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Entrevista a Rodolfo Pastor, diplomático en resistencia en Honduras

«El cerco mediático, a nivel doméstico, obedece al control absoluto de la dictadura»

Fuentes: El Clarín de Chile

«El precedente que deja el golpe de Estado para la región es sumamente nefasto, las élites de nuestros países podrán quitar cuando quieran a un Presidente democráticamente electo, a su conveniencia y sin temor alguno de que existan consecuencias o deban rendir cuentas por sus crímenes y sus abusos. Los militares, el crimen organizado al servicio institucional de las clases dominantes, y los empresarios tienen en su poder las democracias»

Egresado de la Universidad Iberoamericana en Ciencias Políticas y Administración Pública (Campus México DF); Rodolfo Pastor de María Campos ingresó al Servicio exterior de carrera en 2005, desempeñándose como Asesor de la Cancillería; tres años después fungió como Jefe de la sección de asuntos políticos de la Embajada de Honduras en Washington y durante los álgidos días del golpe de Estado, Rodolfo asumió la máxima responsabilidad de la sede diplomática, ante la traición del Embajador y el nombramiento de la hija del dictador Micheletti como Encargada de Negocios en Washington; a 2 días de entregar las credenciales diplomáticas, adelanta el trabajo por hacer: «Cuando asuman los representantes nombrados por el Sr. Lobo, yo me dedicaré a seguir difundiendo información veraz, denunciando los abusos y exigiendo las reformas que Honduras necesita para lograr una Asamblea Constituyente»

MC.- ¿Qué hizo la Embajada de Honduras en Washington para denunciar el golpe de Estado?

RP.- La Embajada de Honduras en Washington llevó a cabo una intensa labor diplomática con las autoridades de EE.UU. ante el Departamento de Estado, el Consejo Nacional de Seguridad, la Presidencia, la Cámara baja y alta del Congreso. Los empresarios hondureños que apoyaron el golpe contrataron los servicios de una firma de cabildeo (Lanny Davis) para promover la idea de una «sucesión constitucional» y así luchar contra el estigma y las implicaciones de un golpe de Estado.

La Embajada de Honduras en Washington trabajó en una campaña mediática con el apoyo de Organizaciones No Gubernamentales y think tanks progresistas para contrarrestar el impacto de la farsa financiada por los abundantes recursos del golpismo que contrató una firma de manejo de imagen profesional.

Por último, la Embajada de Honduras en Washington realizó las labores correspondientes a la Cancillería en el exilio, fungiendo como centro de operaciones para el Servicio Exterior leal al gobierno democrático de Honduras. El Presidente Zelaya realizó 6 visitas después del golpe y antes de su incursión a Honduras. Estuvimos a cargo de las relaciones con todas las Embajadas del mundo, en especial con la región latinoamericana, la OEA, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, en nuestra lucha por detener el golpe de Estado.

MC.- La Embajada de Honduras en Washington vivió una situación inédita, Roberto Flores se alineó con los golpistas y fue revocado ante el Departamento de Estado; el dictador nombró a su hija, Bianca Micheletti, encargada de negocios de la sede diplomática, sin embargo no fue reconocida por Estados Unidos; usted fue el máximo responsable de la Embajada, hasta la llegada del Dr. Enrique Reina; ¿cómo se dirime un episodio de esta naturaleza?

RP.- Se dirimió con mucha dificultad, pues el elemento sorpresa dio una ventaja comparativa a los golpistas, que tenían un alto nivel de planificación que inmediatamente implementaron. Después de haberse definido claramente quiénes apoyaban el golpe y quiénes permanecían leales al Presidente Zelaya, comenzamos, los segundos, una labor de organización urgente, tratando de coordinarnos con nuestras autoridades para recibir instrucciones y establecer comunicación fluida con otras misiones leales. Al mismo tiempo debimos comenzar de inmediato a contactar a medios, organismos y otras misiones internacionales para denunciar el golpe de Estado y pedir apoyo.

Afortunadamente contamos con un equipo que respondió bien y que pudo soportar las fuertes presiones que se recibieron por parte de las autoridades de facto. Recurrimos al apoyo del Servicio Secreto, que resultó bastante ineficaz al no poder actuar frente a la inmunidad diplomática de los golpistas dentro de la Embajada de Honduras en Washington. Por algunos días, tuvimos que compartir espacio físico con los golpistas, resultando en condiciones extremadamente difíciles para operar y de álgida confrontación. Finalmente, una vez que EE.UU. definió su posición respecto al golpe condenándolo claramente, recibimos más apoyo para impedir el acceso a las oficinas y la toma de la Embajada por el sector golpista.

