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El ALBA es integración solidaria con futuro de certezas

Fuentes: CEPRID

La Alternativa Bolivariana de las Américas fue creada en La Habana, el 14 de diciembre del 2004, por los presidentes Fidel Castro de Cuba y Hugo Chávez de Venezuela. Fue una respuesta al desastre causado por el neoliberalismo o «capitalismo salvaje» entre los pueblos de nuestra América, modelo de tendencia mercantilista, privatizador y depredador impuesto […]

La Alternativa Bolivariana de las Américas fue creada en La Habana, el 14 de diciembre del 2004, por los presidentes Fidel Castro de Cuba y Hugo Chávez de Venezuela. Fue una respuesta al desastre causado por el neoliberalismo o «capitalismo salvaje» entre los pueblos de nuestra América, modelo de tendencia mercantilista, privatizador y depredador impuesto en la década de los 80s por el imperialismo presidido por Regana y fue una reacción frente a la iniciativa de apertura comercial del hemisferio que, en el marco de la cumbre de las Américas, impulsaba el gobierno de los Estados Unidos, con la denominación de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). A su vez el neoliberalismo fue consolidado por el Consenso de Washington y por las imposiciones del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial.

El ALBA, en su corta historia, aún es una institución frágil y trata de consolidarse como un proyecto de integración diferente de conformidad con el liderazgo que ejerce Hugo Chávez con el apoyo ideológico-político de Fidel y Raúl Castro.

Es también un proyecto de enorme complejidad que en su misma denominación ha sufrido varios cambios: Se inició como Alternativa Bolivariana de las Américas con el inicial propósito de enfrentar al proyecto del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA).

En el marco de la Quinta Cumbre de Jefes de Estado del ALBA, celebrada el 29 de mayo del 2007, cambió su nombre por el de Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos o ALBA-TCP- y, en el año (2009) se sustituyó el término Alternativa por Alianza.

La idea del ALBA se puede enmarcar en el ambiente crítico que frente al neoliberalismo económico se fue desarrollando a lo largo y ancho de nuestra América desde finales de la década de los ochenta. Se trata de un ambiente que se alimenta con muy diversas corrientes de pensamiento y movimientos; tiene que ver con la agenda del liberalismo económico que tiende a concentrar la atención de los gobiernos en la productividad y la competitividad, con poca sensibilidad hacia los aspectos sociales. En este contexto, también se inscribe una dura crítica a los procesos de integración de la región que centraron en gran medida su atención en los aspectos comerciales, más concretamente en la conformación de zonas de libre comercio.

En efecto, desde finales de la década de los ochenta, los aspectos comerciales de la integración se constituyen en el epicentro de la agenda, si bien existen avances en otras áreas como lo educativo, laboral, ecológico, cultural, etc.

Sobre la situación de la integración regional en la década de los noventa se ha desarrollado una numerosa bibliografía, entre ella cabe destacar: Félix Arellano 1997, 2003, 2004; Cristina Barrera 1991, Julio Chaparro 1991, Rita Giacalone 1998, Héctor Maldonado 1999. Adicionalmente las páginas Web de la Comunidad Andina, la ALADI y el SELA.

En el marco del proceso de liberación económico-comercial, los países de la región, particularmente los miembros del Pacto Andino, luego denominado Comunidad Andina y del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), avanzaron en los compromisos asumidos en los programas de liberación que adoptaron en los acuerdos de integración económica. Fue un proceso de eliminación de aranceles y restricciones de todo tipo al comercio entre los socios, lo que permitió avanzar en la conformación de zonas de libre comercio y, adicionalmente, plantearse retos más ambiciosos como la formación de uniones aduaneras o mercados comunes, sostenía Félix Arellano en un estudio realizado sobre el ALBA y sus perspectivas.

El ALBA en esencia es la respuesta contra el neoliberalismo y, en particular, contra la naturaleza de los esquemas de integración de la región. En realidad es una alternativa desarrollada por el presidente Hugo Chávez que puso especial énfasis en los aspectos políticos, ideológicos.

Se destaca la idea de vincular la integración económica de los pueblos para lo que fue preciso impulsar el conocimiento sobre los efectos negativos del «capitalismo salvaje», cuestionar la casi nula participación social, la falta de transparencia y equidad a lo largo de la aplicación del neoliberalismo. En contraposición se debía extender el ALBA hacia los sectores populares desde una perspectiva política novedosa que permita a los pueblos empoderarse del proyecto en el entendido de que la nueva integración no debía resumirse a los aspectos comerciales, a la conformación de zonas de libre comercio o simple eliminación de barreras arancelarias.

