Paco Garrido, diputado de Los Verdes en las listas del PSOE, ha difundido una carta a diversas organizaciones pidiendo el SI a la Constitución Europea. Ecologistas en Acción responde. Nosotros publicamos para alentar el debate y la información en torno a la Constitución Europea. Estimado Sr. Garrido: Diputado en el congreso y portavoz de Los […]
Paco Garrido, diputado de Los Verdes en las listas del PSOE, ha difundido una carta a diversas organizaciones pidiendo el SI a la Constitución Europea. Ecologistas en Acción responde. Nosotros publicamos para alentar el debate y la información en torno a la Constitución Europea.
Estimado Sr. Garrido:
Diputado en el congreso y portavoz de Los Verdes
Móstoles, 15 de diciembre de 2004
El apoyo de Los Verdes al actual Tratado por el que se instituye una Constitución para Europa es lamentable y entra en contradicción con la defensa del medio ambiente y la mejora social que en teoría propugnaís. No comprendemos por qué no se ahonda en las importantes y abundantes diferencias que decís existir entre el texto que Los Verdes desearían y el suscrito el pasado 29 de octubre en Roma y sí se enfatizan los inconvenientes que suponen decir no a esta constitución para acabar con un entusiasta apoyo a dicha constitución («La altura , la grandeza y la necesidad de este proyecto de democracia cosmopolita ensombrece las muchas dudas e imperfecciones que el texto contiene»). Carece de sentido apoyar el sí o el no a la Constitución Europea sin entrar a analizar su contenido, simplemente sobre la base de un mal entendido pragmatismo.
El fin no justifica los medios, los medios han de ser coherentes con el fin y anunciarle. Desde esta perspectiva apostamos ciertamente por la conectividad entre responsabilidad y convicción y entre deber y utilidad. Aceptando éstas premisas, pensamos que el pragmatismo no puede entenderse como una aceptación acrítica y conformista de un contexto determinado. Ser pragmático para acabar con la destrucción ecológica que sufre la Tierra supone atajar de raíz las causas que generan dicha destrucción, no poner parches que no solucionan el problema sólo si acaso lo retrasan.
Así, por un supuesto pragmatismo no se puede pactar con cualquier partido, sacrificando los valores e ideas propugnados. Así, vemos con tristeza como Los Verdes en Alemania han participado en políticas militaristas (como los bombardeos sobre la exYugoslavia) y antisociales (como recortes de pensiones), que han generado repulsa entre sus bases sociales, al anteponer sobre sus principios el objetivo participar en el gobierno. En España es lamentable que Los Verdes sacrifiquen su independencia política a favor del PSOE, todo por conseguir una representación negada por las urnas. Ser pragmáticos en estos casos sería promover la concienciación social necesaria que respaldara la adopción de políticas que acabarán de raíz con los problemas sociales o ambientales. Si anteponemos el alcance de poder o representación política a los principios que decimos defender, éstos principios acabarán diluyéndose. El pragmatismo debe suponer que los medios que usemos para alcanzar los fines sean ya el anuncio de esos fines.
Después de lo dicho, la respuesta a la pregunta «¿Esta constitución es un instrumento mejor para la constitución política de una Europa democrática, ecológica y solidaria?» tiene que partir de los valores e ideas que defendemos y de en qué medida quedan recogidos en dicho texto, sin olvidar cuál ha sido su plasmación en la realidad. Así, desde la defensa del internacionalismo, de la democracia, los derechos sociales, la paz y el equilibrio ecológico podemos responder que esta constitución no va a mejorar la situación en ninguna de estás áreas.
La Constitución Europea fomenta la Europa a distintas velocidades (cooperaciones reforzadas, prohibición de armonización social,…) que es contraria a todo ideal auténticamente europeísta, pues fomenta la desigualdad social y económica. Además, concede la soberanía no sólo a los ciudadanos europeos, sino principalmente a los estados de la Unión.
La Constitución Europea consolida un sistema político, en el que el Banco Central Europeo está exento de todo control político y el Parlamento europeo, la única institución europea elegida directamente por la ciudadanía tiene unas competencias lejanas a las de cualquier Parlamento nacional.