Con la llegada del Embajador Enrique Reina la misión que hasta ese momento y desde el golpe de Estado, había quedado a mi cargo, se fortaleció con recursos adicionales, financieros y humanos, y trascendimos de una labor más bien defensiva a una de mayor ofensiva.

MC.- En la Embajada de Honduras en México hubo un altercado de asalto por parte de los golpistas; en Argentina y España se destituyeron a los Embajadores por respaldar al dictador Micheletti; ¿en cuántos países y consulados se desconocieron a diplomáticos que avalaron el golpe de Estado?, ¿cuál era la importancia de no dejar pasar la negligencia y traición del cuerpo diplomático?

RP.- La mayoría de las Embajadas y Consulados de Honduras en el mundo fueron pronto controladas por el golpismo, pero al ser este un gobierno «reconocido» por ningún país, muchos de los Embajadores o jefes de misión que habían apoyado el golpe fueron pronto destituidos por el Gobierno del Presidente Zelaya, o expulsados por los Gobiernos receptores en rechazo al golpe. De este modo, algunos de los funcionarios de menor rango, leales al Presidente Zelaya, asumieron posiciones de encargados en muchas de estas misiones.

México, Japón, Francia, Jamaica, Alemania, fueron algunos de los pocos países en los que los Embajadores permanecieron leales al Presidente Zelaya.

La destitución de los funcionarios que se identificaron con el golpe no se debió meramente a un castigo, a la traición o negligencia, sino de manera mucho más práctica, obedeció a una medida estratégica que permitió al Gobierno del Presidente Zelaya llevar a cabo una intensa labor diplomática de denuncia y resistencia en el exterior y se constituyó rápidamente en la única institución del Gobierno del Presidente Zelaya que siguió fungiendo y representando al gobierno legítimo, si bien con grandes limitaciones de recursos.

MC.- Con el inicio del año y el regreso de las manifestaciones de la Resistencia, comenzó un violento desalojo en la región noreste de Honduras, en el Valle del Aguán, ¿las noticias sobre violaciones a los Derechos Humanos son discutidas entre los círculos diplomáticos en Estados Unidos?, ¿cómo repercute en Washington el actual cerco mediático impuesto por la dictadura hondureña?

RP.- El cerco mediático a nivel doméstico obedece al control casi absoluto de la dictadura sobre los medios de comunicación nacionales, muchos de los cuales son propiedad de los golpistas y otros pocos independientes que son víctimas de sobornos o de la censura y la represión sistemática del régimen.

A nivel internacional, el cerco mediático ha sido de desinformación fomentada por el golpismo y sus aliados en EE.UU. y en la segunda etapa, de silencio y pobre cobertura que ha promovido el Gobierno de EE.UU., en su fallido intento por pretender que en Honduras todo regresa a la normalidad y se retoma el camino de la democracia después de alcanzarse, gracias a ellos, una negociación exitosa de reconciliación y avance. A EE.UU. no le conviene que trascienda la realidad de una Honduras profundamente inestable y dividida, donde la resistencia es real y popular y la reforma una exigencia masiva. A ellos les conviene que se proyecte una imagen de paz en la que no hay exclusión y se reconstruye y consolida la institucionalidad tradicional, la que asegura para ellos coincidencia de intereses y preservación del estatus quo.

La gran mayoría de los conflictos derivados o paralelos al golpe de Estado, incluidos las más graves violaciones de derechos humanos, han sido «ocultadas» en EEUU, donde sólo trascienden en los medios pequeños, independientes como: Democracy Now o Al Jazeera y en los círculos no gubernamentales progresistas; mientras que CNN, FOX News y NBC transmiten el fútbol y el guión prefabricado por las autoridades de facto. Incluso en los círculos oficiales, es mínima la información que se maneja sobre la realidad hondureña y resulta espectacular la falta de conocimiento entre los diplomáticos acreditados en Washington.

MC.- En marzo se espera el Informe sobre Honduras del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, para entonces habrá una recomposición de las Embajadas de Honduras ante la ONU (New York) y la OEA (Washington); ¿usted difundirá y defenderá el Informe de la ONU entre sus contactos políticos, periodísticos y académicos en Estados Unidos?, ¿cuál será su trabajo luego del 27 de enero?