Se trata de que el nuevo modelo de integración debe preocuparse por establecer un diálogo efectivo entre gobiernos y pueblos a fin de que en el proceso intervengan el mayor número de actores sociales que colaboren efectivamente en la construcción de nuevos espacios de desarrollo socio-económico, político, social y cultural.

Estratégicamente, el ALBA surge como un rechazo frontal y categórico frente al proyecto del ALCA. Por lo tanto se critica con dureza al liderazgo de los Estados Unidos y de su agenda mercantilista y al intercambio desigual que se propone. Estados Unidos en su fase imperial pretendía imponer el ALCA para su propio beneficio y en contra a de los intereses de desarrollo sostenido de los pueblos de América Latina.

La misma posición de Estados Unidos dio origen al discurso radical frente a la prepotencia imperial. El antiimperialismo se expresa como un arma de concienciación de las masas sobre la necesidad histórica de iniciar una nueva construcción social que responda a sus reales necesidades, más allá de los objetivos económicos de las clases dominantes que, generalmente, sirven a los intereses del imperio con el propósito de aprovecharse económicamente de este tipo de amistad servil.

Frente a las realidades de explotación y a las miserias sembradas por el neoliberalismo insurge la comprensión de que sólo un proceso integrador revolucionario será capaz de superar las condiciones estructurales de las asimetrías socio-económicas y la explotación. Fue preciso liquidar al ALCA y al Consenso de Washington que apuntalaban el sistema de expoliación ideado por los ideólogos y economistas del imperio como Friedman o Fukuyama para citar a dos de ellos.

Arellano recuerda que el ALBA en su evolución ha incorporado otros miembros; tal es el caso de Bolivia que se adhiere el 29 de abril de 2006; luego, en el año 2007, se incorpora la República de Nicaragua y en el 2008, con serias complicaciones parlamentarias, se incorporó Honduras; entre estas complicaciones, además del rechazo de la oposición política, destaca el hecho que este país centroamericano tiene suscritos y vigentes acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y Centro América.

Adicionalmente y mediante la suscripción de un Memorando de Entendimiento, se han incorporado al ALBA en el año 2007 los Estados caribeños de Antigua y Barbuda; en el año 2008 Dominica y en el año 2009 San Vincent y las Granadinas. Ecuador, que desde los inicios del ALBA había mantenido una estrecha relación con esta organización, formalizó su incorporación en junio del 2009

Según sus propios textos constitutivos, los impulsores del ALBA consideran esta asociación como un paso fundamental en la integración latinoamericana, que tendría sus antecedentes directos en el proceso independentista del siglo XIX, como una alternativa (de allí su nombre inicial) de reacción estratégica frente al ALCA; en tal sentido, es común encontrar textos que reiteran los principios del ALBA entre lo0s que se destacan:

«El ALBA es una propuesta de integración diferente. Mientras el ALCA responde a los intereses del capital trasnacional y persigue la liberalización absoluta del comercio de bienes y servicios e inversiones, el ALBA pone el énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social y, por lo tanto, expresa los intereses de los pueblos latinoamericanos. El ALBA se fundamenta en la creación de mecanismos para crear ventajas cooperativas entre las naciones que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio.

Se basa en la cooperación de fondos compensatorios para corregir las disparidades que colocan en desventaja a los países débiles frente a las primeras potencias. Por esta razón la propuesta del ALBA le otorga prioridad a la integración latinoamericana y a la negociación en bloques sub-regionales, abriendo nuevo espacios de consulta para profundizar el conocimiento de nuestras posiciones e identificar espacios de interés común que permitan constituir alianzas estratégicas y presentar posiciones comunes en el proceso de negociación.

El desafío es impedir la dispersión en las negociaciones, evitando que las naciones hermanas se desgajen y sean absorbidas por la vorágine con que viene presionándose en función de un rápido acuerdo por el ALCA. El ALBA es una propuesta para construir consensos para repensar los acuerdos de integración en función de alcanzar un desarrollo endógeno nacional y regional que erradique la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los pueblos. La propuesta del ALBA se suma al despertar de la conciencia que se expresa en la emergencia de un nuevo liderazgo político, económico, social y militar en América Latina y El Caribe.

Hoy más que nunca, hay que relanzar la unidad latinoamericana y caribeña.

El ALBA, como propuesta bolivariana y venezolana, se suma a la lucha de los movimientos, de las organizaciones y campañas nacionales que se multiplican y articulan a lo largo y ancho de todo el continente contra el ALCA. Es, en definitiva, una manifestación de la decisión histórica de las fuerzas progresistas de Venezuela para demostrar que Otra América es Posible» (www.alternativabolivariana.org).»

