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El uruguayo Marset ordenó el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci

Fuentes: Rebelión / CLAE

El uruguayo Sebastián Marset fue señalado como quien ordenó la muerte del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, asesinado en mayo en la isla de Barú, en el Caribe colombiano, durante su luna de miel en mayo pasado. Uno de sus asesinos confesó el origen del crimen.

Marset, de 31 años, asociado al Primer Cartel Uruguayo y jefe de una organización criminal en Paraguay dedicada al narcotráfico y al lavado de activos, uno de los autores intelectuales del crimen, se encuentra prófugo de la Justicia uruguaya y paraguaya desde que recibió un pasaporte del gobierno uruguayo, que le permitió abandonar Dubái, el que fuera retirado por el abogado Alejandro Balbi. No hubo comentarios de la cancillería ni del gobierno del derechista Luis Lacalle.

Gracias a la investigación de la Fiscalía General colombiana se pudo establecer que seis personas estarían implicadas en asesinato y que el coordinador del crimen, Francisco Luis Correa Galeano, de 43 años, tuvo comunicación con dos narcotraficantes colombianos de Medellín, del grupo narco llamado “Los Paisas”.

El nombre de Marset llegó a la justicia tras la declaración de Correa, un hombre de 43 años señalado como el ideólogo del asesinato de Pecci. Según la investigación, la organización de Marset entregó el dinero, la logística y la información para matar al fiscal Pecci, quien el 22 de abril de 2022 pidió una orden de captura para cinco de los siete hermanos Insfrán.

El expediente afirma que, en el paso de estos dos narcos en una cárcel de Honduras, habrían conocido a este sujeto perteneciente de la una de las estructuras más importantes del tráfico de estupefacientes en Paraguay. De ahí radicaría la conexión.

Correa busca cooperar con la DEA estadounidense y con la Fiscalía General colombiana para evitar su extradición a Estados Unidos. El que sería el coordinador del asesinato de Pecci narró que los dos narcos colombianos le dieron dos mil millones de pesos (unos 500 mil dólares) por el homicidio del fiscal paraguayo.

Correa, quien está a la espera de su juicio, afirmó que él fue el encargado de encontrar a las personas para el asesinato del fiscal, accionar el plan para atentar en contra del paraguayo a través de un contacto en Venezuela, perteneciente al grupo ilegal ‘Tren de Aragua’, quien sería el contacto de Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza, el sexto implicado en el homicidio de Pecci.

Así, con base en el testimonio de Correa, la investigación de las autoridades de Colombia, Paraguay y Estados Unidos apunta contra el clan Insfrán, red de tráfico de cocaína comandada por Miguel Ángel Insfrán Galeano y el uruguayo Sebastián Marset Cabrera.

Poco antes de la muerte del fiscal, el 22 de abril, se dio la orden de captura en Paraguay de siete de los hermanos Insfrán y uno de ellos, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Tío, asumió que quien estaba detrás de la investigación y ordenó la detención de sus hermanos fue Pecci. Las autoridades de Paraguay, enteradas de esta historia, reportaron que Pecci ni ordenó las detenciones ni estaba a cargo de la investigación.

La organización que lidera Marset junto al paraguayo Miguel Ángel Insfrán fue desbaratada en Paraguay -donde operaba desde 2017- en la Operación A Ultranza, realizada febrero de 2022, que implicó 107 allanamientos y la incautación de más de 100 millones de dólares, 98 inmuebles, 28 vehículos, diez avionetas, un helicóptero, 12 carretas, 41 tractores, 48 motos y siete embarcaciones.

En noviembre de 2021, la cancillería uruguaya le otorgó a Marset un pasaporte que le permitió obtener la libertad en Dubái, donde permanecía detenido desde setiembre por portar un pasaporte paraguayo falso. El Ministerio de Relaciones Exteriores asegura que cuando le otorgó el pasaporte no existía una orden de captura contra el uruguayo.

Marset y Paraguay

En octubre de 2013 una investigación coordinada entre la Unidad de Investigación de Paraguay y de Uruguay reveló que Marset era el destinatario de la droga que transportaba el tío del expresidente Horacio Cartes, conocido como Papacho, en una avioneta incautada el 29 de julio de 2012.

Además de la investigación en Colombia y Paraguay, Marset es investigado por varias causas en Uruguay, entre ellas la amenaza que recibió la fiscal Mónica Ferrero desde un celular con base en Perú y por la que fue imputado el hijo del contratista de fútbol uruguayo Gerardo Arias.

Marset también fue condenado en Uruguay por la jueza Adriana de los Santos como coautor de tres delitos de tráfico de estupefacientes en modalidad de organización, tras la incautación de 170 kilos de marihuana. Tras cumplir condena, el uruguayo se dedicó a realizar contactos en Bolivia y Paraguay y al mismo tiempo cultivar un perfil como productor de espectáculos y hombre de la farándula paraguaya.

En su pasaje por Paraguay, el delincuente se desempeñó como productor musical y en 2019 produjo y coordinó más de 400 conciertos y eventos. También fue autor de varios arreglos musicales para terceros y se dedicó a cantar, componer y producir sus propios temas. Según Última Hora, «se convirtió en uno de los nombres más respetados dentro del circuito musical y en las producciones de muchos artistas y en la realización de grandes conciertos».

Por otra parte, Marset tuvo una breve carrera dentro del fútbol paraguayo. El 16 de abril de 2021 se fichó en el Club Deportivo Capiatá, donde jugó algunos partidos y se desvinculó el 29 de mayo del mismo año.

El delincuente uruguayo, aparentemente con vínculos con funcionarios del gobierno del presidente Luis Lacalle que le facilitaron el pasaporte, vivió en varias ciudades, como Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y Asunción, donde sentó las bases para convertirse en una de las piezas clave del despacho de cargamentos de cocaína hacia Europa y África desde distintos puntos de la región.

Luvis Hochimín Pareja. Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.