En las últimas semanas, el anuncio inesperado de la exdiputada laborista Zarah Sultana sobre la creación de un nuevo partido a la izquierda del Partido Laborista fue recibido con entusiasmo por millones de personas de todo el Reino Unido, impacientes por respaldar a una fuerza política que se oponga a un gobierno que apoya el genocidio y la austeridad.
En el momento de escribir estas líneas, más de 650.000 personas han firmado su adhesión al proyecto. Y por encima del típico silencio mediático, el anuncio también ha dado pie a un vivo debate en la izquierda, consciente de su ausencia forzada del debate político dominante desde 2022.
La semana pasada, el redactor asociado de Tribune, Marcus Barnett, se reunió con el exdirigente laborista Jeremy Corbyn, una figura clave en el desarrollo del nuevo partido, a fin de comentar algunas de las diferentes posturas que se plantean, desde cuestiones sobre la amplitud que pueda tener una broad tent (partido de masas) hasta si es posible evitar los errores del pasado en relación con el desafío electoral al Partido Laborista.
Marcus Barnett (MB): El lanzamiento de un proyecto de nuevo partido de izquierda ha vuelto a encender las esperanzas de miles de personas de hacer que su país y su mundo sea un lugar mejor. ¿Qué piensas que revelan las adhesiones sobre la magnitud del desempoderamiento político?
Jeremy Corbyn (JC): Seiscientos cincuenta mil personas no firman la adhesión a un nuevo partido porque sí. Firman porque están hasta la coronilla. Están hartas de que las empobrezcan mientras que los ricos se enriquecen todavía más. Están hartas de que suba el recibo del agua mientras se revientan tuberías y se ensucian nuestros mares. Están hartas de plantear demandas básicas (como que se asegure que las personas discapacitadas reciban algún apoyo para poder vivir dignamente‒) y que no les hagan caso. Están hartas de no poder intervenir en decisiones que les afectan en la vida cotidiana.
Mira los problemas que tiene la sociedad actualmente: los bancos de alimentos son un aspecto importante de miles de personas. Las inquilinas que viven en pisos del sector privado se gastan bastante más de la mitad de sus salarios netos en el pago del alquiler. Los niveles de estrés de personas de todas las edades son muy elevados. Cuando un gobierno toma posesión prometiendo que las cosas cambiarán y luego nada cambia, por algún lado se romperán las costuras. Esta energía ha estado contenida durante un tiempo, dado que ninguna de estas cuestiones es nueva. Los sucesivos gobiernos se han negado a hacer algo al respecto, y esto tendrá consecuencias: cosechan lo que han sembrado.
Anunciar la página web del partido ha sido como observar la rotura de una presa. Gente a la que se había negado una alternativa real tenía de pronto algo a que adherirse. Tenía un motivo para la esperanza. Expusimos una visión política muy rudimentaria, basada en principios fundacionales como la igualdad y la paz. Incluimos la propiedad pública, impuestos a la riqueza, viviendas sociales y solidaridad con Palestina. No necesitábamos presentar una visión más detallada, entre otras cosas porque esta la decidirán las y los miembros del partido, pero sí mostrar el rumbo del viaje que pretendemos emprender. Es un rumbo que ha sido denegado a la gente durante mucho tiempo: uno que trata de redistribuir la riqueza y el poder.
MB: ¿Tenéis alguna idea de la clase de personas que se han adherido?
JC: Como era de esperar, hemos recibido muchas firmas de grandes ciudades, como Londres, Liverpool, Manchester y Newcastle. Sin embargo, una cosa que me ha sorprendido es en general la amplitud y el equilibrio de los apoyos entre todas las regiones y naciones. Donde contamos con más simpatizantes es en Londres, el Noroeste, Yorkshire y la región de Humber, pero también vienen de muy lejos, incluso de las islas Hébridas Exteriores. Esto responde al hecho de que los problemas a que nos enfrentamos son fundamentales y afectan a personas de todo el país: la pobreza, los bajos salarios, el estrés, el deterioro de los servicios públicos, el creciente aislamiento social.
Está claro que la mayoría de personas que me dicen que han firmado ha estado esperando un tiempo. Se muestran entusiastas, casi impacientes, pero sobre todo parecen esperanzadas. También me han contactado personas que de hecho nunca se han implicado hasta ahora en política. Ha sido una reacción parecida a lo que vi durante nuestra campaña electoral el año pasado. Estamos construyendo un nuevo tipo de partido político que acogerá en su seno a la gente a la que nuestro anticuado sistema bipartidista ha negado la voz.
MB: Impacientes seguro; desde que te suspendieron del Partido Laborista no han cesado los llamamientos a crear un nuevo partido político encabezado por ti y tus principios. El anuncio parece el colofón de un proceso muy largo que comenzó con los ataques de la derecha laborista contra ti hace casi media década. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí?