La Constitución Europea recorta derechos sociales en el plano de los principios, pues no reconoce el derecho al trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades como lo hace la Constitución española, ni tampoco reconoce el derecho a la salud pública. Pero principalmente y mucho más grave es que la Constitución Europea abre la puerta a la privatización de los servicios públicos (definidos como servicios de interés económico general), al abrir todos los servicios a la liberalización.
La Constitución Europea es un ejemplo de militarismo, que impulsa la lealtad de los estados a la política militar de la UE. Obliga a los estados a incrementar el gasto militar y crea una Agencia Europea de Armamento, llegando a apoyar la doctrina de ataques preventivos. Y todo ello bajo el compromiso de cooperar estrechamente con la OTAN, por lo que está constitución no supone la adopción de políticas contrarias a EEUU.
La Constitución Europea subordina el desarrollo sostenible al crecimiento económico en una economía altamente competitiva. La apuesta por un modelo económico centrado en el comercio a larga distancia fomenta la construcción de infraestructuras muy dañinas para el medio ambiente, al mismo tiempo que exige un insostenible gasto energético. La Unión Europea es tras EEUU el mayor consumidor de recursos naturales del mundo: todo un ejemplo de insostenibilidad y de las desigualdades mundiales.
Qué significa decir Si a éste tratado de constitución? Es decir Si a la construcción política de una Europa encaminada exclusivamente a respaldar una unión económica. El Parlamento Europeo con ésta constitución seguirá sin tener la iniciativa legislativa, no será consultado en política exterior y en el mejor de los casos sólo podrá colegislar. El derecho de iniciativa ciudadana tendrá que pasar por el filtro de la Comisión Europea. No existen, por tanto, avances significativos en una mejora del profundo déficit democrático existente en la Unión Europea. Es más, éste queda patente en el modelo de redacción de la constitución, bien alejado de un proceso constituyente democrático. Además, el difícil procedimiento de reforma de la Constitución Europea redunda en el autoritarismo de la misma. No se observa, por tanto, un avance hacia un mayor protagonismo de los ciudadanos máxime cuando se les ha negado, ya no la participación en la redacción del texto constitucional, sino la simple información acerca de la elaboración de dicho texto.
Hay alternativas a esta constitución? Si estamos dispuestos a construirlas y apoyarlas, las habrá, pero si bajo la lógica de un supuesto pragmatismo, apostamos por el conformismo lógicamente nunca podrán cristalizar. Las alternativas nunca son dominantes, porque sino no serían alternativas. Las energías renovables son una alternativa factible a las energías contaminantes dominantes hoy en día, pero si no se las apoya cuando son minoritarias nunca se difundirá su uso. Las alternativas se consolidan por agregación de fuerzas y el actual referéndum constitucional supone una oportunidad de agregación del movimiento por otra Europa más social y democrática. Debemos apoyar los Foros Sociales Europeos, donde se coordinan los movimientos sociales por la construcción de esa Europa. La movilización y presión ciudadana puede lograr exigir un proceso constituyente plenamente democrático, pero para ello hay que promover y difundir la crítica a la actual construcción europea desde una perspectiva social. El No a la Constitución europea defendido desde partidos de izquierda y movimientos sociales por su contenido no se confunde con el no de la derecha xenófoba o los intereses del gobierno yanqui. Ciertamente, la capacidad de gestión del no desde una perspectiva de izquierdas dependerá de la difusión y movilización de los ciudadanos que propugnan otra Europa, pero en cualquier caso, ¿alguien cree que el triunfo del Sí a la constitución europea va a suponer más europeismo, más democracia, más derechos sociales, más paz o más sostenibilidad ecológica?
