Recomiendo:
0

Moldavia

Elecciones legislativas: proeuropeos y prorrusos cuentan sus fuerzas

Fuentes: http://balkans.courriers.info

Tras las elecciones legislativas del pasado 30 de noviembre, Moldavia parece más dividida que nunca. Los partidos pro-europeos han ganado por una pequeña diferencia, pero el movimiento que cuenta con más diputados es el Partido Socialista, muy cercano al Kremlin. En estas condiciones, resulta difícil constituir un gobierno y tomar orientaciones estratégicas importantes. Quien quisiera […]

Tras las elecciones legislativas del pasado 30 de noviembre, Moldavia parece más dividida que nunca. Los partidos pro-europeos han ganado por una pequeña diferencia, pero el movimiento que cuenta con más diputados es el Partido Socialista, muy cercano al Kremlin. En estas condiciones, resulta difícil constituir un gobierno y tomar orientaciones estratégicas importantes.

Quien quisiera descifrar un mensaje unívoco en las elecciones legislativas moldavas del 30 de noviembre se perdería. Este escrutinio debía ser, según la prensa internacional, un referéndum sobre la política de apertura al Oeste del gobierno de Iurie Leanca. La respuesta parece más cercana al «ni si, ni no» que a la aceptación o rechazo claramente expresado.

Ciertamente, la mayoría de los escaños (55 de 101) ha sido ganada por los partidos pro-europeos, que apoyan al actual gobierno. Pero el movimiento que cuenta con el mayor número de diputados, con cerca de un cuarto de los electos (25 de 101), es el Partido Socialista, ferozmente antieuropeo.

Veamos las cosas con detalle. Lado pro-europeo: el Partido liberal-democrático ha obtenido el 19,55% de los votos; el Partido Democrático, el 15,77%; el Partido Liberal el 9,46% -lo que lleva al 44,5% de los votos al bloque progubernamental. Del lado pro-ruso y antieuropeo, los partidos totalizan cerca del 40% de los votos, el Partido comunista reúne el 17,89% de los sufragios, el Partido Socialista el 21,21%.

Como preveían los sondeos, ningún partido tiene la mayoría necesaria para formar un gobierno, y éste estará constituido por una coalición. Todas las miradas se dirigen en dirección del Partido Liberal, que había abandonado la coalición en 2013 provocando la caída del gobierno Filat /1.

La tentación euroasiática

En una palabra, si los ciudadanos moldavos, en su mayoría, han apoyado a los partidos favorables al acercamiento de Moldavia a la UE, esta mayoría es muy relativa, y no habría que ocultar el hecho de que un número casi parecido de electores ha expresado convicciones radicalmente opuestas.

Así, el Partido Socialista es la formación que ha reunido más sufragios haciendo campaña por la integración de Moldavia en la Unión Económica Euroasiática, al lado de Rusia, Bielorrusia, Kazajastán y Armenia.

Los últimos días de la campaña han estado marcados, en efecto, por la aparición repentina de carteles con la foto de Igor Dodon, el presidente del Partido Socialista, en plena conversación con Vladimir Putin. El eslogan, en rumano y en ruso, venía a explicitar esta buena entente proclamada: «Juntos con Rusia». Difícil, en estas condiciones, hablar de victoria del campo proeuropeo…

El verdadero acontecimiento de estas elecciones es, por tanto, el avance del Partido Socialista, al que solo se le concedía un 2% de los votos en el mes de junio y el 10% en vísperas de las elecciones. Un éxito que, según algunos, se explica por una llegada repentina de fondos rusos -lo que no es algo a excluir- pero que merece una análisis profundo.