RP.- Después del 27 de enero, cuando entregaremos nuestra misión diplomática a los representantes nombrados por el Sr. Lobo, yo me dedicaré a seguir difundiendo información veraz, denunciando los abusos y exigiendo las reformas que Honduras necesita para lograr una Asamblea Constituyente. Se debe hacer una labor importante de educar al pueblo y Gobierno de EE.UU. sobre lo que sucede en Honduras, para lograr que las políticas que desde aquí se diseñan hacia nuestro país, cuenten con elementos y conocimiento de nuestra realidad.

MC.-El subsecretario adjunto del Departamento de Estado, Craig Kelly, visitó al Presidente Zelaya en la Embajada de Brasil (5 de enero); pero el salvoconducto para la familia Zelaya lo tramitó el Presidente de República Dominicana; ¿todavía se puede confiar en la gestión de la administración Obama si ellos avalaron las elecciones del régimen de facto en noviembre?

RP.- EE.UU. tiene una agenda definida con respecto a Honduras que busca, de manera pragmática, una salida a la crisis. En nuestra opinión: si bien se ha buscado una salida, no se ha promovido una solución a la crisis y a los problemas estructurales que la desataron. Se dice que los EE.UU. no tienen amigos o enemigos, sino intereses. Está claro que la política que ellos han decidido implementar en la región se aleja de la retórica oficial de la administración Obama, que promete una nueva etapa de acercamiento multilateral, respetuoso y congruente con los intereses regionales, sino que busca claramente establecer y defender prioridades de EE.UU., como lo son la estabilidad y la protección del estatus quo que les provea recursos económicos, a toda costa, incluso de la democracia misma.

MC.- ¿Qué mensaje envía el golpe de Estado a los países del ALBA?, lo pregunto porque el dictador Micheletti excluyó a Honduras de la Alianza Bolivariana, pero al parecer al Lobo le interesa continuar con los beneficios del programa Petrocaribe.

RP.- El mensaje es uno muy peligroso: de impunidad y potencial de la violencia. El precedente que sienta el triunfo del golpe de Estado en la región es sumamente nefasto, que le deja claro a las élites de nuestros países, que pueden quitar cuando quieran a un Presidente democráticamente electo, a su conveniencia y sin temor alguno de que existan consecuencias o deban rendir cuentas por sus crímenes y sus abusos. Las condiciones que permitieron el golpe en Honduras no son exclusivas de nuestro país, las comparten muchos más en la región. Ahora más que nunca, los militares, el crimen organizado al servicio institucional de las clases dominantes, y los empresarios tienen en su poder las democracias.

MC.- ¿En qué limbo jurídico quedarán las Embajadas de Honduras en los países que no reconocerán al Lobo?, ¿cómo serán afectados los migrantes y turistas hondureños?

RP.- Los migrantes principalmente, y también los turistas hondureños, han sufrido las consecuencias del desorden y el colapso de nuestras instituciones a causa del golpe de Estado. El papel que podrán jugar las Embajadas de Honduras en los países que no reconocerán a Lobo está por verse, pero yo lo veo ciertamente limitado por dos razones: la de los recursos y la relevancia que podría seguir teniendo una Embajada de Honduras en un país que no reconoce al nuevo gobierno. Ciertamente el Presidente Zelaya no podría seguir sosteniendo estas Embajadas y poco uso habría para las sedes diplomáticas en los países receptores que no reconocen a Lobo.

MC.- ¿Cuándo se reunirá con la Canciller Patricia Rodas?, ¿tiene previsto hacer una evaluación de resultados ante el Presidente Zelaya al salir de la Embajada de Brasil?

RP.- Está todo por verse, en este momento la prioridad para nosotros es asegurar que el Presidente Zelaya pueda salir a salvo y conseguir su libertad para continuar la lucha y después continuar con un trabajo de largo plazo de resistencia, reforma y reconstrucción.

MC.- Finalmente, ¿escribirá algún ensayo de corte académico sobre las experiencias de la diplomacia hondureña para combatir al régimen de facto?, ¿algún periódico de Norteamérica o Latinoamérica le ha pedido su colaboración en referencia a la política exterior del Presidente Zelaya?

RP.- Me encantaría escribir al respecto, por ahora ha sido difícil debido a la carga de trabajo y el desorden que ha dominado, pero será un elemento importante de una próxima etapa. Ciertamente hay una labor de documentación pendiente y una colección de temas que será interesante estudiar.

Hemos comparecido en diversos medios de comunicación a lo largo de la crisis, pero pocos han sido para un trabajo de reportaje serio al respecto, que busque informar más allá de los hechos inmediatos. El tuyo es uno de los primeros trabajos, enhorabuena.

Rebelión ha publicado este artículo con permiso del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.