El NPA está más en crisis que nunca, pero tiene su candidato para las elecciones presidenciales. Se llama Philippe Poutou, 44 años, y es obrero en la fábrica de automóviles de Blanquefort en Gironda, amenazada en numerosas ocasiones de cierre antes de que su antiguo propietario, el gigante americano Ford, acabara por comprarla. Todo un […]
El NPA está más en crisis que nunca, pero tiene su candidato para las elecciones presidenciales. Se llama Philippe Poutou, 44 años, y es obrero en la fábrica de automóviles de Blanquefort en Gironda, amenazada en numerosas ocasiones de cierre antes de que su antiguo propietario, el gigante americano Ford, acabara por comprarla. Todo un símbolo para la joven organización anticapitalista que espera así marcar su anclaje en las luchas sociales y diferenciarse de las demás fuerzas de la izquierda radical.
En 2002, la antecesora del NPA, la Liga Comunista Revolucionaria (LCR), había hecho una apuesta similar lanzando a Olivier Besancenot, entonces totalmente desconocido por el gran público, a la arena mediática y electoral, con la tarjeta de visita: «cartero, 27 años» . En los escenarios de televisión, no dejó de criticar a los profesionales de la política como alejados de las realidades cotidianas de los medios populares, y de situarse como defensor de los asalariados, con su nómina como apoyo. El proyecto funcionó: Besancenot obtuvo más del 4% de los votos, y un porcentaje similar en las presidenciales del 2007, ofreciendo así una visibilidad y una audiencia inéditas para esa corriente política, que llevó a la creación del NPA.
Tras la retirada de su líder, los anticapitalistas debían encontrar una nueva figura para las presidenciales. Y esperan reeditar el éxito del cartero de Neuilly eligiendo deliberadamente a un trabajador que ha prometido continuar trabajando durante la campaña. «No se aún cómo lo voy a hacer. Será preciso quizá negociar con el patrón, y lo cierto es que no estamos en muy buenas relaciones» , explica Poutou, antiguo militante de Lutte Ouvrière. Fue también cabeza de lista en las últimas elecciones regionales en Aquitania en las listas del NPA.
Para las presidenciales, el nuevo candidato deberá primero obtener las famosas 500 firmas [de cargos públicos elegidos: diputados, alcaldes…] necesarias para presentarse. Y la tarea se anuncia ardua: en 2002 la LCR había estado a punto de fracasar con Besancenot. Sobre todo, Poutou hereda un mandato de una organización más en crisis que nunca, que tiene la competencia del Frente de Izquierdas.
En la conferencia nacional, reunida este fin de semana en Nanterre, los debates han sido muy tumultuosos, con una sala dividida en dos. De un lado, la «posición A» , que reúne a una parte de la antigua mayoría, como Olivier Besancenot o Alain Krivine (y Philippe Poutou), y los defensores de una línea llamada «revolucionaria» , y, del otro, la «posición B» , con la otra parte de la antigua dirección, como Pierre-François Grond, antiguo allegado de Besancenot, y los partidarios de una orientación más «unitaria» . Incluso las dos nuevas portavoces del NPA, antes defensoras de las mismas posiciones, están esta vez divididas, Christine Poupin votando A y Myriam Martin B.
Por resumir, su principal desacuerdo se basa en el perfil, más o menos unitario, del NPA: los «A» rechazan la prosecución de las discusiones con el Frente de Izquierdas, tomando acta de desacuerdos insuperables mientras que los «B» quieren continuar reuniéndose con las demás formaciones, y acusan a sus compañeros de renegar del proyecto fundador del NPA encerrándole en un perfil cercano a Lutte Ouvrière.
Al final, es la posición «A» la que ha ganado, con el 50,41% de los votos de los militantes consultados en los comités locales (contra el 40,1 % para la posición «B» ). Resultado, solo el 53% de los delegados presentes en Nanterre ha votado por la candidatura de Philippe Poutou. «Estamos en una situación de crisis, no se puede negar. No vamos a resolver todos los desacuerdos, pero vamos a intentar que las tensiones disminuyan» , ha explicado el candidato en su primera conferencia de prensa.
«Hay multitud de riesgos en la situación interna, lo sabemos», afirma Sandra Demarcq, miembro del Comité Ejecutivo y de la posición «A» . «Pero como mayoría, pensamos que todas estas dificultades pueden ser resueltas. Podemos hacer todos la campaña juntos, porque sobre los ejes reivindicativos hay una base común. Ahora va a ser necesario convencer a los compañeros».
En el fondo de la sala de la conferencia de prensa, dos de ellos se muestran lejos de estar convencidos. Defensores de la «B» , digieren con dificultades varias semanas de tensión. «Pensamos que es un error» , afirma Fred Borras. «Para la campaña, corresponde al equipo mayoritario comunicar su entusiasmo, porque por el momento no estamos verdaderamente convencidos».
«Los militantes decidirán cada uno cómo se apropiarán de esta campaña», explica también Marie-Do Bartoli, mientras que algunos han advertido ya que se negarán a participar en ella. La nueva minoría del NPA ha decidido en cualquier caso marcar públicamente su desaprobación, publicando una declaración que llama a la fundación de una corriente interna en el NPA en octubre. «Llamamos a la gente a permanecer en el NPA, no vamos a hacer una guerrilla sino que queremos presentar una alternativa a la dirección» , explica Borras.
Queda por saber si será oído: el NPA que contaba 9.000 afiliados en su fundación, ha perdido ya numerosos batallones, particularmente entre quienes planteaban un acercamiento al Frente de Izquierdas. Para la conferencia nacional del fin de semana, solo 3.100 militantes han participado en la votación.
27/06/2011
Traducción: Alberto Nadal para VIENTO SUR