Igualmente, los textos indican que los principios rectores del ALBA-TCP son los siguientes:

La integración neoliberal prioriza la liberalización del comercio y de las inversiones. La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) es una propuesta que centra su atención en la lucha contra la pobreza, la exclusión social, contra los altos índices de analfabetismos y de pobreza que existen principalmente de América Latina y el Caribe.

En la propuesta del ALBA se le otorga una importancia crucial a los derechos humanos, laborales y de la mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física En el ALBA, la lucha contra las políticas proteccionistas y los ruinosos subsidios de los países industrializados no puede negar el derecho de los países pobres de proteger a sus campesinos y productores agrícolas.

Para los países pobres donde la actividad agrícola es fundamental, las condiciones de vida de millones de campesinos e indígenas se verían irreversiblemente afectados si ocurre una inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los cuales no exista subsidio.

La producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía. Es la base para preservar opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio, define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente con la seguridad y autosuficiencia alimentaria. En estos países la agricultura es, más bien, un modo de vida y no puede ser tratado como cualquier otra actividad económica.

ALBA tiene que atacar los obstáculos a la integración desde su raíz, a saber:

a. La pobreza de la mayoría de la población.

b. Las profundas desigualdades y asimetrías entre países.

c. Intercambio desigual y condiciones inequitativas de las relaciones internacionales.

d. El peso de una deuda impagable.

e. La imposición de las políticas de ajuste estructural del FMI y el BM y de las rígidas reglas de la OMC que socavan las bases de apoyo social y político.

f. Los obstáculos para tener acceso a la información, el conocimiento y la tecnología que se derivan de los actuales acuerdos de propiedad intelectual; y,

g. Prestar atención a los problemas que afectan la consolidación de una verdadera democracia, tales como la monopolización de los medios de comunicación social

El ALBA se fortalece cuando enfrenta la llamada Reforma del Estado neoliberal que solo llevó a brutales procesos de desregulación, privatización y desmontaje de las capacidades de gestión pública. Como respuesta a la brutal disolución que éste sufrió durante más de una década de hegemonía neoliberal, se impone ahora el fortalecimiento del Estado con base en la participación del ciudadano en los asuntos públicos.

Hay que cuestionar la apología al libre comercio per se, como si sólo esto bastara para garantizar automáticamente el avance hacia mayores niveles de crecimiento y bienestar colectivo.

Sin una clara intervención del Estado dirigida a reducir las disparidades entre países, la libre competencia entre desiguales no puede conducir sino al fortalecimiento de los más fuertes en perjuicio de los más débiles.

Profundizar la integración latinoamericana requiere una agenda económica definida por los Estados soberanos, fuera de toda influencia nefasta de los organismos internacionales (www.alternativabolivariana.org).

El Banco Central de Venezuela, a partir del pasado 1 de abril desarrolló un taller sobre La Crisis Global y las Perspectivas desde el Sur a fin de realizar un análisis de la coyuntura geopolítica mundial actual. Intervinieron expertos venezolanos e internacionales en el debate y la reflexión acerca de las potencialidades de los países latinoamericanos y sus mecanismos de integración surgidos durante la última década, como la Unión Suramericana de Naciones (Unasur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América -Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP)- y los componentes financieros de estas nuevas iniciativas, como el Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre), ya operativo, y el Banco del Sur, en fase de proyecto técnico.

El grupo de expositores contó con la presencia del conocido investigador brasileño Theotonio Dos Santos y el historiador y politólogo belga Eric Toussaint. Por Venezuela realizaron presentaciones el director del BCV, José Félix Rivas Alvarado, el economista Gustavo Mata y el abogado y escritor Luis Britto García. La organización de este espacio de discusión y análisis fue una iniciativa del editor de la revista BCV y experto petrolero, Carlos Mendoza Potellá.

Dos Santos, afirmó que Venezuela ha ejercido un liderazgo positivo en la construcción de un nuevo modelo de integración para superar las deficiencias del pasado. Explicó que a pesar de la hegemonía que aún ejercen los países del G-8 (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Japón, Alemania, Canadá, Italia y Rusia), mediante el control del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), y la Organización Mundial del Comercio (OMC), es posible erradicar el subdesarrollo. En ese sentido, el experto recalcó la importancia de la unidad regional y las oportunidades que brinda contar con un elevado nivel de reservas internacionales.

