Traducción de Francisco Báez
Estimado presidente de la República, Sergio Mattarella, excelentísimo presidente del Gobierno, excelentísimo ministro,
Si mi memoria no me engaña, en 1979, en el periódico «Corriere della Sera», leí un artículo que destacaba: En los Estados Unidos, los primeros casos de cáncer de pulmón y mesotelioma, por exposición al amianto. Era todavía joven, trabajaba en una empresa de productos de amianto-cemento y me estremecí y se me erizó el cabello, porque hasta ese momento creía saber que el amianto no era peligroso y que podíamos comer dentro de la empresa durante los trabajos.
Los gerentes de las empresas, a pesar de ser conscientes de los riesgos de la exposición a las fibras de asbesto, permanecieron en silencio, prefiriendo los beneficios a la integridad física y psicofísica de los trabajadores.
Finalmente, después de largas luchas sindicales de los trabajadores, en las que yo estuve presente, en marzo de 1992 pudimos obtener la Ley 257/92, que prohibía la extracción y el procesamiento del asbesto.
Nos complace que finalmente haya terminado un producto altamente cancerígeno y una exposición de más de diez años.
Nunca habríamos pensado e imaginado que con el paso de los años tuviéramos que contar las patologías y los fallecimientos, por una incubación de las fibras que habíamos respirado anteriormente.
Que dicha incubación traería sufrimiento, padecimiento atroz y principalmente tumores y mesoteliomas, dentro de 20-30 o 40 años desde el final de la exposición. Solo en Italia 3.000 muertes al año. 15.000 en Europa, 100.000 en todo el mundo.
Creímos que todo se resolvió de inmediato, pero desafortunadamente tenemos que cambiar de opinión, han pasado 26 años y pronto 27 años en marzo y aún hoy seguimos discutiendo el asbesto existente en el territorio y en algunas empresas, alrededor de 30 millones de toneladas, vertederos no existentes, de Plantas de destrucción de estos materiales, de un Plan Nacional del Amianto, bloqueado en la Conferencia de las Regiones del Estado, desde 2013, después de haberlo obtenido, con enormes sacrificios, en la II Conferencia Nacional Gubernamental de Venecia, en 2012, de patologías y muertes, así como por las exposiciones, también, de los miembros de la familia, a quienes llevábamos la ropa para lavar, de ciudadanos que desconocen los riesgos, solo por haber estado o que entrarán en contacto con algunas fibras de los materiales existentes en el territorio nacional, o por haber vivido bajo los techos de asbesto, a los cuales, si se les ha encontrado un mesotelioma, el Estado otorga un pago único de 5,.600 euros, una suma ridícula, que no es suficiente para pagar ni el funeral, ni los gastos para tratamiento, cuando haya sumas disponibles en el fondo para víctimas no profesionales en el «Inail», y que podría aumentar a 12,000, según lo que exigen los Sindicatos y las Asociaciones y Comités de exvíctimas y expuestos, «C.N.A.», a los líderes del Gobierno, y que aún hoy parece que no les interesa.
Nos habíamos imaginado que por la causa de las patologías y muertes debidas a la exposición al asbesto, debidas a los enormes usos que se hicieron en las diversas producciones o aislamientos, podríamos haber recibido un poco de justicia contra los responsables, los empleadores que durante años nos han obligado a mantenernos en estrecho contacto con las fibras de amianto. Pero, desafortunadamente, no consideré que la justicia difícilmente ayudaría a los trabajadores, a los más débiles, a los que sufrieron o siguen sufriendo hoy, porque en los recursos legales, las sentencias fueron y siempre serán a favor de los más fuertes.
Presidente Mattarella: La mía no es una recriminación o un resentimiento contra quienes deben ejercer la profesión de jueces, ya que siempre he creído que la justicia es la misma para todos, pero tuve que notar que eso no sucede: se denota con las sentencias de ex víctimas y víctimas de «Eternit», de la «Sociedad Pirelli», de la «Fibronit», del «Establecimiento Ferroviario ex SNOS», ex «Fiat», ahora «ALSTOM», de la Marina Militar, sentencia 14/01/2019, donde no se tuvo en cuenta que el HECHO era trágicamente evidente y medible y que es el mismo Fiscal de Padua el que solicitó la absolución de las cumbres militares, «porque las cumbres militares no tienen autonomía de gasto», y que ha contado, solo en la Marina Militar, 1101 víctimas de patologías relacionadas con el asbesto, de las cuales 570 mesoteliomas, ¡más de 600 muertes!, de los «Ferrocarriles del Estado» y otras industrias, grandes y pequeñas.
