Traducido del inglés para Rebelión por Rodrigo Benito García-Retamero
Alentado por su meteórico ascenso en Grecia, el partido de extrema derecha ‘Amanecer Dorado’ está extendiendo sus tentáculos por el mundo, y en un clima de preocupación creciente actúa conforme a su compromiso de ‘crear células en cada rincón del planeta’. El grupo extremista, qué ya forjó lazos con los neonazis británicos allá por su fundación en los años 80, ha comenzado a abrir sedes en Alemania, Australia, Canadá y Estados Unidos. Este impulso internacional es previo a una serie de sucesivas encuestas que reflejan cómo ‘Amanecer Dorado’ está afianzando su posición como tercera fuerza política del país además de ser la que mayor crecimiento ha registrado. Catapultados por primera vez al parlamento el año pasado consiguiendo 18 escaños, los ultranacionalistas han obtenido el 11,5% de apoyo en una reciente encuesta realizada por la compañía Asunto Público (Public Issue).
El grupo – cuyo logo consiste en una esvástica y cuyos miembros son proclives a emplear el saludo nazi – se ha ido fortaleciendo cada vez más y se promociona como la única fuerza capaz de enfrentarse a un ‘sistema podrido’. Entre rumores de haber recibido apoyo de navieros adinerados, han logrado con éxito abrir nuevas sedes a lo largo y ancho de Grecia y en la actualidad están centrados en extenderse internacionalmente. El pasado mes se conocía la noticia de la apertura de su nueva sede en Alemania y sus planes de establecer nuevas filiales en Australia. Su portavoz, Ilias Kasidiaris, afirmó que la intención del partido es establecer células allá donde haya griegos. ‘La gente ha comprendido que Chrysi Avgi (Amanecer Dorado) dice la verdad’ afirmó a un periódico griego en Melbourne. ‘En nuestros planes y objetivos más inmediatos está la creación de una sede y organización local en Melbourne. De hecho, varios diputados visitarán Australia en breve’. Pero la campaña se ha tropezado con la indignación y la burla de muchos de los miembros prominentes de la diáspora griega que representa a las comunidades de los hemisferios norte y sur. ‘No vemos nada dorado en Amanecer Dorado’ afirma el Padre Alex Karloutsos, miembro de una de las principales comunidades griegas de los Estados Unidos en Southampton, Nueva York. ‘El nacionalismo, el fascismo y la xenofobia no son parte de nuestra herencia espiritual y cultural’. A pesar de todo, Amanecer Dorado espera llegar al fondo de ese pozo de ira y decepción que sienten los griegos que viven en el extranjero, desde que hace tres años su país era golpeado por la deuda y se sumergía así en la crisis.
‘Amanecer Dorado no es como los otros partidos griegos. Desde sus comienzos en los años 80 siempre mantuvo un ojo puesto en el extranjero’ dice Dimitris Psarras, cuyo libro La Biblia Negra de Amanecer Dorado, narra las crónicas de la organización desde su fundación por Nikos Michaloliakos, abierto defensor de los coroneles que supervisaron siete años de brutal dictadura anti-izquierdista hasta la caída del régimen militar en 1974.
‘Grupos de similar ideología en Europa y Rusia han dado al partido apoyo ideológico e incluso económico para la publicación de libros y revistas. ‘Después de años importando nazismo, ahora quieren exportarlo’ añade Psarras. Infiltrándose en las comunidades del extranjero, los ultraderechistas no solo intentan fortalecer su credibilidad, también quieren conseguir financiación extra y quizá captar votos potenciales en caso de que los griegos que viven en el extranjero logren alguna vez el derecho de emitir sus votos en las elecciones. ‘Amanecer Dorado no solo aspira a convertirse en el eje central de una alianza neonazi paneuropea, aunque puedan llegar a negarlo contundentemente en público’ afirma Psarras, que asegura que miembros del partido mantienen reuniones de forma regular con neonazis de Alemania, Italia y Rumanía. ‘Quieren extender su influencia a nivel mundial’.