El belga Toussaint enfatizó que América Latina posee un nivel de endeudamiento manejable, sobre todo si se toman en cuenta las cifras que en esta materia exhiben los países del Norte desarrollado. Señaló que la deuda total externa (pública y privada) de América Latina representa el 22% del producto interno bruto, mientras que Gran Bretaña tiene una deuda provocada por la volatilidad y la especulación financiera que compromete el 400% del PIB.

La deuda externa de Estados Unidos supera los 14.3 billones de dólares. Esta es una deuda impagable. De acuerdo con las investigaciones de Toussaint, si se contabiliza en millones de dólares, la deuda externa pública de todos los países latinoamericanos asciende a US$ 410.000 millones, mientras que únicamente la de Estados Unidos tiene un déficit superior a 3.500.000 millones de dólares anuales. El dólar sólo es papel impreso sin ningún respaldo económico real.

El director del Banco Central de Venezuela José Félix Rivas Alvarado, explicaba que entre los aspectos negativos heredados del viejo modelo de integración regional constan: una estructura económica poco integrada, una baja diversificación productiva, las asimetrías regionales y las transferencias netas de capitales de las naciones sub-desarrolladas a los países desarrollados.

Cabe resaltar el «esfuerzo realizado por Venezuela que, como país impulsador de la construcción de una Nueva Arquitectura Financiera Regional (NAFR), ha posibilitado con sus recursos económicos la creación de nuevas estructuras de trascendental importancia como el Banco del Sur y el Banco del ALBA; el Sucre, como mecanismo que permite el uso de monedas locales para el comercio intrarregional, y la constitución de un Fondo de Reservas del Sur».

En cuanto al Sucre, «se debe destacar que el nuevo sistema monetario ha permitido impulsar el proceso de integración económica, latinoamericana y caribeña, al fomentar una mayor complementariedad productiva entre los países que ya son miembros plenos del sistema (Venezuela, Cuba, Ecuador y Bolivia), así como reducir las asimetrías estructurales y afianzar las condiciones para que pueda existir una soberanía monetaria y financiera.

Cuando se habla del ALBA inexcusablemente hay que referirse al presidente Hugo Chávez Frías que ha sido y es el Presidente latinoamericano que más ha hecho por la integración y ese positivo accionar se ha basado en el petróleo venezolano que ha sido vendido a precios preferenciales no solo a Cuba sino a otros países de América Central, del Caribe y de América del Sur. Chávez ha impulsado proyectos de innegable trascendencia y entre ellos, la propia creación de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), el Gaseoducto del Sur, Petrosur, Petrocaribe, Petroandina, Telesur, el Banco del Sur.

Analistas de diversa tendencia ideológica coinciden en afirmar que La Alianza Bolivariana para América Latina y El Caribe (ALBA) es una propuesta de integración diferente porque pone énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social y, por lo tanto, expresa los intereses de los pueblos latinoamericanos.

«El ALBA se fundamenta en la creación de mecanismos para crear ventajas cooperativas entre las naciones que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio. Se basa en la cooperación de fondos compensatorios para corregir las disparidades que colocan en desventaja a los países débiles frente a las primeras potencias. Por esta razón la propuesta del ALBA le otorga prioridad a la integración latinoamericana y a la negociación en bloques sub-regionales, abriendo nuevo espacios de consulta para profundizar el conocimiento de nuestras posiciones e identificar espacios de interés común que permitan constituir alianzas estratégicas y presentar posiciones comunes en el proceso de negociación. El desafío es impedir la dispersión en las negociaciones, evitando que las naciones hermanas se desgajen y sean absorbidas por la vorágine imperial.

El ALBA es una propuesta para construir consensos para repensar los acuerdos de integración en función de alcanzar un desarrollo endógeno nacional y regional que erradique la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los pueblos. La propuesta del ALBA se suma al despertar de la conciencia que se expresa en la emergencia de un nuevo liderazgo político, económico, social y militar en América Latina y El Caribe. Hoy más que nunca, hay que relanzar la unidad latinoamericana y caribeña».

Se trata de una integración que va más allá del simple intercambio comercial. Es un acuerdo de solidaridad que trata de ayudar a los países más débiles a superar las desventajas que los separan de los países más poderosos del hemisferio. «Y esto no solo depende de los cambios en las condiciones de competencias imperantes, sino también de la solidaridad entre los pueblos y sus gobiernos del continente a la hora de corregir estas asimetrías. Solo así un área de libre comercio podrá ser una oportunidad para todos (una alianza ganar-ganar)»

LOS PROYECTOS GRANANACIONALES

Los Proyectos Grannacionales se piensan desde diferentes ópticas del desarrollo, de la integración y la solidaridad. Son procesos sociales y económicos de la integración y la unión y abarcan desde lo político, social, cultural, económico, científico e industrial hasta cualquier otro ámbito que puede ser incorporado. «El concepto de Empresas Grannacionales surge en oposición al de las empresas transnacionales, por tanto, su dinámica económica se orientará a privilegiar la producción de bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades humanas, rompiendo con la lógica de la ganancia y acumulación de capital».

