El jefe de Scotland Yard, Sir Ian Blair, llevaba tres años atrincherado en su puesto, pero ayer cedió a la presión empujado por el alcalde de Londres, Boris Johnson, y presentó su dimisión. El más alto responsable policial de Reino Unido, que resistió una avalancha de críticas por su papel en la investigación de la […]
El jefe de Scotland Yard, Sir Ian Blair, llevaba tres años atrincherado en su puesto, pero ayer cedió a la presión empujado por el alcalde de Londres, Boris Johnson, y presentó su dimisión.
El más alto responsable policial de Reino Unido, que resistió una avalancha de críticas por su papel en la investigación de la muerte del brasileño Jean Charles de Menezes por disparos de las fuerzas de seguridad, tiró por fin la toalla al perder la confianza del conservador Johnson.
«Sin el apoyo del alcalde no puedo continuar en mi posición», confirmó en una breve comparecencia ante los medios de comunicación.
Johnson cargó contra el jefe de Scotland Yard en su campaña electoral a la alcaldía de Londres y no ha vacilado en actuar con premura. Horas después de tomar posesión de su nuevo papel como presidente del ente supervisor de la policía metropolitana, MPA, el alcalde comunicó a Blair que era hora de «cambiarde liderazgo».
Johnson no tiene autoridad para deponerle ni tampoco consultó su decisión con los 23 miembros de la MPA, pero dejó muy clara su oposición a colaborar con Blair. «Yo no veo ningún impedimento en trabajar con el alcalde. Pero ahí diferimos», explicó el dimitido policía.
Una carrera malograda
La carrera de Blair se malogró el 22 de julio de 2005. Llevaba cinco meses en su cargo y acababa de dirigir, con celebrado éxito, las operaciones de emergencia del macroatentado en el transporte londinense del 7 de julio.
Pero, esa fatídica jornada, dos agentes armados dispararon a bocajarro contra De Menezes, confundiéndole con un terrorista en fuga desde la fallida intentona, el día anterior, de causar una segunda matanza en el metro de Londres.
Blair engañó al público, sugiriendo ante las cámaras que el brasileño «se negó a obedecer las instrucciones» de sus agentes.
Nadie ha pagado judicialmente por la muerte del joven brasileño. Blair escurrió el bulto con el respaldo del anterior alcalde, Ken Livingstone, y el Ministerio del Interior. La Policía Metropolitana tan sólo ha sido declarada culpable de un leve delito por infringir la legislación de salud y seguridad en el trabajo.
El caso ha vuelto a resurgir en la encuesta extrajudicial para esclarecer las circunstancias de la muerte de Menezes, que se abrió este mes en Londres. Es un proceso administrativo, que no persigue descubrir culpables, pero que amenazaba con renovar la presión en favor de la destitución de Blair.
El alcalde Johnson se adelantó a las conclusiones forzando con «gentileza pero determinación» la dimisión del alto responsable de Scotland Yard. Sir Ian Blair no ha podido cumplir su promesa de acabar su mandato, en 2010.
Un proyecto reformista truncado por un gravísimo error
Ian Blair impuso un programa de reforma al hacerse con la jefatura de Scotland Yard, en febrero de 2005, promocionando a agentes de minorías étnicas a puestos de responsabilidad y modernizando, en general, el servicio.
En sus tres años al mando, las estadísticas del crimen en Londres han bajado, pero el catastrófico error de la muerte de Menezes le puso contra las cuerdas.