Desde que te despiertas de mañana hasta que te duermes en la noche el capitalismo controla tu vida y tu conciencia es dominada por este sistema de organización social, económica, política y cultural denominada capitalismo. La naturalización de este mecanismo de biopoder esta destruyendo la vida de cientos de miles de seres humanos quienes por […]
Desde que te despiertas de mañana hasta que te duermes en la noche el capitalismo controla tu vida y tu conciencia es dominada por este sistema de organización social, económica, política y cultural denominada capitalismo.
La naturalización de este mecanismo de biopoder esta destruyendo la vida de cientos de miles de seres humanos quienes por medio de este esquema de vida no pueden satisfacer sus necesidades básicas para el desarrollo de sus vidas, son asesinados, muertos por enfermedades o simplemente esclavizados.
Los mecanismos de reproducción y mantenimiento del perverso sistema de control y dominación se propagandiza y promueve mediante los medios de comunicación quienes son los voceros de los conglomerados transnacionales propietarios de los medios capital y producción que se apropian de las ganancias generadas por el trabajo y el conocimiento incorporado como tecnología, explotando a las clases bajas y medias de la población mundial: la primera vez cuando les paga salarios o pensiones bajas y otra vez cuando les vende en los mercados los productos que los mismos trabajadores producen baratos, pero deben comprar caros.
Así se va conformando una estructura de dependencia material y psicológica que involucra a la totalidad de la población mundial colonizada culturalmente mediante creaciones imaginarias desde los canales de TV, las radios, los periódicos, internet y los films cinematográficos.
EL deseo de consumir mantiene la conciencia bloqueada pues mantiene a la psiquis trabando con el objetivo de satisfacer nuevas necesidades materiales incrustadas como deseos mediante mecanismos neurológicos transmitidos por la propaganda visual cotidiana.
La educación a la que accede la mayor parte de la población produce los cuadros empresariales que conducen los centros de poder global y sus satélites bancarios, alimenticios, petroleros, farmacéuticos, de seguridad, militares y estatales que logran mantienen las condiciones del régimen capitalista en «estado continuo» de funcionamiento.
Las fuerzas concentradas del capital están presionando a los países que poseen en sus territorios el principal combustible que garantiza la productividad diaria de la maquinaria imperialista: el petroleo y ha invadido a Irak y Libia, controlando Arabia, Yemen, Nigeria, Emiratos Árabes y pretende controlar las reservas de Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador y Bolivia.
El desafío es lograr que las dirigencias denuncien estas acciones de apropiación de energía que el sistema capitalista ha comenzado a implementar ante el avance de China y Rusia, quienes compiten por el control de esaas mismas fuentes de energía que los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN no están dispuestos a resignar.