Los temores respecto a que el triunfo del no suponga un apoyo a posiciones de derecha (apoyo al Estado nación, al recorte de derechos sociales,…) es infundado, ya que los principales partidos de derecha europea han sido copartícipes y apoyan ésta Constitución Europea. El entusiasmo de Berlusconi en aprobar esta constitución se refleja en que Italia será el primer país que la apruebe (eso sí, sin pasar por referéndum). Lo que parece es que ciertos partidos que se califican de izquierda (como la mayoría de los socialistas o los verdes) y la mayoría de los sindicatos de la CES quieren confundir a la población, animando a apoyar un texto que supone una regresión social ¿O acaso promover la libre circulación de capitales sin traba, al mismo tiempo que se prohíbe la libre circulación de personas extracomunitarias, redunda en una redistribución social de la riqueza? Más bien al contrario: la Constitución Europea refrenda el aumento de las desigualdades sociales al descuidar la redistribución de la riqueza y apostar por la lógica de acumulación de capitales. Y muy ingenuo es pensar que una vez aprobada la actual Constitución Europea ésta dará paso a políticas sociales y de izquierda: las directivas propuestas de liberalización de los servicios o aumento de las horas de trabajo semanales son un buen ejemplo de lo que nos espera en una Europa en la que las políticas sociales seguirán en manos de los Estados nacionales, pero constreñidas al cumplimiento de las normativas económicas impuestas por la UE. Lo cierto es que si gana el sí, estamos seguros de que caminamos hacia una insostenible Europa superpotencia basada en principios neoliberales, respaldados militarmente. A veces, el futuro incierto es mejor que lo seguro. En todo cambio social, por lo demás, las incertidumbres están presentes. La tumba del ideal europeísta está siendo cavada desde que éste se supeditó a los principios económicos y se alejó del sentir de los ciudadanos de Europa. Pretender fomentar el europeísmo sobre la base de los estados-nación y las distintas velocidades es una locura. Debemos de dejar de pensar que la Unión Europea actual es la única vía posible para el europeismo. Sólo una Europa construida por los pueblos creará entusiasmo sobre la población europea.
Por lo demás, ¿Cómo podéis hablar de una Europa cosmopolita cuándo en ésta los residentes extracomunitarios no son considerados ciudadanos? ¿Dónde está la democracia europea, en el acuerdo entre los distintos gobiernos de los Estados-nación de la Unión o en el acuerdo entre las multinacionales europeas? ¿O quizá en el 45 % de abstención media de las poblaciones de la Unión Europea en las últimas elecciones al Parlamento europeo? ¿Cómo podéis considerar al proceso constituyente de la Unión Europea como «el primer gran laboratorio de democracia mundial» cuando no habido ninguna asamblea constituyente ni ningún proceso constituyente como tal?
La Unión Europea no supone ninguna alternativa a la globalización de la transnacionales y al unilateralismo norteamericano: es parte de esa globalización, como lo demuestra, por ejemplo, su fervoroso apoyo al Acuerdo General sobre el Comercio de los Servicios, o la importancia adquirida en la construcción europea por la European Roundtable of Industrialists. El contrapeso al unilateralismo norteamericano lo observamos con claridad en el caso de la guerra de Afganistán, mientras que tampoco vemos positivo si se consolida un enfrentamiento interimperialista que conduciría a una guerra mundial. No consideremos que los limitados triunfos auspiciados por una ciudadanía europea con cierta sensibilidad para los temas sociales y ecológicos, nos cieguen. Así, por ejemplo, ¿De qué sirve firmar el protocolo de Kyoto si todo parece indicar que la UE será incapaz de cumplir los escasos compromisos adquiridos siendo la segunda potencia emisora de gases de efecto invernadero?
Ecologistas en Acción Móstoles y suroeste de Madrid
El Diputado Francisco Garrido LOS VERDES-PSOE escribió:
RAZONES PARA EL SI A LA CONSTITUCIÓN EUROPEA
Francisco Garrido Peña
Diputado en el congreso y portavoz de Los Verdes
El moderno debate entre la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción, planteado por Max Weber , parece asomar de nuevo tras las opciones a favor del Si o del No a la constitución europea entre la izquierda y algunos sectores de los movimientos sociales de alterglobaqización.