El ALBA ha priorizado18 Proyectos Grannacionales que ya han comenzado a trabajar:

- Finanzas: Banco del ALBA.

- Educación, Alfabetización y postalfabetización.

- Infraestructura: Desarrollo de la infraestructura portuaria, ferroviaria y aeroportuaria.
- Ciencia y tecnología: Centro de ciencia y tecnología.

- Alimentación: Creación de Empresas de productos agroalimentarios y empresas de alimentos.

- Energía: Empresa de energía eléctrica, petróleo y gas.

- Ambiente: Empresa para el manejo de bosques, producción ycomercialización de productos de la industria de la madera. Agua y saneamiento.

- Salud: Empresa de distribución y comercialización de productos farmacéuticos Centro regulatorio del registro sanitario.

- Minería: Empresa de cemento.

- Comercio Justo: Empresa importadora-exportadora

- Tiendas del ALBA: Turismo, Universidad del turismo, Industria Turismo social.
- Complejos productivos.

- Cultura: Fondo cultural del ALBA.

- Telecomunicaciones: Empresa de Telecomunicaciones

- Impulso integral a la consolidación de UNASUR.

BANCO DEL SUR

La creación del Banco del Sur (BS) es el principio de un nuevo orden en las relaciones financieras en la región. Es una propuesta liberadora de la tutela de los organismos multilaterales de crédito.

Es un fondo monetario, banco de desarrollo y organización prestamista cuyo convenio constitutivo fue firmando el 26 de septiembre de 2009. Nació como una propuesta del presidente de Venezuela Hugo Chávez efectuada en agosto de 2004 como una entidad financiera regional que apoye con firmeza la integración regional. Fue acogida calurosamente por el fallecido presidente Néstor Kirchner de Argentina y apoyada por Ecuador y Bolivia. Finalmente Brasil, Paraguay y Uruguay se unieron a la idea. Se han constituido como parte del Banco del Sur: Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Chile participa como observador. Colombia desistió de su incorporación al Banco.

Objetivos

Actuará como un banco de desarrollo que financie obras de infraestructura y apoye a las empresas públicas y privadas de los países firmantes.

Este proyecto financiero quiere impulsar medidas de integración económica que fortalezcan la Unión de Naciones Suramericanas y además plantea la creación de una moneda común suramericana en un plazo de cinco años aproximadamente. Se plantea que cada país tenga derecho a voto igualitario sin importar el tamaño de sus aportaciones, tal es el caso del FMI donde Estados Unidos y la Unión Europea toman las decisiones de mayor importancia.

Después de la firma de inauguración en 60 días se debía definir qué aportes monetarios realizará cada país, si será en efectivo o en deuda. El banco se plantea como una alternativa al FMI, al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo. Se propone que todos los países miembro contribuyan en partes iguales de modo que ninguno de los mismos tenga un control dominante.

SEGURIDAD ALIMENTARIA

La agricultura en el ALBA es mucho más que un sector productor de mercancías. Es un modo de vida que responde a un hecho cultural de América Latina.

Una de las razones para desechar los tratados de libre comercio radica en la exigencia de reducción de las políticas proteccionistas y de los masivos subsidios que otorgan los principales países industrializados. América Latina y El Caribe no otorgan subsidio alguno a la actividad agrícola.

Los TLC afectarían gravemente las condiciones de vida de millones de campesinos e indígenas si ocurre una importación masiva de productos agrícolas subsidiados.

Al garantizar la producción se garantiza el desarrollo rural integral, y sobre todo la seguridad alimentaria de la población que conlleva a la plena soberanía alimentaria: disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y se garantiza el acceso oportuno y permanente a estos, por parte de los consumidores.

En los documentos del ALBA producidos en Venezuela se manifiesta: «La seguridad alimentaria de la que gozan los países desarrollados del hemisferio, que hoy se nos niega a los países en desarrollo al querer limitar el margen de acción para nuestras políticas, es fruto de medio siglo de políticas de apoyo sistemático a la agricultura con la cual consiguen distorsión en los precios en los mercados mundiales. Si aún hoy cesaran tales apoyos, el campo de juego aún permanecería desnivelado: La infraestructura y el aparato productivo y tecnológico establecido y operado en buena parte gracias a los desembolsos de esas políticas todavía nos dejan en desventaja…».

