En trabajo reciente hemos registrado como Uruguay logró mejoras en los índices de indigencia y de pobreza durante el primer gobierno del Frente Amplio y lo que va del segundo (o sea, en total, de marzo de 2005 a diciembre de 2011). Recuerda el Instituto Nacional de Estadística (de Uruguay) que: «En cada sociedad y […]
En trabajo reciente hemos registrado como Uruguay logró mejoras en los índices de indigencia y de pobreza durante el primer gobierno del Frente Amplio y lo que va del segundo (o sea, en total, de marzo de 2005 a diciembre de 2011).
Recuerda el Instituto Nacional de Estadística (de Uruguay) que: «En cada sociedad y momento dado, el valor de la línea de pobreza debe equivaler a un nivel de gasto de consumo del hogar tal que:
i) permita un gasto en alimentación que satisfaga los requerimientos nutricionales, respetando los rasgos fundamentales de los hábitos alimentarios de la población,
y ii) simultáneamente, permita afrontar los otros gastos necesarios para satisfacer las necesidades más básicas como Vivienda, Salud, Educación, Transporte y Vestimenta.
El estrato de referencia debe satisfacer las condiciones anteriores. En términos más concretos debe respetar que:
i) el promedio de consumo calórico implícito en el gasto en alimentación resulte superior a los requerimientos nutricionales mínimos estimados para la población,
y ii) que la estructura de gastos de consumo en los otros bienes y servicios no debe presentar evidencias de privaciones en la satisfacción de las necesidades más básicas».
La Canasta Básica Total reúne, marcando la Línea de Pobreza, la canasta básica alimentaria y la canasta básica no alimentaria; la canasta alimentaria define la línea de indigencia. El INE de Uruguay traza en noviembre de 2011 la Línea de Indigencia en un ingreso mensual per cápita de 1.899 pesos uruguayos para Montevideo (redondeando, unos 95 dólares, valor de una canasta básica alimentaria para un hogar unipersonal), en 1765 pesos en el interior urbano, y 1589 pesos en el interior rural; y la Línea de Pobreza la sitúa en 7.746 pesos uruguayos (unos 380 dólares, valor de una canasta básica total para un hogar unipersonal) en Montevideo, 5.204 pesos en el interior urbano, y 3.379 pesos en el interior rural del país.
En Uruguay la población en situación de pobreza y de indigencia disminuyó del 15,4% y 2,5% respectivamente desde 2002 (o sea desde 3 años antes del primer gobierno frenteamplista) a 8,6% y 1,4% respectivamente a fines de 2010 (o sea, tras 6 años de gobierno del Frente Amplio, FA).
Ahora bien, el 29/12/2011 el Ministro uruguayo de Trabajo, Brenta, declaró orgulloso que el Salario Mínimo Nacional (SMN) alcanzaba su mayor valor desde 1990, siendo fijado a partir del 1 de enero de 2012 en 7.200 pesos uruguayos (redondeando, unos 360 dólares). Y dijo el Ministro que eso significó un fuerte impacto en el crecimiento de los salarios más bajos, y citó como «ejemplos más claros» aquellos del sector Comercio (comercio y minorista de alimentación), que subió 53,2 % en dos años, panificadoras con 70% en 2 años, fábricas de pastas con 58% en 30 meses, y peluquerías con 65% en 30 meses.
Mas recordemos que según el INE en noviembre de 2001 la Línea de Pobreza se sitúa en 7746 pesos uruguayos en Montevideo (donde vive el 40% de la población del país). O sea que el glorioso SMN vigente a partir del 1/1/2012 en Montevideo (y todo el país) no iguala la Línea de Pobreza de Montevideo trazada para un hogar unipersonal en noviembre de 2011.
Según datos del Banco de Previsión Social (BPS) correspondientes al año 2008, el 37% de sus cotizantes (o sea, asalariados del sector formal) ganaba una suma que no superaba el Salario Mínimo Nacional (SMN); no hemos podido obtener ese dato para 2011 ni precisar qué porcentaje de los trabajadores montevideanos gana actualmente menos o igual que el SMN. En octubre de 2010 el Ministerio de Economía y Finanzas estimó que el 44% de los trabajadores informales en Uruguay ganaba menos que el SMN; en Uruguay de fines de 2011 la informalidad sería de algo como el 30%, según dedujimos de un informe del Instituto Cuesta Duarte, de la central obrera única PIT-CNT.
