivel nacional del grupo estudiantil de Die Linke, explicaba en Dresde a DIAGONAL: «Hoy el nazismo más que antisemita es antimusulmán. Partidos como el NPD están siempre en la frontera de la ilegalidad».
«El peligro [de la ultraderecha] está en Alemania del Este, ya que en Sajonia en 2004 y en 2009 fueron elegidos para el parlamento. Además dos de los tres partidos neonazis se han fusionado.
Si la crisis económica no se hubiera hecho notar de forma tan débil y corta, el peligro de que aumentase el número de nazis hubiera sido mayor.»
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Dos-marchas-neonazis-bloqueadas-en.html