La respuesta a los TLC está en el ALBA que expresa su preocupación por los alimentos para los pueblos y no los productos agrícolas como una mercancía impuesta por el imperio y sus agricultores subsidiados.

Los TLC están diseñados para destruir la economía agrícola de nuestra América Latina y del Caribe.

PROPIEDAD INTELECTUAL O DERECHOS DE LOS PUEBLOS A MEDICAMENTOS Y ALIMENTOS DE BUENA CALIDAD

La propiedad intelectual es otro de los asuntos en los cuales se expresa más nítidamente la oposición de intereses entre las grandes corporaciones internacionales y los países pobres del Sur, especialmente las poblaciones campesinas y aborígenes.

Apelando a lo que fueron denominados «asuntos relacionados con el comercio», se estableció un amplio régimen de protección de la propiedad intelectual en condiciones muy desventajosas para los países el Sur. A pesar de la resistencia inicial, los países del Norte lograron imponer un régimen obligatorio y global de protección de la propiedad intelectual de acuerdo a sus exigencias, a partir de propuestas formuladas por las transnacionales farmacéuticas.

El ALBA enfrenta la protección con la que los países más fuertes tienen ventajas, mientras que, básicamente, deja sin protección aquello en lo cual los países y pueblos del Sur tienen una indudable ventaja: en la diversidad genética de sus territorios y en el conocimiento tradicional de los pueblos campesinos y aborígenes.

El presente y futuro de la humanidad están siendo afectados por los acuerdos de derecho a la propiedad intelectual que se convierte en uno de los ejes más dinámicos de concentración del poder y acentuación de las desigualdades que caracteriza las actuales tendencias hegemónicas de la globalización». La imposición de los derechos de propiedad intelectual deben ser combatidos para el desarrollo y supervivencia de los pueblos.

EL GASEODUCTO DEL SUR

«Durante estos últimos años se han dado a conocer diversos proyectos de gasoductos en la región Latinoamericana, con el fin de generar un intercambio de gas natural entre países exportadores e importadores de este preciado combustible. Pero sin duda, el proyecto que más ha dado que hablar es el proyecto denominado «Gasoducto del Sur», que uniría a Venezuela, uno de los países con mayores reservas probadas de gas con los países de Brasil y Argentina principalmente. Esto permitiría abastecer también a países como Uruguay, Paraguay y Chile, lo que generaría a fin de cuentas una interconexión energética en el lado atlántico de Latinoamérica.

El abastecimiento de la demanda se realiza principalmente por gas proveniente desde Bolivia (50% de la demanda en la actualidad), donde hasta hace unas semanas varias empresas provenientes de Brasil y Argentina extraían gas natural. Durante el discurso del día del trabajador, el Presidente de Bolivia, Evo Morales, anuncia la nacionalización de los hidrocarburos en este país, lo que trae un problema mayor todavía a Brasil, con la incapacidad de predecir si van a poder solventar la demanda interna durante los próximos años.

Este Megaproyecto permitirá satisfacer la demanda de gas a nivel latinoamericano durante más de 100 años, pero la duda que hoy no se ha resuelto es si realmente esta es una solución que vendrá a integrar por fin a los países del MERCOSUR.

PETROSUR

Petrosur es un habilitador político y comercial promovido por la República Bolivariana de Venezuela, dirigido a establecer mecanismos de cooperación e integración sobre la base de la complementariedad y haciendo un uso justo y democrático de los recursos energéticos para el mejoramiento socioeconómico de sus pueblos.

Esta iniciativa reconoce la importancia de fomentar cooperación y alianzas estratégicas entre las compañías petroleras estatales de Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela: Petróleos Brasileiros (Petrobras), Energía Argentina S.A. (Enarsa); Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP) y Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) para que desarrollen de manera integral negocios en toda la cadena de los hidrocarburos.

Con Petrosur se busca minimizar los efectos negativos que sobre los países de la región tienen los costos de la energía originados por factores especulativos y geopolíticos, mediante la disminución de los costos de las transacciones (eliminando la intermediación), el acceso a financiamiento preferencial y el aprovechamiento de las sinergias comerciales para solventar las asimetrías económicas y sociales de la región.

PETROCARIBE

PETROCARIBE es una iniciativa de cooperación energética solidaria propuesta por el Gobierno Bolivariano de Venezuela, con el fin de resolver las asimetrías en el acceso a los recursos energéticos, por la vía de un nuevo esquema de intercambio favorable, equitativo y justo entre los países de la región caribeña, la mayoría de ellos consumidores de energía y sin el control estatal del suministro de los recursos.

