Desde el sábado (17/11/18), en la embajada de Uruguay ha generado conmoción en la prensa, el pueblo peruano y el antiaprismo. Pero esto es algo que se veía venir. En algunas notas anteriores habíamos mencionado que la estrategia de «golpe de Estado» lanzada por el dos veces ex presidente tenía como fin escaparse de la […]
Desde el sábado (17/11/18), en la embajada de Uruguay ha generado conmoción en la prensa, el pueblo peruano y el antiaprismo. Pero esto es algo que se veía venir. En algunas notas anteriores habíamos mencionado que la estrategia de «golpe de Estado» lanzada por el dos veces ex presidente tenía como fin escaparse de la justicia. Alan nunca dio puntada sin hilo. Para esto se valió del «argumento» de que el gobierno presionó al poder judicial para meter presa a Keiko y a la vez pedir la renuncia del cuestionado fiscal de la Nación, Pedro Chavarry.
Golpe de Estado y criminalización de la política como cortina de humo
Y es así como durante las últimas semanas se montó una campaña acusando al gobierno de golpista o planificar un golpe de Estado. El diario Expreso (que en el pasado era velasquista), entre otros, es parte de esta campaña aprista, junto a intelectuales como Hugo Neyra, que en una entrevista con Mijaíl Garrido Lecca, denunció que hay un golpe de estado en ciernes (Canal N, min 26.36; https://www.youtube.com/watch?v=178WCII6su8).
El congresista aprista Mauricio Mulder, declaró, » el ministerio se ha convertido en una especie de sicariato político…el APRA tiene abiertos procesos no solo de lavado de activos sino de organización criminal, y con ese cuento de organización criminal detienen a las personas 36 meses…y eso para nosotros constituye una medida de carácter antidemocrático y por esas razones, el Estado de Uruguay ha recibido al presidente García y procesado su solicitud de asilo y le ha abierto las puertas de la embajada uruguaya…», (radio RPP, 18/11/18; https://www.youtube.com/watch?v=8w-0XBjOswo).
Luego cuando la periodista le dijo que «la convención sobre asilo diplomático de 1954 dice que no es lícito el asilo cuando las personas que al tiempo de solicitarlo se encuentran inculpadas o procesadas…por delitos comunes , dijo, » …aquí se viola la ley permanentemente porque no es posible que un fiscal organice una celada contra una persona que se está investigando, tiene una diligencia con el presidente y decide suspenderla, reprogramarla sin expresión de causa, hace venir al presidente desde España, el Sr. Pérez emite un comunicado diciendo ahora sí se va investigar a Alan García…».
Y en verdad, la defensa del aprismo no tendría mucho sustento sino fuera porque desde el lado del Ejecutivo no hubiera una estrategia de blindaje del grupo Miroquesada (que controla cerca del 80% de la prensa y está también involucrado en el affaire Odebrecht con Luis Miroquesada Graña del poderoso grupo constructor e inmobiliario Graña y Montero), el ex presidente PPK (con quien Vizcarra «desayuno» la semana pasada), entre otros.
Por estas razones, la dinámica de la lucha contra la corrupción de Lavajato, será muy compleja y contradictoria.
Alan denuncia que es un perseguido político
Además, se valieron del criterio que utilizó el fiscal Domingo Pérez de que las estructuras políticas partidarias del fujimorismo responden a una organización criminal para decir que en Perú existe la «criminalización de la política».
Alan García en la carta solicitando asilo dirigida a Tabaré Vásquez, redactó, «…por primera vez en un régimen, en apariencia democrático, tanto el Presidente accesitario como su Primer Ministro han reclamado públicamente la destitución por el Congreso del Fiscal Chavarry. Y como el Congreso, de mayoría contraria, no accediera a tal exigencia, se optó por usar los procedimientos penales acusando al partido Fujimorista de haber recibido un millón de dólares como contribución a su campaña electoral…En esta situación, con el parlamento judicialmente coaccionado, una corte Suprema en la que renunció el Presidente y cinco vocales son investigados; con un Consejo Nacional de la Magistratura inexistente, una fiscalía de la Nación acosada y en lucha con fiscales inferiores «con intereses políticos coordinados con el gobierno», según declaración del Fiscal de la Nación…».
