Traducción de Susana Merino
El ministro del interior italiano, Roberto Maroni y su colega de Asuntos sociales, Maurizio Sacconi, anunciaron, el pasado 4 de febrero, sus intenciones de emitir un decreto que establecerá la forma de acordar permisos de residencia por puntaje a los extranjeros de origen no europeo que residan normalmente en Italia.
Según M. Maroni, miembro del partido de la Liga del Norte contrario a las inmigraciones, esta disposición podrá ser puesta en funcionamiento «en los próximos días» porque forma parte del «paquete de seguridad» votado por el Parlamento en junio último.
El solicitante de este nuevo permiso, válido por dos años, deberá acreditar treinta puntos al final de ese período, para poder renovarlo. Incluirá además contar con un contrato de trabajo y una vivienda, demostrar su conocimiento del idioma italiano y de las leyes italianas, verificar que está inscripto en los servicios de salud, que sus hijos van a la escuela y que está en regla con el fisco. En el caso de que no llegara a alcanzar el fatídico umbral de treinta puntos, no le será renovada la residencia pese a la buena voluntad que mostrare el solicitante pero se le ofrecerá una prorroga de un año para lograrlo.
Presentado por el Ministerio del Interior como «una carta de valores de la ciudadanía y de la integración», el proyecto incluye también un aspecto represivo. Los delitos cometidos por los extranjeros les quitarán puntos y podrán hasta ser expulsados en caso de condena en primera instancia con penas de más de tres meses de prisión. El proyecto de decreto se deberá aplicar también a los menores de 16 años y más.
Loteria social
Ante el anuncio de esta nueva vuelta de tuerca a la inmigración, la izquierda ha denunciado que se trata de una «lotería social». Según Livia Turco responsable de los temas inmigratorios del Partido demócrata, los permisos de residencia por puntaje «serán por el contrario un obstáculo para la integración que favorecerá la clandestinidad» de quienes fracasen en su obtención. Para la asociación Migrar que lucha por modificar los plazos de renovación de los permisos de residencia (actualmente de 190 días promedio) se trata de una «nueva respuesta xenófoba al problema de la inmigración»
Este texto va a agregar un arsenal de medidas ya de por sí restrictivas referentes a la inmigración. Cada una de ellas – como la creación de un delito de inmigración clandestina. le fue impuesta a Berlusconi por la Liga del Norte, para la que la inseguridad es una consecuencia de la inmigración
Comentando la violencia desatada a principios de enero en Rosarno (Calabria) entre inmigrantes africanos y la población local, el señor Maroni no ha dudado en declarar que esos motines son la consecuencia «de la gran tolerancia inmigratoria existente» Con este sistema, se congratuló Maroni , le estoy sugiriendo al extranjero qué debe hacer para integrarse. Si cumple, le doy el permiso de residencia, si no significa que no quiere integrarse»