Cocina partidista

La campaña se ha visto sacudida por un escándalo que ha afectado al partido Patria. Este movimiento, abiertamente prorruso, que fue registrado en el mes de septiembre, fue fundado por Renato Usatii, un hombre de negocios con la doble nacionalidad moldava y rusa. Patria estaba ya acreditado con el 12% de las intenciones de voto. Pero tras la difusión de una grabación audio en la que Renato Usatii admitía recibir órdenes de los servicios secretos rusos, y de pruebas de entregas de fondos provenientes de Moscú, la Comisión electoral y luego el Tribunal Supremo han excluido a Patria de las elecciones.

Así, los electores, privados de candidato, han dirigido sus votos hacia el Partido Socialista, cuya campaña en favor de la adhesión a la Unión Económica euroasiática ha podido seducir. En cualquier caso es lo que sugiere la más elemental aritmética: la suma de las intenciones de voto en favor de Patria y del Partido Socialista antes de la prohibición del primero da el resultado actual del segundo.

Este análisis de vasos comunicantes es sin embargo insuficiente. Para explicar el éxito del Partido Socialista, hay también que tener en cuenta las transformaciones del Partido Comunista. Anteriormente primera formación política del país -que luego cayó a la tercera posición-, el PCM conoció una grave crisis en 2011. Igor Dodon, que era un miembro eminente de él, dirigió una escisión para sumarse al Partido Socialista. Se habría llevado con él el 20% de los electores.

El arma del separatismo

Esta competencia en el seno de la oposición prorrusa y el recuerdo de la defección del Partido Liberal que había hecho caer la precedente coalición, jugarán un papel importante en el futuro del país. Rusia podrá contar con la presencia de un «partido amigo» a fin de continuar ejerciendo una presión continua sobre Chisinau e influenciar sus decisiones en materia de política exterior.

Es una palanca más para Moscú, que dispone ya del conflicto congelado de Transnistria /2 para recordar su presencia. Esta delgada banda de territorio, donde, por otra parte, las elecciones no han tenido lugar, sigue siendo un tema de tensión entre Rusia y la UE: la segunda desea reforzar su asociación oriental, a lo que la primera responde evocando un escenario a la ucraniana /3.

En cuanto a Moldavia, si sigue excluyendo renunciar a sus tierras de más allá del Dniestr, teme que una aceleración de su integración europea -incluso su adhesión a la OTAN- puedan relanzar el conflicto congelado desde 1992.

Ademas de Transnistriea, la cuestión gagauza (Gagauzia es una región autónoma de Moldavia /4) representa igualmente un buen medio de presión. Este pequeño territorio que a penas tiene 2000 km2, abriga una población turcofona, que ha recordado recientemente su existencia organizando un referéndum /5 sobre su adhesión a la Unión Económica Euroasiática y sobre su secesión de Moldavia, en el caso en que esta última perdiera su «soberanía». Sin embargo, la abstención ha sido muy importante en la región autónoma, y habrá que esperar a la publicación de los resultados oficiales para analizar el comportamiento electoral de los gagauzos.

Que el espectro de Euromaidan haya acosado a Moldavia desde el comienzo de la crisis no es un secreto. Lo que aparece a la luz de estas elecciones es la diferencia de percepción de los acontecimientos, y por tanto la profunda división de la población moldava. Para unos, favorables a la integración en la UE, Euromaidan ha sido entusiasmante, hasta el punto de hacerles desear que el gobierno pise el acelerador hacia Europa. Para otros, cercanos a Rusia por la lengua, la historia y la tradición, en Euromaidan no había más que violencia e inestabilidad.

http://balkans.courriers.info/article26145.html

http://www.npa2009.org/idees/elections-legislatives-en-moldavie-pro-europeens-et-pro-russes-comptent-leurs-forces

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

Notas

1/ http://balkans.courriers.info/article21970.html

2/ http://balkans.courriers.info/spip.php?page=dossier&id_article=15827

3/ http://balkans.courriers.info/article25694.html

4/ http://es.wikipedia.org/wiki/Gagauzia ndt

5/ http://balkans.courriers.info/article24171.html

Tomado de http://vientosur.info/spip.php?article9645