Con una fuerte comunidad de 300.000 miembros, Melbourne ocupa un lugar de honor en la constelación de metrópolis con población griega que forma una diáspora cuya estimación oficial ronda los 7 millones de miembros. Como parte de su campaña internacional, Amanecer Dorado también mira a Estados Unidos, un imán para generaciones de inmigrantes, y a Canadá, que atrajo a decenas de miles de ciudadanos griegos tras la devastadora guerra civil de 1946-49.
‘Es una campaña muy bien estudiada’ dice Anastasios Samis, preeminente historiador de la etnia griega en Australia. ‘Aquí hay mucha gente de ideología conservadora – antiguos monárquicos, aquellos que apoyaron a la junta, gente de ese tipo – muy decepcionados con lo que ha pasado en Grecia y que intentan encontrar un medio para expresarse. También hay nacionalistas que se sienten traicionados por Grecia por asuntos como el de Macedonia, Chipre y (la minoría griega) en Voreio Epirus (sur de Albania) que no ve el componente fascista del partido. Amanecer Dorado está intentando aprovecharse de ellos’. ‘La generación más joven – hijos de inmigrantes no cualificados y agricultores – constituye otro de sus objetivos’, afirma. ‘Es la generación de aquellos que nacieron y crecieron aquí y que no saben casi nada acerca de Grecia y su historia, sus antecedentes sociales y económicos. Son presa fácil y Amanecer Dorado sacará provecho de su ignorancia’. Tamis confiesa que algunos de sus estudiantes apoyan a la organización pero no cree que el grupo gane afiliados incluso en el caso de que la extrema derecha australiana les brinde su apoyo. Aún así, la expectactiva de Amanecer Dorado de volcarse en este país ha infundido temores en la comunidad griega. ‘Esta es una sociedad multicultural. Aquí no son queridos ni bienvenidos’ dice un importante miembro de esta comunidad, que ha solicitado anonimato en todo lo referente a sus afirmaciones sobre la organización.
Los izquierdistas greco-australianos han comenzado a recoger firmas de protesta para presionar al ministro de inmigración de Australia, Brendan O’Connor, con el objetivo de que prohíba la entrada al país a los diputados de Amanecer Dorado. En una declaración en la que instan al gobierno a no concederles visa de diputados, afirman que a los extremistas hay que pararles los pies para que ‘no extiendan su influencia dentro de la comunidad griega y amenacen la sociedad multicultural que los greco-australianos y otros inmigrantes defienden’.
Los neonazis han sido recibidos de forma similar en Canadá, donde el partido comenzó un nuevo capítulo el pasado mes de octubre. A pesar de contar con el campeón de los velocistas para hacerle frente, Nicolas Macrozonaris, los greco-canadienses condenaron rápidamente al grupo considerándolo ‘una mancha negra’. La cultura de la intolerancia que ha permitido florecer una violencia de tipo racial en Grecia – por la que se ha culpado a los hombres de negro de Amanecer Dorado, debido al incremento del número de ataques a inmigrantes – está fuera de lugar en un país que se enorgullece de sus valores liberales. ‘Su filosofía e ideología no atraen a los griegos que viven aquí’ insiste el Padre Lambros Kamperidis, sacerdote ortodoxo griego en Montreal. ‘Todos sentimos miedo cuando vimos que iban a dar un conferencia de prensa. Fue un evento despreciable y tan pronto como escuchamos sus despreciables puntos de vista, fueron condenados por los líderes comunitarios y la Iglesia’. ‘Todos somos inmigrantes en Canadá’ añade Kamperidis refiriéndose a la táctica utilizada por Amanecer Dorado de apelar al resentimiento contra la inmigración. ‘Las condiciones que se dan en Grecia no son las mismas que se dan aquí, así que no hay justificación posible para que el partido prospere. Lo peor de todo es que al venir aquí dan la impresión, a gente que no conoce la situación, de que un montón de griegos les apoyan y no es verdad. Han hecho daño a Grecia, a la causa griega y a la reputación de Grecia’.