Presidente Mattarella: Lamento ver la gran apatía e indiferencia que tengo que ver a diario y contar en el Gobierno, en los Ministerios y en la Institución, que deben, con inmensa seriedad, prestar atención al problema Amianto. Quisiera, sinceramente, desde el corazón profundo, estar equivocado, pero no lo estoy, incluso si no quiero explicarme si es una evaluación desde la inconsciencia, o si pienso deliberadamente que el problema, tan grave y tan importante, no debe ignorarse.
Presidente Mattarella: Estas personas no han comprendido que, al examinar el número de muertes, solo en Italia, parece una guerra, un exterminio, un sufrimiento atroz de ex expuestos, de familiares y de ciudadanos. No entendieron que es su tarea, según lo previsto por nuestra Constitución, la protección y la integridad física y psicofísica de los ciudadanos.
Presidente Mattarella: No quiero alargarme lo siento, porque desde septiembre de 2018, después de la conferencia celebrada en Milazzo (Sicilia), donde estuvo presente el Ministerio de Salud, I.S.S. de Roma, de la Región de Sicilia, de los médicos, de los Sindicatos Nacionales y de personas altamente calificadas y preparadas sobre el problema del asbesto, habiendo solicitado reuniones con los Ministros de Trabajo, Medio Ambiente, Justicia, Economía y Salud, con respuestas prometedoras, que habría de recibir lo antes posible, para discutir la moción hecha en esa conferencia, e incluso hoy, imaginando que están muy ocupados en temas considerados, sin duda, con prioridad al problema del asbesto, estoy esperando su llamada, ¿quién sabe si ocurrirá, y cuándo?
Presidente Mattarella: Conozco muy bien su seriedad, su profesionalidad, su orgullo de ser sureño como yo, por lo que le pido, en nombre de las Asociaciones, Comités y Víctimas de Asbesto que represento, la posibilidad de una reunión, si la considera importante, para poder conocer el inmenso problema relacionado con el asbesto, ya que solo quiero hacerle entender que, asumiendo que al 31 de diciembre de 2019, por decisión de los ministerios responsables, lográramos eliminar el asbesto del territorio nacional italiano, por otros 20, 30 o 40 años más de edad, quienes serán, ciertamente no yo, quienes deberán seguir hablando sobre patologías del asbesto, por el trabajo o la exposición ambiental, antes de la eliminación total.
Decir que lo siento y pido perdón si llegué a importunarle, pero el problema es muy importante para mí, ya que no me gustaría contar las muertes diarias relacionadas con las fibras asesinas, las últimas en Sant’Agata di Militello (provincia de Mesina, Sicilia), y esperando su cordial respuesta.
Con mis saludos cordiales,
El Presidente de la C.N.A. Salvatore Nania
Milazzo (Sicilia), 24/01/2019
Nota del traductor:
A través de Facebook, Fernanda Giannasi me hace partícipe del siguiente texto:
«Amianto en Italia (agencia Asa): el empresario suizo Stephan Schmidheiny, poderoso ex jefe del grupo Eternit, incluso de la subsidiaria brasileña, fue acusado, por el juez de Nápoles, de homicidio voluntario, con eventual dolo, en relación con la muerte de seis trabajadores y dos de sus parientes, por cáncer causado por la exposición al amianto en la fábrica de Eternit en Bagnoli, un barrio en la periferia oeste de Nápoles. El juicio comenzará el 12 de abril de 2019, ante la segunda sección de la corte de «d’ assise» de Nápoles. Este es un tribunal italiano, compuesto por dos jueces profesionales y seis jueces legos, que son seleccionados entre las personas comunes. La Corte «D’ assise» tiene jurisdicción para juzgar todos los crímenes con pena máxima de 24 años de prisión, o más. Estos son los crímenes más graves, como terrorismo y homicidio (según la definición de Wikipedia)».
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