Casi nadie niega, dentro de este debate, la necesidad de la constitución política y democrática de Europa, las diferencias se sitúan entorno al texto constitucional y la forma de elaboración así como a su contenido material. El texto del tratado constitucional europeo que los gobiernos han suscrito ,y que se someterá a referéndum en España y otros países ,dista mucho de ser el texto que Los Verdes desearíamos y que la izquierda europeísta propugna. Las diferencias empezando por el estatus de tratado que parece aludir más ha un acuerdo de derecho internacional público entre Estados que a una constitución política; son abundantes e importantes.
¿Pero es esto suficiente para decir No a la constitución europea?. O mejor formulada la pregunta ¿ A donde conduce una respuesta negativa en el referéndum? De nuevo , deber ( ser suficiente) y consecuencias ( «a donde conduce») frente a frente. Trataré de responder a estas dos cuestiones cruzadas : el debate ideológico ( convicción y responsabilidad) y el debate político ( Si o No a la constitución) . Creo que la oportunidad que se nos brinda es excelente para distinguir las diferencias entre cierta izquierda y Ls Verdes tanto en el plano ideológico como en la acción política singular.
El pragmatismo ecológico que postula la Ecología Política supone una novedosa disolución del dualismo entre responsabilidad y convicción y entre deber y utilidad. La propuesta pragmatismo comporta traducir las posiciones a momentos de tal modo que deber y consecuencia no serian posiciones éticas sino momentos de un mismo proceso de decisión. Esta temporalización nos ahorra ya el dualismo y el enfrentamiento dialéctico en beneficio de la sinergia y la conectividad. Cual es la utilidad es una convicción impotente de una responsabilidad sin fin. No es un grave error moral afirmar valores sin preocupación de las consecuencias y las posibilidades prácticas de los mismos Y no es también una grave error hipotético el implementar responsabilidades vacías o ciegas sin valor o deber alguno. La naturaleza categórica de una ética sin responsabilidad es tan dudosa como la naturaleza hipotética de una ética de la responsabilidad sin valores. Es decir una ética de la convicción sin utilidad tan inmoral como poco práctica una ética de la responsabilidad sin valores.
Esta orientación ideológica obliga al gradualismo y al pragmatismo en las decisiones y en las acciones políticas. Somos pragmáticos `por que sabemos que toda acción interactúa en un ambiente determinado ( paradigma ecológico) y somos gradualistas ( paradigma evolucionista) por nada surge ex nihilio ( no somos idealistas creacionistas) y todo cambio es un cambio en el grado. Estos son , de forma muy reducida y simplificada, los principios del pragmatismo ecológico en ls que se basa la acción política de Los Verdes. A partir de ellos podemos retomar las preguntas sobre la constitución europea. Después de lo dicho parece claro que la pregunta central es ¿Esta constitución es un instrumento mejor para la constitución política de una Europa democrática, ecológica. y solidaria ?. Pero esta pregunta es difícilmente resoluble si no la desglosamos en otras interrogantes menores.
1. ¿Qué significa decir Si a una constitución?. Es decir Si a la construcción política de Europa que hasta ahora era esencialmente una unión económica como un muy imperfecto espacio político europeo. ¿Restara la constitución competencia y protagonismo al parlamento europeo? ¿Supondrá un retroceso con respecto al desarrollo legislativo de derechos fundamentales y de nuevos derechos, a las normativa ambiental o social con respeto a lo que había hasta ahora?. Ni en el plano de los principios, los derechos o las instituciones hay un `paso atrás en relación a lo existente en el presente tanto en los Estados nacionales o en la actual Unión Europea. Que el déficit democrático n se supera en le grado que seria necesario y deseable, por supuesto, Pero después de aprobarse la constitución Europa habrá más o nexo déficit que antes. Y lo que más relevante n se inscribe la constitución en un ciclo y en un orientación evolutiva de la unión europea hacia el mayr protagonismo de los ciudadanos y no de los estados de las naciones. Por tanto, no estamos ante un problema de orientación, ni de involución o congelación de los ideales europeísta aunque si de cierta ralentización. Llegado este punto hemos de plantearnos la segunda pregunta.