Simultáneamente es importante determinar si realmente el SMN cubre, y en qué medida, el alquiler (para lo que es preciso saber su precio mediano en la localidad de que se trate), para tener una idea de qué es lo que resta disponible para hacer frente a las otras necesidades computadas en las canastas básicas. Pues bien según el INE (citado en la entrevista concedida por Matilde Morales a radio «El Espectador» de Montevideo) la mediana (no confundir con media, pero muchas veces la mediana representa mejor una distribución que la media, sobre todo cuando hay gran desequilibrio entre los valores extremos de la distribución) del precio de los alquileres en Montevideo se ubicó en 5.750 pesos en junio de 2011. Podemos suponer que el 1 de enero de 2012, cuando empieza a regir el nuevo SMN de 7200 pesos, ese valor ya se incrementó; pero en la mejor de las hipótesis en la que aquella mediana se mantenga, se percibe que lo que sobra de un SMN después de pagar el alquiler mediano montevideano es tan sólo 1450 pesos (o sea un quinto del ingreso equivalente a la Línea de Pobreza, de 7746 pesos en Montevideo), manifiestamente insuficiente para cubrir las necesidades restantes de las canastas básicas alimentaria y no alimentaria.
Mas supongamos que los montevideanos viven en pareja (de igual o diferente sexo). Una pareja en la que cada integrante gane el SMN tendrá un ingreso de 14400 pesos; a ambos, una vez descontado el alquiler mediano, les sobrarán de su ingreso conjunto 8650 pesos (o sea tan sólo 904 pesos, unos 45 dólares, más allá de la Línea de Pobreza, que ahora sabemos no puede incluir un alquiler mediano real, o sea no computa el valor real del rubro «vivienda», si de verdad quiere incluir los otros gastos reales en los rubros restantes). Así en un hogar montevideano constituido por una pareja cuyos dos integrantes ganen el SMN, un miembro de la pareja trabaja para cubrir el alquiler mediano y muy poco más, mientras que el otro lo hará para cubrir la canasta básica alimentar y no alimentar en los rubros de vestimenta, educación, transporte, higiene y salud (y apenas si incluirá algo de la indispensable diversión) en niveles que van poco más allá de la Línea de Pobreza.
En resumen, esa pareja (que puede tener hijos que no trabajen, con lo que la cantidad de bocas que alimentar, vestir, educar, transportar, cuidar en su salud, etc., aumenta) en la que cada miembro gana el SMN trabaja para sobrevivir poco más allá de los límites de la Línea de Pobreza.
Ahora bien, recordemos que Marx (en especial en «El Capital») había defendido la tesis de que (como caso patrón del modelo, para analizar el capitalismo sin incorporar muchos desvíos posibles) el valor de una mercancía es el tiempo de trabajo socialmente necesario para producirla. Y como en el capitalismo la fuerza de trabajo es la mercancía que el trabajador vende al capitalista, Marx afirmó que el valor de esa fuerza de trabajo estaba determinado por el valor de las mercancías necesarias para reponerla (y generar y criar a los hijos del trabajador, que el capital necesita para seguir valorizándose; de ahí el nombre de «proletario», derivado de «prole», dado al trabajador). En el caso modélico (repetimos, pasible de desvíos) Marx sustenta que el capitalista paga al trabajador como salario el valor de su fuerza de trabajo; en resumen, concluye Marx, el salario representa el monto indispensable para que el trabajador sobreviva y crie a los hijos que lo sustituirán (en provecho de la continuidad de la valorización del capital que los empleará, no raramente personificado por el mismo capitalista que empleó al o a los padres de esos hijos, como sucede en las fábricas donde se suceden las generaciones de una misma familia de obreros).
Pues bien, los números del Uruguay de fines de 2011 e inicio de 2012 nos muestran que la pareja montevideana cuyos dos miembros perciben el SMN, trabaja para cubrir ese valor de sobrevivencia (y cría de los hijos), que equivale a poco más de la Línea de Pobreza estipulada por el propio organismo del gobierno uruguayo especializado en la materia.
Según un informe del Instituto Cuesta Duarte de 2011 habría en Uruguay 1,6 millón de ocupados, siendo 460 mil de ellos informales. Si cruzamos este dato con los del BPS y Ministerio de Economía antes citados para 2008 y 2010, respectivamente, extrapolándolos al 2011, concluiríamos que en 2011 un total de 624.200 trabajadores estarían ganando menos o igual al SMN (número que sale del 37% de los formales sumados al 44% de los informales), lo que representa el 39% del total de los ocupados. (Ese número es compatible con un estudio reciente del Instituto Cuesta Duarte que dice que hay 800 mil trabajadores uruguayos que ganan hasta 10 mil pesos mensuales). Cuánto le falta a ese más de un tercio de trabajadores uruguayos que gana menos o igual al SMN (y aquí hemos hecho números más detallados tan sólo para los montevideanos), sumados a los desocupados (hoy el 5,5% de la población activa) para llegar a la situación del orden comunitario poscapitalista defendido por Marx en el que cada uno contribuiría a la comunidad según su capacidad y recibiría de ella lo correspondiente a sus necesidades (respetando los equilibrios ecológicos, agregamos nosotros desde nuestra propuesta ecomunitarista), para que cada individuo pudiera realizarse plenamente en convivencia recíprocamente solidaria con los otros (y preservando-regenerando una naturaleza no humana sana, agregamos nosotros)!
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