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El Legado del Che

Fuentes: Rebelión

Este 08 de octubre se celebró el 50 aniversario del asesinato del Che Guevara (del que nos acompaña con stikers, polos, gorros, por toda la ciudad). En todo el planeta esta es una fecha para conmemorar el combate del médico guerrillero por un hombre nuevo (idea que viene de los tiempos de Espartaco), en un […]

Este 08 de octubre se celebró el 50 aniversario del asesinato del Che Guevara (del que nos acompaña con stikers, polos, gorros, por toda la ciudad). En todo el planeta esta es una fecha para conmemorar el combate del médico guerrillero por un hombre nuevo (idea que viene de los tiempos de Espartaco), en un mundo nuevo (que está en función de que existan revolucionarios). No obstante, el desarrollo teórico del Che (no tuvo maestros como Marx, Lenin o Mao a su lado), no se dio súbitamente como un rayo que cae del cielo.

Su paso por Lima, donde conoció al médico socialista Hugo Pesce (que le regaló el libro «7 ensayos de la realidad peruana» de Mariátegui) y los movimientos antiimperialistas de los 40 y 50 (especialmente su experiencia con el gobierno progresista guatemalteco de Jacobo Arbenz), tendrán una influencia decisiva en su formación política.

«…las burguesías nacionales no son capaces, por lo general, de mantener una actitud consecuente de lucha frente al imperialismo…», escribió el Che (Cuba ¿Excepción histórica o vanguardia en la lucha contra el colonialismo?, Revista Verde Olivo, 1961). Pero además, de la experiencia guatemalteca, el Che, sacó la lección de que solo la insurrección armada popular puede garantizar el éxito de una revolución.

Entonces, es a partir de esta experiencia revolucionaria que el Che pudo, junto a Fidel y la guerrilla del 26 de Julio, llevar a cabo una revolución triunfante en 1959. Y una vez en el poder fue el punto más rojo de la misma. Adoptaron medidas de tipo socialista nacionalizando los sectores básicos de la economía para controlarlos y luego planificarlos en función de las mayorías pobres. No obstante, cuando el Che viajó a Rusia (el campo socialista estaba dividido entre moscovitas y pekineses), para pedir apoyo, regresó decepcionado. Por esto adoptó una política crítica hacia el «socialismo soviético».

«Los países socialistas tienen el deber moral de poner fin a su tácita complicidad con los países occidentales explotadores», denunció el Che, como Ministro de Industria, en el histórico discurso de Argel de 1965 (Segundo Seminario Económico Afroasiático). Ya en 1964, en la ONU, el Che, se había convertido en precursor en contra de la degeneración política de la URSS y la restauración capitalista en los países socialistas (http://www.youtube.com/watch?v=ohQ3U96SiJE).

Y al ver que el «socialismo real» no estaba dispuesto a impulsar el socialismo mundial (tanto por la cuestión de los misiles como por la implementación de medidas liberales en la economía), el Che, después de hablar con Fidel, viajó al Congo y luego a Bolivia bajo la perspectiva del internacionalismo revolucionario. El Che, sin haber conocido a Trotsky, sacó la conclusión revolucionaria de que la única manera de afirmar la revolución cubana era combatiendo al imperialismo e impulsando la revolución permanente en Latinoamérica y el mundo. De ahí su histórica frase visionaria y victoriosa, «…crear dos, tres, muchos vietnams…», (http://www.youtube.com/watch?v=7iq8wxaLlHw).

Lamentablemente, los casos en los que la lucha guerrillera planteada como método principal de lucha y sin que la dirección de esta recaiga en el movimiento obrero consigue la victoria (Cuba, Vietnam, Nicaragua) son más la excepción que la norma. A esto hay que sumar que en Bolivia fue traicionado por Monje, dirigente del Partido Comunista Boliviano (pro moscovita), en quien el Che confiaba para la insurrección de masas en la ciudad y el campo.

Pero el Che, como decía la científica cubana Celia Hart, no solo fue un guerrillero heroico, internacionalista y antiburocrático, sino también un pensador, una persona ética, antidogmático, humanista y un verdadero revolucionario que no tenía temor en dejar los cargos públicos para volver a tomar el fusil e impulsar la revolución latinoamericana.

Es por estas razones que se puede comprender porque a pesar que un buen componente de la población mundial rechaza el «socialismo real» sigue admirando al socialista Che Guevara.

Este es el legado del Che.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.