Ayer en Roma se manifestaron juntas dos grandes categorías del sindicato CGIL: los funcionarios públicos y los metalmecánicos. Se adhirieron los estudiantes universitarios de la Onda, los médicos que protestan contra la ley racial que les permite denunciar a los inmigrantes sin papeles, la Asociación Nacional de Partisanos, más 100 diputados de la oposición pertenecientes […]
Ayer en Roma se manifestaron juntas dos grandes categorías del sindicato CGIL: los funcionarios públicos y los metalmecánicos. Se adhirieron los estudiantes universitarios de la Onda, los médicos que protestan contra la ley racial que les permite denunciar a los inmigrantes sin papeles, la Asociación Nacional de Partisanos, más 100 diputados de la oposición pertenecientes a los partidos Italia de los Valores, Partido de la Refundación Comunista, Verdes e Izquierda democrática. Ambigua la adhesión del PD: varios representantes notables del partido estaban presentes en la manifestación (D’Alema, Bersani, Fassino, Bindy), pero el secretario del partido, Walter Veltroni, manifestó solamente «solidaridad». Los secretarios de las dos categorías del sindicato comentaron así la actitud oficial del PD: «A una huelga uno se adhiere o no: lo que está claro es que una huelga no se ‘comprende'».
Crecen las protestas en Italia a medida que se agrava la crisis. Una crisis que el gobierno italiano ha afrontado firmando acuerdos separados con otros sindicatos y aislando al sindicato CGIL, cosa que no ocurría desde los años 50. «Estamos ante un proyecto autoritario en su conjunto, que se explicita en su ataque a la Constitución». Critican también desde el sindicato los escasísimos recursos que ha destinado el gobierno a los amortizadores sociales. Según el boletín mensual del BCE, en Italia las empresas no están reaccionando contra la crisis con inversiones, investigación e innovación, sino pagando menos a los recién contratados.
Las cifras del Instituto de Estadística (ISTAT) son aterradoras: Italia encabeza junto con Rumanía la pobreza minoril; el 5,3% tiene dificultades para comprar comida; el 11% no es capaz de hacer frente a los gastos de una enfermedad imprevista; el 17% no puede comprarse ropa nueva; el 8,8% tiene facturas pendientes; el 3,7% puede perder la casa por no pagar los plazos del crédito. Y sin embargo, «el gasto per cápita para luchar contra la pobreza es de los más bajos de la Europa de los 27».
La deuda pública alcanza otro récord (1,68 billones de euros), cae el PIB (-0,9% en 2008) y marca un récord negativo: Berlusconi ya no se dice «optimista», sino «preocupado». Tal vez esta primera huelga aumente su preocupación. Entre tanto, el secretario general de la CGIL ya ha convocado a todos los trabajadores para la huelga general del 4 de abril en el Circo Massimo de Roma.