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El tejido social griego se descose

Fuentes: IPS

En el centro de Atenas se volvió común encontrar gente durmiendo o inconsciente en la calle. En la plaza de Omonia, en el centro de la capital griega, se hacen patentes la segregación y el deterioro social, desconocidos hace una década.

Una gran cantidad de inmigrantes indocumentados sobreviven con lo mínimo. Muchachas de África o Europa oriental, pero también de Grecia, se prostituyen o se ven obligadas a incorporarse a redes organizadas. También se pueden ver adictos comprando droga sin disimulo.

La combinación de grave crisis económica y gran cantidad de inmigrantes sin documentos en regla disparó en los últimos tres años la cantidad de personas pobres.

La situación se agravó con la progresiva desaparición de las instituciones de asistencia social del Estado, que podrían haber creado una red de contención si no se hubieran visto también perjudicadas por la crisis económica. El deterioro de la calidad de vida se volvió un importante tema de la campaña para las elecciones de autoridades locales de noviembre.

«No hay ningún mecanismo de apoyo para los inmigrantes que lo necesitan», señaló Daniel Ezras, director de la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Atenas. «Sólo unas pocas pensiones baratas en el centro de la ciudad que rara vez aceptan extranjeros. La gente se las arregla cómo puede», apuntó.

«La crisis no sólo deshumaniza a los excluidos, sino que también golpea duro a los inmigrantes integrados. Los extranjeros que antes podían conseguir un trabajo mal pago o sin seguro ahora les cuesta encontrar algo», añadió.

En pocos meses, la OIM recibió más de 1.000 solicitudes de repatriación voluntaria, y la cifra va en aumento, indicó Ezras. «La gente se vio enredada en complicaciones legales y perjudicada por la crisis económica. Cuando descubren que su viaje a Occidente no fue lo que imaginaron, optan por regresar», añadió.

En mayo, Grecia implementó un estricto plan de ajuste estructural diseñado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE), a cambio de un paquete de 146.000 millones de dólares para evitar que el país caiga en cesación de pagos.

La economía local se deteriora con rapidez. Se contrajo 3,8 por ciento este año y es probable que la tendencia continúe el año próximo.

El Instituto de Trabajo de la Confederación General de Trabajadores Griegos, el mayor sindicato del país, advirtió que el desempleo afectará a más de 20 por ciento de la población económica activa en 2011.

El desempleo registrado en personas de entre 15 y 29 años es de 30,8 por ciento, por encima del promedio europeo de 19,8.

El riesgo de recesión disminuyó el consumo, lo que complica la tarea del gobierno, que depende de la recolección de impuestos más que del resto de las medidas, para alcanzar los indicadores previstos por el plan del FMI y de la UE. El Estado da lo peor de sí en un intento por erradicar las irregularidades y mejorar el equilibrio fiscal.

«Además del recorte horizontal de 10 por ciento en el presupuesto de cada ministerio, lo que afectó directamente a los beneficios sociales, en los últimos meses, el Estado, cada vez más agresivo, asesta duros golpes a un sector sensible de la población», indicó Olga Antoniou, trabajadora social de la gubernamental Organización contra las Drogas, que trabaja con drogodependientes.

«Hace unos días le llegó una notificación oficial para decomisar algo a una de las personas del programa donde trabajo por dos multas impagas por abordar un tren metropolitano sin boleto», relató Antoniou.

«Puede parecer insignificante, pero no lo es en el estado de vulnerabilidad de esas personas», apuntó.

«Las personas adictas a la droga que padecen hepatitis C reciben una asistencia de más de 730 dólares cada dos meses. Desde mayo es cada vez más difícil tramitar ese beneficio porque les piden más documentos. Eso hace que deban arreglárselas sin recursos económicos por un tiempo indefinido», añadió.

Para las personas que dependen de la asistencia o socialmente excluidas significa sufrir penurias porque no es fácil conseguir trabajo. «Para muchos es imposible asegurar hasta su ingreso básico con la actual tasa de desempleo», remarcó Antoniou.

La ausencia de las instituciones estatales y de las organizaciones de bienestar social deja un vacío para oportunistas y aprovechadores. El control policial en el centro de la ciudad aumentó en los últimos tiempos, lo que no hace más que subrayar la dimensión del problema.

Más de 5.000 personas fueron detenidas este año entre enero y agosto, la mayoría inmigrantes sin documentos en regla. Se confiscaron más de 220.000 productos traídos de Asia.

La policía arguyó que la mercancía pertenecía a la mafia organizada, que tiene depósitos y conexiones en grandes puertos, para que inmigrantes africanos la vendan en la calle.

También se evacuaron y clausuraron 60 pensiones.

«La clase media no quiere reconocer lo que es cada vez más obvio en el centro de Atenas. En cierta forma refleja lo que ocurre en el resto de Grecia. Pero sobre todo es una imagen de lo que se puede esperar con la llegada del duro invierno» boreal, escribió Nikos Xidakis, en una columna publicada por el periódico Kathimerini. 

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=96506