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El calvario de ser mujer en El Salvador

Fuentes: Contrapunto

En lo que va del año la Policía Nacional Civil reporta 240 asesinatos de mujeres. Cada cuatro horas una niña es abusada sexualmente. Carmen Edith Ramírez García, trabajaba en Ciudad Mujer de Usulután, era colaboradora de Servicios Generales en la entidad y fue brutalmente asesinada el pasado 13 de noviembre, se desconoce, como en la […]

En lo que va del año la Policía Nacional Civil reporta 240 asesinatos de mujeres. Cada cuatro horas una niña es abusada sexualmente.

Carmen Edith Ramírez García, trabajaba en Ciudad Mujer de Usulután, era colaboradora de Servicios Generales en la entidad y fue brutalmente asesinada el pasado 13 de noviembre, se desconoce, como en la mayoría de casos, el móvil del hecho y el paradero de los asesinos. Carmen es una de las 240 mujeres que han sido ultimadas en 2014, según cifras de la Policía Nacional Civil (PNC). También reportan 2.098 denuncias por violencia intrafamiliar.

El asesinato de Carmen causó el repudio de muchos, entre ellos el de la secretaria de Inclusión Social, Vanda Pignato, quien por medio de un comunicado dio a conocer su indignación y pidió investigar el caso y el de muchas mujeres que han sido asesinadas. También el titular de la Procuraduría para la Defensa de Derechos Humanos (PDDH), David Morales, mostró su preocupación por las características de violencia feminicida en contra de Carmen.

En los últimos meses se han conocido casos de mujeres que antes de ser asesinadas han sido abusadas sexualmente y hasta mutiladas, sus cuerpos son tirados a las orillas de las calles, quebradas o enterradas en lugares pocos accesibles.

«La barbarie con la que estos crímenes son cometidos, refleja la clara intención de los agresores en disponer de la vida y el cuerpo de las mujeres. El odio a todo aquello que representa lo femenino (misoginia), se constata en la premeditación y atrocidad con la que actúan los agresores», expresó Morales en un comunicado.

También se han conocidos casos en los que son sus parejas o exparejas los perpetradores del crimen. Por ejemplo en enero pasado Carmen Centeno murió a causas de los machetazos que su expareja le propinó frente a sus compañeros de trabajo; él la celaba y le reclamaba por cualquier cosa, tenían cuatro semanas de haberse separado porque él la golpeaba. Centeno nunca denunció los hechos por miedo a Leónidas Sánchez, el que fuera su compañero de vida.

Otro hecho que ocurrió fue el feminicidio de Delmy Ascencio, una mujer de 19 años quien fue ataca a machetazos y por Eduardo Larín, su pareja, él tiene 53 años, el hombre también hirió a la hermana de Ascencio. Larín trató de huir del país pero fue detenido y según las autoridades será acusado de feminicidio agravado y feminicidio imperfecto. Familiares de las víctimas señalaron que no era la primera vez que Larín trataba de asesinar a Ascencio, ya que el 12 de marzo pasado le prendió fuego a la casa y ella se encontraba adentro.

Esos solo son ejemplos de la barbarie con la que las mujeres son asesinadas, han sido 240 en lo que va del año. AS Mujeres en el informe «radiografía de la violencia contra las mujeres» dijo que los departamentos con mayores índices de violencia contra mujeres son: San Salvador, La Libertad y Santa Ana. Y que en el 90 por ciento de los municipios se presentan casos de este tipo.

Si bien es cierto en 2013 las autoridades anunciaron que los feminicidios disminuyeron, la saña contra las mujeres aumentó, ya que fue el año en el que más mujeres fueron quemadas vivas por sus parejas, y otras atacadas con ácido. En 2014 los feminicidios han aumentado y la saña se mantiene.

Entre los casos registrados el año pasado está el de una adolescente de 14 años asesinada a balazos y lapidada en la colonia San Antonio de Armenia, Sonsonate. También el de Silvia R. de 37 años de edad quien fue atada al sillón de su casa y rociada de gasolina por su pareja quien posteriormente le prendió fuego; ella fue rescatada aún con vida, con el 98 por ciento de su cuerpo quemado, sin embargo días después murió en el hospital.

En 2012, la organización suiza Small Arms Survey categorizó a El Salvador como el país con la tasa más alta de feminicidios en el mundo, con un total de 12 asesinatos por cada 100.000 mujeres. Los datos confirman que las mujeres entre 18 y 35 años son las que más sufren esta expresión extrema del machismo que impera en la sociedad salvadoreña.

Para Yanira Argueta, del Instituto Salvadoreño de la Mujer (ISDEMU), la violencia en contra de las mujeres responde al alza de la violencia social que actualmente afecta a El Salvador.

Según Gordon Jonathan Lewis, representante de UNICEF, de 2001 a 2011 las autoridades salvadoreñas reportaron 26.000 casos de violencia sexual, el 94 por ciento fue en contra de niñas. Los principales responsables son familiares: padres, padrastros, tíos y hermanos; es recurrente que sus verdugos las sometan bajo amenazas que atentan contra su integridad física y psicológica y la de sus familias.

Datos del Instituto de Medicina Legal (IML) aseguran que en el primer semestre de este año, cada cuatro horas al menos una niña o adolescente sufrió violencia sexual. En el grupo de edad entre uno y cuatro años se registraron 79 de estos casos, que casi se duplicaron en el grupo de cinco a nueve y se elevaron en un 600 por ciento entre las niñas de 10 a 14 años.

Cifras brindadas por UNFPA reflejan que cada cuatro horas una niña es abusada sexualmente, esto suma seis niñas a diario. Según UNFPA la violencia por razón de género adopta numerosas formas, desde la violencia en que el agresor es la pareja de la víctima hasta la violación, el acoso en el lugar de trabajo, la mutilación genital femenina, la trata de personas y el asesinato.

Mujer es altamente vulnerable frente a pandillas

Para Silvia Juárez, de ORMUSA, la situación actual es «preocupante, puesto que nos enfrentamos a nuevos contextos de conflicto, una sociedad altamente armada y sin respeto a las mujeres».

Por otro lado señaló que lastimosamente en la agenda de seguridad nacional suele invisibilizarse la violencia contra las mujeres y se pone en el centro la violencia juvenil, de pandillas, de crimen organizado, «sin tomar en cuenta que la vida es de las mujeres, sobre todo jóvenes están siendo asesinadas con barbaries» y que todos los delitos, desde feminicidios, violencia sexual, hasta amenazas, son las mujeres jóvenes y adolescentes las más afectadas.

Para el director de la PNC, Mauricio Ramírez Landaverde, dijo que en el ámbito de la violencia generada por las pandillas «las mujeres y las niñas son más expuestas a niveles de violencia superiores», más que los atribuibles a otros grupos delincuenciales. «Si la mujer en El Salvador es altamente vulnerable y victimizada, en el ámbito de grupos delincuenciales como las pandillas lo es aún más, en lo que la violencia sexual, física y psicológico llega a niveles extremos».

«La violencia evidencia que el ser mujer te coloca en una categoría distinta de riesgo frente a la violencia y ese lenguaje entre pandilleros que se expresan usando el cuerpo de la mujer como un mensaje en el que se rivalizan. Si quieren tomar venganzas van y matan a la madre, a su pareja, a su hija, no matan al padre o a los familiares hombres; siempre el primer plan de venganza, en la línea de fuego son las mujeres», dijo Juárez.

Fuente: http://www.contrapunto.com.sv/reportajes/el-calvario-de-ser-mujer-en-el-salvador