Está concebido como una organización capaz de asegurar la coordinación y articulación de las políticas de energía, incluyendo petróleo y sus derivados, gas, electricidad, uso eficiente de la misma, cooperación tecnológica, capacitación, desarrollo de infraestructura energética, así como el aprovechamiento de fuentes alternas, tales como la energía eólica, solar y otras.

El objetivo de Petrocaribe es contribuir a la transformación de las sociedades latinoamericanas y caribeñas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias, por lo que está concebido como un proceso integral que promueve la eliminación de las desigualdades sociales, fomenta la calidad de vida y una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino.

PETROANDINA

La iniciativa de integración energética PetroAndina fue pactada por el XVI Consejo Presidencial Andino realizado el 18 de julio de 2005 en Lima, como plataforma común o «alianza estratégica» de entes estatales petroleros y energéticos de los 6 países de la Comunidad Andina de Naciones -CAN- (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú Venezuela y Chile[8]) «para impulsar la interconexión eléctrica y gasífera, la provisión mutua de recursos energéticos y la inversión conjunta en proyectos».

En esta Cumbre, los dignatarios de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela suscribieron el documento: «Acta Presidencial de Lima. Democracia, desarrollo y cohesión Social» , en el cual los representantes de los Estados miembros tomaron nota de la propuesta de la República Bolivariana de Venezuela en torno a la idea de acordar la creación de Petroandina y consideraron la conveniencia de formular una agenda energética andina en el contexto de integración sudamericana, teniendo en cuenta los distintos acuerdos binacionales existentes y tomando en cuenta el importante potencial energético representado por los yacimientos de petróleo, carbón y gas, así como de fuentes hídricas, eólicas, solares y otras existentes en nuestros países y de la vital importancia que tienen para el desarrollo moderno, particularmente, en los procesos de integración andina y sudamericana.

TELESUR

Es una cadena de televisión con financiación pública que transmite en Latinoamérica vía satélite, y en varias ciudades de Venezuela por señal abierta, en castellano. Inició sus actividades el 24 de julio de 2005. Su lema es Nuestro Norte es el Sur. Fue impulsada por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez junto con el apoyo de los gobiernos de Argentina, Brasil, Cuba y Uruguay, con los cuales se efectúan los pasos para su desarrollo -posteriormente se sumarían como socios Bolivia y Nicaragua.

Según sus creadores, su objetivo es ser un canal de noticias con una propuesta a la integración latinoamericana por la vía comunicacional con un pensamiento bolivariano y humanista, así como una alternativa a los medios de noticias estadounidense, como CNN, Univisión, y la británica BBC. Sectores opositores a Hugo Chávez y Fidel Castro, en particular los de Estados Unidos, han considerado a la cadena como un medio de propaganda y proyección política.

La titularidad de la cadena es compartida por varios países, tanto económicamente como en lo que respecta a los contenidos. La participación económica de su propiedad, como sociedad anónima, está repartida entre Venezuela (46%), Argentina (20%), Cuba (19%), Uruguay (10%) y Bolivia (5%). En 2006 el gobierno de Bolivia se incorporó como miembro pleno a TELESUR con la adquisición a Venezuela de un 5% de sus acciones. A Brasil llega con subtítulos en portugués, pero el gobierno de este país está estudiando su participación, mientras que actualmente se encuentra implementando TVBrasil.

El canal no tiene un fin comercial y de lucro, un hecho de esto es la casi total ausencia de publicidad, además de que al canal se puede acceder gratuitamente bien sea en su página web y en canales locales de los diferentes países hispanohablantes que deseen asociarse. También es posible acceder mediante cable o canal satelital.

Los narradores de noticias de teleSUR se caracterizan por su diversidad: todos hablan el acento del español de su país de origen sin disimulo, en claro contraste con otras cadenas de noticias continentales como CNN en Español que usa el llamado español neutral.

EL SUCRE

Los países integrantes de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), reunidos en Cochabamba, Bolivia, aprobaron el tratado que constituye el Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), que sustituirá al dólar en el intercambio comercial entre esas naciones.

El Sucre será el primer paso hacia la constitución de una futura moneda común. Según el tratado, los países miembros del grupo regional deberán hacer depósitos en sus respectivas monedas locales en el Banco del ALBA, que tiene su sede en Caracas.

El sistema lleva el nombre del prócer venezolano Antonio José de Sucre, uno de los comandantes que dirigió la independencia de Sudamérica en el siglo XIX.

El tratado de constitución del Sucre fue firmado por los presidentes de Bolivia, Ecuador y Venezuela, y por representantes de Cuba y Nicaragua.

