«Si el pueblo me da esa confianza, es por mi propia conducta». […] es «para hacer respetar, para velar como una madre nacional, en bien de mis hijos»1. Desgraciadamente el crimen se ha convertido en el instrumento legal de gobierno en el Perú. Se podría decir interviniendo una acertada frase del filósofo Franz Hinkelammert, […]
«Si el pueblo me da esa confianza, es por mi propia conducta». […] es «para hacer respetar, para velar como una madre nacional, en bien de mis hijos»1.
Desgraciadamente el crimen se ha convertido en el instrumento legal de gobierno en el Perú. Se podría decir interviniendo una acertada frase del filósofo Franz Hinkelammert, sustituyendo «estado de derecho» por «ejercicio del gobierno», que el criterio del ejercicio del gobierno es: «el crimen que se comete tiene que ser realizado cumpliendo la ley»2. En falso que los gobiernos luchan contra el crimen, al menos en el Perú, se gobierna a través de él.
Si es que tenemos alguna certeza hoy en el Perú más allá de toda duda razonable, es que nos gobiernan los ladrones, los homicidas, los narcotraficantes, los extorsionadores, los estafadores, los violadores, los lavadores de dinero, los corruptos y toda laya de delincuente. Tan es así que si agarraríamos el código penal no nos alcanzarían los tipos penales allí previstos para tipificar sus conductas. En otras palabras, el crimen es inseparable del gobierno actual en el Perú, sin él no podría funcionar.
Si tendríamos que darle un nombre a los que ejercen el gobierno a través del crimen, porque claro está, no todo está podrido, siempre hay excepciones a la regla, se llamaría «Fujiaprismo»3. Una organización criminal altamente jerarquizada, «quizá la manifestación de criminalidad realmente organizada por excelencia»4. La más peligrosa que haya existido jamás en el Perú, que ha vaciado la política de su contenido más noble, el servicio a la comunidad, a la polis; convirtiéndola en una actividad tan degenerada que hasta da asco y vergüenza pronunciarlo.
Esta organización criminal, para asegurar legalmente el despojo de la riqueza de nuestro país ha convertido sus intereses personales y familiares en exigencias de gobierno. Legislan abiertamente para delinquir. Crean leyes funcionales a sus antojos, y tienen intérpretes de esas leyes a su servicio: jueces, fiscales, juristas y hasta un cardenal de apellido Cipriani. Sin embargo, no advierten que la legalidad no es la última palabra, sino la legitimidad, y la legitimidad reside en la voluntad popular, única sede soberana del ejercicio del poder político. Ellos tienen la legalidad, nosotros tenemos la legitimidad, y esta es más que la legalidad, porque es el fundamento de la legalidad.
Por lo tanto, es urgente que rescatemos la política de la banda de criminales, como dice el poeta, «con la urgencia que nos ha de dar los pocos metros que nos separan de la catástrofe»5. Pues, los momentos en los que los peruanos hemos podido mejorar como país, ha sido cuando como pueblo nos hemos hecho cargo de nuestra historia política, cuando hemos asumido nuestra responsabilidad democrática. Porque el pueblo, dice el filósofo político Giorgio Agamben, es el único sujeto político real. Y, esta política es «demasiado mala como para no ser sustituida por un estado de cosas superior»6. Si no lo hacemos, seremos cruelmente castigados. Nos vemos en las calles, es nuestro tiempo.
Notas:
1 Comisión de la Verdad y Reconciliación. (21 de Julio de 2016). «Testimonios orales». Marina Janampa Vallejos. Lima, Lima, Perú: Defensoría del Pueblo. Marina Janampa fue secuestrada y torturada el 17 de noviembre de 1997 en Lircay (Huancavelica) por la Policía Nacional del Perú, en el gobierno del ex dictador Alberto Fujimori.
2 Hinkelammert, Franz (2010). La maldición que pesa sobre la ley. Las raíces del pensamiento crítico en Pablo de tarso. San José: Arlekín, 2010, p. 97.
3 Expresión que refiere al pacto entre, por un lado, el fujimorismo, un movimiento político peruano basado en el culto a la personalidad en torno del exdictador Alberto Fujimori. Actualmente Fuerza Popular es el partido político con mayoría parlamentaria en el Congreso de la República de Perú, fue fundado para delinquir en el año 2010 por Keiko Fujimori, hija del exdictador Alberto Fujimori. Y, Por otro lado, Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), un partido político fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre en 1924, que luego de muchos años al caer en manos de la presidencia de Alan García Pérez, se degeneró tanto que ahora es considerado por la población peruana como el segundo político más corrupto del país, después de Keiko Fujimori. Cfr. El Comercio (03/10/18). «¿Quiénes son los políticos percibidos como los más corruptos?» Disponible en https://elcomercio.pe/politica/encuesta-datum-quienes-son-politicos-percibidos-corruptos-noticia-563982 . Consultado el 13 de octubre de 2018. Actualmente ambos se han unido en el Congreso de la República para seguir delinquiendo.
4 Zaffaroni, Eugenio (s/f). «Crimen de estado como objeto de la criminología». Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, p. 25. Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/tablas/r20412.pdf. Consultado el 10 de octubre de 2018.
5 Sabato, Ernesto (2004). Resistencia. Buenos Aires: Seix Barral, p. 125.
6 Castillo Flores, Alonso (2017). «Mitos y perlas de la democracia liberal». Democracia: ¿consenso o conflicto? Revista Disenso, Año II, N° 2, p. 36.
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