2. ¿Hay alternativas a esta constitución? Cuando hablamos de alternativas nos estamos refiriendo a posibilidades políticas reales. No a alternativas sobre el agradecido papel que casi todo lo soporta o a la generosa imaginación donde casi todo cabe. Lo cierto es que la actual relación de fuerzas no ha permitido otra cosa y esto es lo que realmente hay. No existe, hoy por hoy, otra alternativa factible. ¿Alguien cree que después del triunfo de un No a la constitución europea vendría un nuevo texto más democrático, europeísta y ecológico? La alternativa seria volver a los acuerdos de Niza y a una congestión de la unión europea de imprevisibles consecuencias. Que gran noticia para la derecha xenófoba, para los nacionalista de Estado o para la actual administración americana la de un triunfo del NO.
3. ¿Quién interpreta y quién gestiona el No? Si triunfa el Si sabemos lo que se ha aprobad y que orientación seguirá la política de construcción europea. Habrá un nuevo marco normativo e institucional; más europeo `, mas democrático, más social y más ecológico que el que hasta ahora existía. Aunque mucho menos de lo que nosotros y nosotras desearíamos y las condiciones sociales, políticas o ambientales demandan ¿Pero si triunfa el No quien gana la extrema derecha, lo ricos euro escépticos, la izquierda poscomunista?. ¿ Hay alguien que piensa que serán los movimientos sociales alternativos los que gestionarían un eventual triunfo del NO? ¿Cuantos que ahora piden el No , pensando que va a salir el Si, persistirían en esta posición si pensaran que hay riesgos reales de éxito del No? Esta misma irresponsabilidad es un ejemplo de la enorme debilidad de las posiciones de izquierda que piden el No a esta constitución por que se quiere más Europa y más democracia . El triunfo del No cmo habría que interpretarlo: que hay demasiada Europa y muy poco Estado-nación o al contrario , que hay demasiada política ecológica o a la inversa, que hay demasiado derechos sociales o lo contrario. Por que entre los que piden el No se encuentra las dos posiciones. Después del triunfo del No abríamos abierto las puertas a una formidable ceremonia de la confusión donde las posibilidades del futuro para la Europa que queremos estarían mas oscuras e inciertas que nunca.
4. ¿Estaremos en mejores condiciones para avanzar haciar la Europa que queremos después del No? Si triunfa el Si sabemos que hay que cambiar , donde debemos de reformar, en que dirección presionar sobre el actual texto constitucional. Pero ¿Cuál será el objetivo colectivo después de un No? Un objetivo que ha de compartir millones de europeos, gobiernos de color muy distinto, intereses y preferencias muy diversas. ¿No cundirá entre los actores sociales alternativos y los ciudadanos la más completa de las desorientaciones mientras los Belusconi y Aznar de turno trabajan para el exterior. ¿Quién será capaza de contener el euro escepticismo s británico , danés sueco después de un revés de este tipo?. Por el contrario, la constitución, esta constitución, será una garantía y un instrumento, un baluarte y un objetivo de reforma positivo y útil para el europeismo.
La Europa que se comienza a construir a partir de esta constitución es el primer Estado cosmopolita del mundo, una democracia no nacionalista. Esta constitución, y lo que es más importante el proceso constituyente que consolida, y al mismo tiempo abre, es el primer gran laboratorio de democracia mundial. La adesi´n a este Europa que nace es el mejor reflejo de lo que Habermas ha llamado el «patriotismo constitucional». Una Europa que después de la constitución será algo más de ls ciudadanos y menos de los Estados-nación.
La altura , la grandeza y la necesidad de este proyecto de democracia cosmopolita ensombrece las muchas dudas e imperfecciones que el texto contiene. El único actor político internacional capaz de diseñar un tipo de globalización distinta al simple dominio de la transnacionales y del capitalismo atlántico es la unión europea. Las instituciones mundiales necesitan de la Unión Europea frente al unilateralismo norteamericano y la desregulación neoliberal. ¿Qué hubiese sido de la lucha pr la abolición de la pena de muerte sin la UE? ¿Hubiese sido posible la Corte Pena Internacional sin los europeos? ¿ Y Kyoto seria una realidad, como ya lo es tras la firma de Rusia, sin la Unión Europea? Dice el refrán que cuando el dedo señala a la luna el imbécil mira al dedo.