Además, sus miembros reivindican el comercio justo en contraposición al libre comercio que propugna Estados Unidos.

FUTURO DE CERTEZAS

Profundo impacto ha causado un cáncer detectado y que ha puesto en peligro la vida del Presidente Hugo Chávez. Es de esperar que ese terrible mal sea liquidado gracias a la medicina cubana a la que ha acudido y a la decisión de vivir expresada por el propio mandatario.

Sin embargo de los tratamientos médicos, es lógico suponer que el deteriorado estado de salud del mandatario, podría causar varios efectos en los procesos de de integración regional, en las alianzas políticas, en los esquemas de cooperación y libre comercio, y en la fundación de nuevas instituciones multinacionales que impulsen el desarrollo sostenido del subcontinente.

De conformidad con la información obtenida, se sabe que el presidente Hugo Chávez, prácticamente, ha derrotado al cáncer y que su esperanza de vida puede ser superior a los 35 años, pero fue suficiente conocer su grave enfermedad para que el imperio y las oligarquías venezolanas y latinoamericanas, con el uso del poder mediático difundieran toda clase de infundios, descabelladas especulaciones y prácticamente mataran al Presidente antes de su hora.

Nadie es eterno, pero en el caso de que Chávez desaparezca, los gobiernos y pueblos de América Latina y, en especial, del Sur y el Caribe, deberán redoblar sus esfuerzos para fortalecer a: UNASUR, el ALBA y dar vida al proyecto de creación de la Organización de Estados Latinoamericanos y del Caribe (OELC).

A pesar de los agoreros del desastre, se debe recordar que los pueblos y gobiernos de nuestra América Latina y del Caribe han madurado políticamente. En consecuencia se fortalece el antiimperialismo tanto como se multiplican los movimientos sociales, los movimientos indígenas, las organizaciones políticas progresistas y democráticas.

Algunos proyectos pueden ser diferidos y otros pueden ser demorados, pero la lucha por la soberanía e independencia de nuestras patrias debe fortalecerse y un paso trascendental será la conformación de la Organización de Estados Latinoamericanos y del Caribe sin la intervención de Estados Unidos y Canadá; es decir de una OEA sin el imperio.

La Unión Sudamericana -UNASUR- se consolida porque existe un serio compromiso de los gobiernos y pueblos de Sud América para impulsar ese modelo de integración. UNASUR ya no es sólo un foro de consultas, es integración soberana que se expresa en el Consejo Suramericano de Defensa y en una serie de proyectos de beneficio mutuo para nuestros países.

Naturalmente que ese modelo de integración se enfrenta a nuevos retos que tendrá que aceptarlos y superarlos sin la tutela del imperio, para lo cual se han dado pasos fundamentales para combatir al terrorismo, el crimen organizado, el tráfico de drogas y de personas y Quito contribuirá eficazmente a la consolidación del organismo al haber sido designada sede de la Secretaría Permanente.

Cierto que la enfermedad del Presidente de Venezuela ha motivado el aparecimiento de serias preocupaciones incrementadas por la gran prensa internacional que ha especulado acerca de una posible desaparición de Chávez y los graves problemas que se derivarían de tal insuceso, pero los gobiernos y pueblos de América Latina, saben perfectamente que tienen todo para ganar y que la historia no perdonará a quienes intenten traicionar a sus patrias y a sus pueblos.

Cierto que se ciernen incógnitas sobre el futuro del ALBA porque su fortaleza ha sido el petróleo venezolano, pero si Chávez desaparece, sus banderas bien pueden ser recogidas y levantadas por su pueblo que sabrá elegir a uno de sus sucesores y que son muchos. Será difícil pero no imposible que el pueblo venezolano venza, otra vez, al imperio y a las oligarquías criollas. Los pueblos tienen sus líderes, pero otros surgen en los procesos de lucha por la liberación de nuestras patrias.

Chávez seguirá gobernando a Venezuela y el denominado Socialismo del Siglo XXI seguirá con tropezones y tal vez los gobiernos de Evo Morales de Bolivia, Daniel Ortega de Nicaragua y de Rafael Correa de Ecuador requieran de nuevos impulsos de su líder y mentor. Los gobiernos centro izquierdistas y nacionalistas como los citados y como el de Ollanta Humala de Perú, continuarán por el camino trazado: preocupación por los pobres, búsqueda de una mayor equidad, antiimperialismo militante y defensa de la soberanía e independencia de sus patrias.

El futuro es de certezas. La integración solidaria regional llegó para quedarse. La historia que escriben los pueblos siempre estará colmada de dificultades, pero al final es la verdadera historia.

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Fuente: http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1248