M.H.: Estuviste visitando tu país hacia mediados del mes de octubre y llegaste pocos días después de que se produjeran una serie de víctimas mortales en protestas contra el proyecto minero de Las Bambas. En siete meses habrá elecciones en Perú, se vuelven a enfrentar viejos candidatos conocidos, Alejandro Toledo y Alan García, entre otros; […]
M.H.: Estuviste visitando tu país hacia mediados del mes de octubre y llegaste pocos días después de que se produjeran una serie de víctimas mortales en protestas contra el proyecto minero de Las Bambas. En siete meses habrá elecciones en Perú, se vuelven a enfrentar viejos candidatos conocidos, Alejandro Toledo y Alan García, entre otros; y en algo coinciden con el Presidente Ollanta Humala que es en la participación de los militares en las tareas de represión a estos movimientos que se están dando en torno al rechazo a la megaminería. El proyecto de Las Bambas, para dimensionar el tema, es un proyecto de extracción de cobre, por unos 7 millones de toneladas y una inversión de 10.000 millones de dólares, sería el proyecto minero más importante en la historia de Perú. ¿Cuál es tu opinión respecto de esta situación que se da, no solo respecto a la megaminería sino a la participación de las Fuerzas Armadas en la represión?
R.N.: Lo más importante es que Perú es un país profundamente minero, el 70% de las divisas que entran es por la minería. Pero también hay que agregar que toda la minería es sucia, que no hay inversión limpia, por lo tanto, los emporios internacionales que vienen a explotar la minería ya vienen pactando con el gobierno condiciones privilegiadas no solamente por la violación de la ecología y la contaminación del agua, sino por la agresión hacia las poblaciones y comunidades campesinas.
Yo he sido parte de una batalla muy antigua contra la South Corporation, que tiene la explotación más importante que otorgó el gobierno de Velazco Alvarado y la continuaron Bermúdez y Belaúnde Terry, que es una explotación estratégica. Como éramos los dirigentes mineros en ese momento, nos encontramos enfrentados no solamente con la compañía sino con el gobierno y las transnacionales que ya habían firmado un pacto secreto, en la medida que la empresa exigía al gobierno la paz social, que no se formaran sindicatos y cláusulas contrarias a los intereses de la población. Eso terminó con el sur de mi país, contaminaron el agua, mataron la flora e hicieron del Valle de Moquegua una zona muerta y estéril.
Yo participé porque teníamos la dirección de los sindicatos del sur, ese antecedente es muy importante, por lo que te señalaba al principio, no existe inversión minera limpia y tienen cláusulas secretas. El gobierno se ve obligado por esta razón, so pretexto de que hay que extraer los minerales y que eso va a dar trabajo e ingresos al país, que es una mentira, porque la minería da muy poco trabajo y lo que depreda es infinitamente superior a lo que se puede utilizar.
No hay que olvidar que Ollanta Humala asumió diciendo, desde una posición nacionalista, que iba a imponer un impuesto a las ganancias excesivas de la minería y denunció estas cosas, por eso la resistencia social no solo se hace contra las empresas que depredan, sino contra el gobierno que responde apelando a lo que sabe hacer, a sus compañeros de armas.
En Perú durante este gobierno ya hubo 52 muertos, imagínense que en Argentina hubiera 52 muertos y centenares de heridos, ese gobierno no podría mantenerse en pie. Lo común en este país, donde hay casi 30 años de dominio oligárquico y neoliberalismo salvaje, es apelar a la represión brutal. Cuando es inicial y puntual, es la policía y cuando avanza la resistencia popular, porque hay un sector de izquierda activa que resiste y combate, se apela a las Fuerzas Armadas que reprimen y matan.
Ahí tenemos un paquete de problemas que van desde el hecho de qué país es Perú y quién es el gobierno. Se da un fenómeno extraordinario, porque quien va al frente de las estadísticas para las próximas elecciones con el 30% es la hija de Fujimori, Keiko, que dice que va a hacer un gobierno como el de su papá, oligárquico, salvaje y represor. Es un capítulo especial, algún día veremos por qué logra un 30% de votos cautivos la representante de un gobierno que no solamente depredó la economía, tuvo a Montesinos, que robaron decenas de millones de dólares y que es considerado una peste.
El otro es Alan García un depredador que ha destruido su partido, que es un enfermo megalómano que quiere ser presidente. Y el otro, es un norteamericano-peruano, Kuczynski, que fue ministro de varios gobiernos, es más norteamericano que peruano.
Esos son los tres candidatos posibles, la tragedia que estamos citando es que mientras ponemos el acento en la resistencia popular contra la agresión de las empresas mineras coordinadas con el gobierno, están convocadas elecciones para el año próximo, donde la continuidad va a ser de gobiernos de liberalismo salvaje.
Es un punto importante que hay que sumarlo a lo que está sucediendo con los gobiernos llamados progresistas en América Latina, que están en un impase, que no han dado un salto cualitativo y que muchos de ellos pueden ser derribados o acabar su existencia por vía electoral. En Perú, cualquiera de estos candidatos va a seguir con el Pacto del Pacífico, cualquiera va a ser agente norteamericano, de las empresas depredadoras imperialistas y cualquiera de ellos va a ser depredador del capital más importante que es el capital humano. Por eso en Perú, por razones históricas, la izquierda revolucionaria de los 60 y 70 está siendo reemplazada por una izquierda social; la resistencia de las poblaciones que defendiendo su hábitat, su ecología y el derecho a la vida contra las empresas, son los elementos de movilidad social que se oponen terminantemente a esta depredación y la respuesta son muertos.