En otras palabras, Alan, trata de victimizarse y a la vez denuncia que en Perú se vive una especie de dictadura, cuando en verdad él está siendo enjuiciado por estar involucrado en el affaire Odebrecht, del cual recibió, según las denuncias de la fiscalía, $100 mil de la caja 2 de Odebrecht, por una conferencia que dictó en Sau Paulo en el 2012 (https://idl-reporteros.pe/). Pero la carta también es reveladora porque mantiene la alianza con el fujimorismo esperanzando que sus parlamentarios y el presidente del Congreso, Daniel Salaverry, sigan de su lado.
¿Porque Uruguay?
Hasta ahora no está claro porque Alan eligió Uruguay teniendo otras opciones. Pero es probable que sea porque es un secreto a voces que ambos son amigos y tienen una evolución política parecida. Tabaré Vásquez llegó al poder el 05 de marzo del 2005 y gobernó hasta el 01 de marzo del 2010, mientras que el segundo gobierno de García fue desde el 28/07/06 hasta el 28/07/11. Tabaré es parte de la Gran Logía de Masonería del Uruguay y a pesar de haber sido del ala izquierda del Frente Amplio junto a Pepe Mujica, en el poder se opuso a la legalización del aborto y se adhirió al TLC, así como a las políticas del FMI (del cual es asesor regional).
A esta cuestión habría que agregar que Uruguay es un país con poca convulsión social. Tabaré tiene el control político de la PIT-CNT (símil de la CGTP, pero con la diferencia que haya si tiene mayor representatividad de masas con 400 mil afiliados), no está involucrado en el escándalo Odebrecht, está alineado con EE.UU. (envió tropas militares a invadir Haití), es presidente Pro Tempore de Mercosur y el partido Nuevo Espacio fue su aliado y es integrante de la Internacional Socialista a la cual también pertenece el APRA.
¿Y ahora que viene?
«En el Perú no hay una dictadura, hay un estado de derecho plenamente vigente y, por lo tanto, no habría razón para que se le conceda el asilo. Si Uruguay decide concederlo de alguna forma estaría diciendo que en el Perú no se está respetando el estado de derecho…pedido de asilo por parte de Alan García será tomado por el fiscal [Pérez] como demostración de un intento de huir de la justicia, por lo que lo lógico sería que se pida una orden de captura», declaró el abogado e internacionalista Francisco Belaunde (La República, 18/11/18).
Sin embargo, así haya leyes que exijan que el asilo solo se da por cuestiones específicas (como que los solicitantes no están involucrados en procesos judiciales), lo que pesa más al final es el criterio político. Este es el caso del ciberactivista australiano y creador de Wikileaks, Julián Assange, que está asilado en la embajada ecuatoriana en Londres (desde el 2012), a pesar de que las potencias inglesas-norteamericanas exigieron su entrega y cárcel (incluso con Suecia interviniendo por una denuncia de abuso sexual), por difundir secretos de Estado, hasta el día de hoy.
Una papa caliente
Y en efecto, el canciller uruguayo, ya declaró que sí le van a dar el asilo y que el papeleo (escuchar la versión del Estado peruano), es pura formalidad. Por tanto, lo único que van a esperar es el salvoconducto que tiene que dar el gobierno de Vizcarra (ya habló por teléfono con Tabaré para deslindar lo de la persecución política), que de no dárselo van a tener un inquilino en san isidro conspirando.
Ahora, todas las miradas van a girar de Keiko hacia la embajada uruguaya y mientras más tiempo pase peor para Tabaré y el gobierno, porque es una papa caliente para ambos. Para Vizcarra porque si se lo da va a quedar mal con sus connacionales y si no se lo da va a tener a García en San Isidro talvez por un buen tiempo generando titulares en los medios los próximos días (aunque también puede utilizarlo como un nuevo enemigo y razón de popularidad). Y para Tabaré porque se pueden generar manifestaciones de protesta en su país logrando la intervención de la oposición (y talvez de los militares que están con ganas de Bolsonalizar el país), para jalar agua para su molino.
Y es que las cosas no son de maravilla en Uruguay. Según una encuesta de Latinobarómetro, «…El 29% de los uruguayos quiere dejar el país, una cifra que supera los guarismos posteriores a la peor crisis económica de la historia local…», redactó Ecouruguay (10/11/18).
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