El pasado domingo se celebraron elecciones generales en la República Federal Alemana y los resultados no han gustado a los grandes medios de comunicación ni a sus dueños. El origen se encuentra en el espectacular ascenso del Partido de la Izquierda-PDS, que de estar fuera del parlamento por no llegar al 5 % de votos, […]
- El pasado domingo se celebraron elecciones generales en la República Federal Alemana y los resultados no han gustado a los grandes medios de comunicación ni a sus dueños. El origen se encuentra en el espectacular ascenso del Partido de la Izquierda-PDS, que de estar fuera del parlamento por no llegar al 5 % de votos, se ha convertido en la cuarta fuerza rozando el nueve por ciento y obteniendo magníficos resultados en el este y en el Estado de Sarre, lo que ha permitido superar en votos a los hasta ahora gubernamentales verdes. Una de las conclusiones es que el Este cada vez es más «rojo». Porque si el Partido Socialdemócrata (SPD) de Gerhard Schroeder defendió su posición de primera fuerza en los seis ‘laender’ del Este, con un 30,5 por ciento de los votos, ahora ha perdido 9 puntos que se fueron al Partido de la Izquierda, heredero del poscomunista Partido del Socialismo Democrático (PDS). A ellos se incoporó la disidencia socialdemócrata del Oeste, encabezada por Oskar Lafontaine, enemigo número uno del canciller al sentirse defraudado por la política neoliberal que adoptaba el gobierno alemán. Esa coalición obtuvo el 25,3 por ciento de los votos en Alemania del Este, es decir, un 8,5 más de lo conseguido en el 2002 por el PDS.
- Con la entrada en el parlamento de un partido que se opone al desmantelamiento del llamado «estado de bienestar» se entorpecen los planes de aplicar una dura política neoliberal en el estado más importante de la Unión Europea. El Partido de la Izquierda (PI) anunció que no apoyaría la llamada Agenda 2010, conjunto de reformas socio-económicas puesta en marcha por la coalición roji-verde del canciller Schroeder y aboga por la retirada de los soldados alemanes de Afganistán.
«Son exigencias a las que no podemos renunciar porque eso sería traicionar a nuestros electores», destacó su dirigente Gregor Gysi y agregó que «por el momento no tenemos socios para una política común y por tanto no habrá apoyos ni permisividad ni tolerancia».
- El aislamiento político y mediático del Partido de la Izquierda demuestra que es la única fuerza de oposición a las políticas neoliberales que sufren los trabajadores alemanes desde hace más de tres decadas. El ascenso electoral del PI-PDS también nos indica el camino del éxito: una política de izquierdas honesta, clara y de defensa de los más desfavorecidos, más el compromiso de que la participación electora no va dirigida a la búsqueda de posteriores pactos electorales y de cargos públicos para sus dirigentes.
Frente al éxito electoral del antiguo Partido Comunista de la RDA y los disidentes Partido Socialdemócrata (SPD), basado en una estrategia electoral que recuerda al «programa, programa y programa» de Julio Anguita, es llamativo el silencio mediático sobre el batacazo del Partido Verde que, de ser la tercera fuerza política, pasa a ser la quinta tras los Liberales y el Partido de la Izquierda. A pesar de ser la quinta fuerza política, los Verdes siguen siendo cortejados, no solo por los socialdemócratas, sino también por la derecha (CDU) para la composición de un gobierno de coalición conjuntamente con el Partido Liberal. Al contrario, los dos grandes partidos han manifestado su intención para formar gobierno con cualquier partido excepto con el Partido de la Izquierda.
Para más información:
- Gráficos con los resultados electorales: http://www16.dw-world.de/wahlgrafik/index.php?lang=sp
- Ni unos ni otros, sino todo lo contrario por Ramesh Jaura: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=35182