Hay una ofensiva reaccionaria de las oposiciones políticas oligárquicas en América Latina y Perú es una avanzada de ello
M.H.: En el mes de octubre se hizo la reunión anual del FMI en Lima, allí se entregó un documento contra la reducción de personal en las empresas públicas del país. Un documento elaborado por la Confederación de Trabajadores de Perú, que señala que el crecimiento económico del país, del que habla el FMI, pero no se ha sentido en la clase trabajadora sino más bien ha favorecido a los empresarios. Hace pocos días, el jueves pasado hubo un paro nacional de 48 horas de trabajadores del sector público en protesta contra la vulneración de sus derechos laborales, allí se hace referencia a una Ley que facilita el despido de trabajadores y el caso «Huatuco», sentencia del tribunal internacional que concede luz verde a la salida de los trabajadores estatales sin acciones legales de amparo. ¿Cuál es la situación por la cual está atravesando el empleo público en tu país?
R.N.: Eso está íntimamente referido al hecho que crecía a tasas del estilo de China, 6 o 7%, y ahora va a crecer al 2%. Eso que parece una estadística, si se lleva al terreno concreto de la realidad del país, significa que va a haber una disputa con aquéllos que están acostumbrados a llevarse la parte más importante. No olvidemos que con Velazco los trabajadores tuvieron el 54% del producto bruto, ese porcentaje después de los gobiernos neoliberales ha terminado en un 24%.
Estamos hablando de una disputa por el reparto de la torta, y como la economía va a caer, los ataques ya comienzan y no solo a los sectores mineros que resisten, en todos los sectores sociales ha habido huelgas, de maestros, de médicos, la asistencia social es pobre, en Perú no hay movilidad en las jubilaciones. Entonces, el ataque al salario en blanco e incluso a los trabajadores en actividad no solamente es constante, sino que ahora va a tomar forma definida. Hace rato que en Perú se codifica esto a través de leyes, todos los gobiernos han puesto leyes en contra de los trabajadores, la central obrera ha hecho huelgas en ese sentido porque se aprobó una Ley de despido que afecta también a los empleados públicos. La ofensiva es global y no se trata de capítulos y coyunturas particulares, sino de todo un proceso en el que estos regímenes alineados con lo que hoy se llama neoliberalismo, o sea, capitalismo salvaje, dependientes del gran capital transnacional, subordinados del imperialismo, atacan en toda la línea, porque la disputa es por la renta, por cuánto se accede al PBI, si el sector del trabajo va a perder más de lo que ya ha perdido y si los empresarios pueden ceder algo, como creía inocentemente Humala, para generar un poco de asistencialismo.
En Perú se está delineando lo que le viene a los otros países a raíz de la crisis económica y la intención de las oligarquías, de los gobiernos y de los políticos al servicio del capital extranjero, es la de hacer una ofensiva que es siempre en contra de los trabajadores, de los que viven de un salario, siempre en contra de quienes ellos consideran un gasto inútil como los jubilados, la educación o la salud. Perú es una avanzada en ese sentido y se acompaña con algunos muertos. En Perú se da la realidad de América Latina, con diferentes particularidades, así como en Brasil, en Venezuela y Argentina, todos esos gobiernos que lógicamente han cumplido un rol y que ahora se muestran incapaces de dar respuesta con el tibio programa que dieron. Hay una tendencia, una ofensiva reaccionaria de las oposiciones políticas oligárquicas en América Latina y Perú es una avanzada de ello.
M.H.: Te dejo el cierre, porque seguramente tendrás algo más que contarnos de tu viaje a Perú.
R.N.: Como recordaste en alguna entrevista, yo tomé la iniciativa de formar Vanguardia Revolucionaria (VR) después de mi experiencia con la Revolución Cubana, que en la historia está considerado un capítulo importante en la nueva izquierda. En Perú se ha recordado, porque la memoria política no se pierde totalmente a pesar de los retrocesos. Me invitaron y ha sido muy lindo porque me recordaron como el fundador de VR, inclusive los que fueron adversarios políticos míos dentro y fuera de la organización, me han saludado. He asistido a actos en los que se ha recordado un capítulo importante de la historia política del país. Vino una delegación de la Amazonía directamente para entrevistarse conmigo, para que les firmara mis libros, para grabarme y dos delegaciones de los mineros del sur, para saludar al compañero que históricamente ellos reconocen como uno de los que más hizo por la organización sindical y la independencia de los trabajadores mineros peruanos. Una hermosa actividad referida a la memoria histórica del país.
Por otro lado, se reactivó el juicio al ex presidente Francisco Morales Bermúdez por el Plan Cóndor y los jueces me citaron para exponer, lo hice durante cerca de tres horas sobre otro momento político de la historia de mi país. Por lo tanto, en balance fue un viaje muy útil y lindo.
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