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El modelo alemán no toma prisioneros

Fuentes: eldiario.es

Es habitual analizar muchos de los conflictos que ocurren en la eurozona como un enfrentamiento entre los países del norte y los del sur. La resolución de la crisis de Chipre plantea ahora una novedad. Ante la evidencia de que Alemania y sus aliados (sobre todo, Holanda, Finlandia y Austria) intentan imponer un modelo económico […]

Es habitual analizar muchos de los conflictos que ocurren en la eurozona como un enfrentamiento entre los países del norte y los del sur. La resolución de la crisis de Chipre plantea ahora una novedad. Ante la evidencia de que Alemania y sus aliados (sobre todo, Holanda, Finlandia y Austria) intentan imponer un modelo económico determinado, de repente no es sólo en el sur donde empiezan a ponerse nerviosos.

No es que los gobiernos del sur vayan a cambiar de actitud. Ya se ha visto en la rueda de prensa del lunes que Rajoy y Hollande no van a presentar resistencia. Ambos se han limitado a repetir como loros la versión oficial de la Comisión Europea: Chipre es un caso «único y extraordinario», una especie de cisne negro en la fauna local al que sorprendentemente nadie había prestado atención hasta ahora. Y también han insistido en destacar lo importantes que son los depósitos de los ahorradores. Alemania y su escudero cojo tienen otros planes.

Rajoy y Hollande tienen demasiado miedo para moverse (el ministro chipriota de Exteriores ya ha dicho que Francia mantuvo una actitud silenciosa en las reuniones clave). Hay otros que son más valientes o quizá estén aún más asustados. Y están en Luxemburgo. Lo que ha funcionado con Chipre (gritar «¡paraíso fiscal!») en mitad de una audiencia asustada) también podría servir con el pequeño ducado. Las diferencias son sólo de matiz.

Por eso, el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, ha dicho: «Alemania no tiene el derecho de decidir el modelo económico de otros países en la UE. No puede ser que, bajo la cobertura de asuntos técnicos financieros, otros países sean estrangulados». Más: «No puede ser que Alemania, Francia y Gran Bretaña digan ‘necesitamos centros financieros en estos países, y no en otros». Eso va contra el mercado interno y la solidaridad europea, «persigue la hegemonía, lo que es un error y es antieuropeo». 

Hegemonía. Bienvenido al mundo real, señor Asselborn.

Joachim Poss, número dos del grupo parlamentario socialdemócrata en el Parlamento alemán, pide que la UE continúe las «reformas» para acabar con el «dumping fiscal» en países como Luxemburgo, Irlanda y Malta: «A largo plazo, no se puede tolerar ningún modelo económico que no respete la competencia justa. Desde luego, Luxemburgo pertenece al grupo de países problemáticos».

Y ya sabemos que ocurre con los países que son un problema.

Unas veces son los países del sur que han acumulado a causa de la recesión grandes niveles de deuda ante la que tienen pocas soluciones al haber entregado su soberanía monetaria al BCE y, en la práctica, a Alemania. A esos se les llama vagos y derrochadores. En otras ocasiones, son países cuyo modelo de negocio consiste en reducir al mínimo los impuestos para ser pequeños competidores de las grandes plazas financieras. A esos, se les acusa de ‘dumping fiscal’. Las razones cambian, al igual que los objetivos. La lista de víctimas es flexible.

La presa final es Francia. El bocado es demasiado grande, así que tendrán que afinar la estrategia.

Ese es el nuevo concepto de solidaridad europea. La solución, como dicen siempre los políticos españoles, es más Europa. La que viene no es la Europa en la que están pensando.

Fuente: http://www.guerraeterna.com/el-modelo-aleman-no-toma-prisioneros/