A pesar de la resistencia, los ultraderechistas hacen esfuerzos conjuntos para desplazarse y buscar nuevos lugares; los defensores de Amanecer Dorado afirman que Toronto es su próximo destino, pero sin duda, la mayor ofensiva con diferencia hasta la fecha ha tenido lugar en Estados Unidos. Este país alberga a cerca de 3 millones de ciudadanos de procedencia griega y constituye la comunidad más numerosa de la diáspora. Al principio, las filas del partido trabajaban de forma clandestina, organizando mercados de venta de ropa y otros eventos benéficos sin dar a conocer su verdadera afiliación. Más adelante empezaron a verse pegatinas y carteles por el suburbio neoyorkino de Astoria poco antes de que la organización abriera su primera sede en ese mismo lugar. Pero a pesar de que los greco-americanos son una de las comunidades más apegadas a su patria, las principales personalidades de esta comunidad han comenzado a denunciar a la organización no solo por su incongruencia con respecto a la lucha antifascista llevada a cabo por Grecia durante una de las más brutales ocupaciones nazis de toda Europa, sino también por ser completamente ajenos a su propia experiencia como inmigrantes. ‘Esta gente y sus ideales nunca serán aceptados por nuestra comunidad. Sus creencias son ajenas a las nuestras y a nuestra forma de vida’ dice Nikos Mouyiaris, co-fundador del Consejo de Liderazgo Heleno-Americano de Chicago (Hellenic American Leadership Council-HALC), cuya misión es promover los derechos humanos y los valores democráticos.
Las víctimas de la violenta persecución perpetrada por el Ku Kux Klan, así como aquellas que sufrieron una amplia discriminación (en los años 20 los restaurantes de Florida colgaban carteles del tipo ‘no se permite la entrada de perros o griegos’) participaron activamente junto con la comunidad greco-americana, casi sola entre las minorías étnicas según relatan con orgullo, en el movimiento por los derechos civiles en el que su líder, el arzobispo Iakovos, marchó junto a Martin Luther King. ‘Nuestra historia como diáspora en los Estados Unidos ha estado marcada por nuestra lucha contra el racismo’ dice Mouyaris. Muchos miembros de la diáspora, como Endy Zemenides, director del HALC, creen que Amanecer Dorado se engaña al creer que puede ser una fuerza permanente debido a su elevada popularidad en el contexto de la crisis. ‘La realidad es que es una consecuencia fugaz de las fallidas medidas de austeridad y la conflictividad social que esta austeridad ha provocado’, afirma.
En Grecia, donde Amanecer Dorado ha comenzado a reclutar en las escuelas, hay temores de autocomplacencia. Estableciendo paralelismos con el período de Weimar de los años 30 y el ascenso del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores de Hitler, el historiador Mark Mazower ha advertido recientemente sobre el peligro de subestimar la amenaza que supone un partido que hace gala de un alarmante uso de la violencia. ‘Desafortunadamente, el Estado griego no parece percatarse de la urgencia de la situación’ afirmó ante el público en Atenas.
Después de casi 30 años siguiendo la pista a Amanecer Dorado, Psarras parece estar de acuerdo. Hace tan solo unas semanas aseguró que Michaloliakos había mantenido conversaciones en el parlamento griego con dos neonazis alemanes que se hacían pasar por periodistas. Amanecer Dorado desmintió esta información asegurando que se trataba de otra de las difamaciones de siempre. ‘Es un fenómeno extremadamente peligroso, y en cuanto a si considero que empeorará, creo que sí’ dice Psarras, que lamenta el hecho de que la organización haya abierto sedes en barrios tradicionalmente de clase media mientras las condiciones de vida sufren tan rápido deterioro. Hay un hecho que resulta difícil de ignorar: en 2009 el partido no era más que un paria dentro del panorama político obteniendo tan solo el 0,29% del total de votos; hoy tiene ambiciones a nivel global.
‘Si hace diez años alguien hubiese dicho que Amanecer Dorado se convertiría en la tercera fuerza política de Grecia, le habrían tomado por loco’ afirma Psarras. ‘Mira donde están ahora’.
Fuente: http://www.guardian.co.uk/world/2013/apr/01/greece-golden-dawn-global-ambitions
Helena Smith es corresponsal en Grecia, Turquía y Chipre para el diario británico ‘The Guardian’