JC: Han sido muchas las compañeras y compañeros que me han abordado estos años diciendo que hace falta una nueva voz política en este país. Después de que me suspendieran como miembro del Partido Laborista Parlamentario, seguí siendo miembro del Partido Laborista como diputado raso, contando con el apoyo de muchos y muchas camaradas de mi circunscripción, que querían afirmar sus derechos democráticos como miembros del partido. Keir Starmer me impidió finalmente entrar en la lista de candidatos laboristas, cosa que fue un vergonzoso atentado contra la democracia local; mi opinión es que es la gente quien debe decidir. Por eso me presenté como candidato independiente.
Pensé que ganar una elección como independiente antes de lanzar un partido sería un hecho históricamente significativo. Me pareció que ganar en Islington Norte era importante, no solo para nuestra comunidad, sino también para más gente. Crear un nuevo partido de antemano, con relativamente poco tiempo, habría implicado probablemente que tendría que viajar por todo el país, lo que habría supuesto un coste significativo para nuestra campaña a nivel local.
Fue durante la campaña electoral cuando se puso de manifiesto por qué haría falta una nueva voz en un futuro cercano. Me sorprendió la cantidad de personas con las que nunca me había encontrado, de todo el país, muchas de las cuales no habían estado implicadas en política, y que de pronto querían formar parte de nuestra campaña. Esto fue para mí un indicador del nivel de apoyo con que podía contar una alternativa política real.
Desde las elecciones han proliferado los llamamientos a la creación de un nuevo partido político. He tenido un montón de discusiones con un montón de gente y me ha quedado cada vez más claro por qué un nuevo partido no solo es posible, sino absolutamente necesario. Seamos claros: el Partido Laborista ha incumplido de pe a pa las promesas de cambio que había hecho, tanto si es su negativa a eliminar el tope a las prestaciones por hijos, la abolición de las prestaciones por discapacidad, su traición a las mujeres que luchan por obtener una compensación del Estado por mala administración del sistema de pensiones, el recorte a las ayudas para la calefacción en invierno, como su cruel complicidad en la matanza del pueblo palestino.
Y ahora nos hallamos en una situación en que el laborismo allana el camino a un gobierno de extrema derecha de Reform UK. Estamos en un momento crítico de la política británica, y por eso hemos decidido lanzar un nuevo partido político. Si queremos vivir en una sociedad en que reine la igualdad, la inclusión y la paz, no la desigualdad, la división y la guerra, entonces necesitamos buscar una alternativa.
MB: Ha habido una decisión consciente de construir una estructura completamente nueva. ¿Qué idea subyace a esta decisión? ¿Tiene que ver con los problemas que habéis previsto en un partido construido desde arriba? ¿Se basan en vuestra experiencia en el Partido Laborista, o incluso en la dirección del mismo, por ejemplo?
JC: Durante los últimos cuarenta años en el parlamento he podido comprobar de primera mano los motivos de que nuestro sistema político esté completamente averiado.
Uno de esos motivos se halla en la estructura de nuestros partidos políticos. Están jerarquizados, centralizados y burocratizados. Cuando estuve a la cabeza del Partido Laborista me topé con una feroz oposición a la constitución de unidades de organización comunitaria (COUs en inglés), la premisa fundamental que debía permitir que las comunidades locales se autoorganicen, dado que conocen las cuestiones que afrontan. Esto genera confianza y el partido se arraiga dentro de esas comunidades, facilitando un éxito electoral mucho mayor. En 2019, nuestros resultados fueron superiores en las localidades en que existían COUs. Si no hubiera habido esa obstrucción burocrática que retrasó su implantación, podríamos haber tenido un impacto mucho mayor.
Observando actualmente el Partido Laborista, da la sensación de que sus diputados y diputadas temen a la gente a la que se supone que representan, y cuando tienes partidos supercentralizados, verás malas políticas como la privatización de servicios públicos, como la invasión de Irak o como la austeridad.
Por eso hemos tratado de hacer algo diferente. La política debería buscar el empoderamiento, y eso es lo que quiero que busque este partido. Un partido que sea abierto, inclusivo, de base popular y democrático. A mucha gente de los medios le cuesta entender la idea de dejar que la gente común determine el futuro de nuestro partido. A las 650.000 personas que se han adherido no les ha costado tanto entenderlo.
Hacia finales de año queremos reunirnos en una conferencia inaugural para decidir la orientación del partido y su programa, pero esa conferencia no surgirá de la nada. Será el fruto de una serie de reuniones de discusión que tendrán lugar por todo el país. Más que meros mitines, esas reuniones brindarán la ocasión para que las comunidades, los movimientos sociales y los sindicatos se junten para discutir las cuestiones principales que deberán afrontar nuestro partido y nuestro país en el futuro. Estas reuniones darán pie a grandes debates, cosa que me parece muy bien. La democracia está para eso.
MB: ¿Qué podría significar realmente una organización democrática en este contexto? ¿Cómo se relacionará el partido con los movimientos sociales más amplios, como las asociaciones de inquilinas o las organizaciones antiguerra?
JC: Hace poco escribí en un artículo que uno de los mayores errores que puede cometer un partido es pensar que tiene que elegir entre el parlamento y otras formas de acción. Hemos de organizarnos en todas partes: en las localidades, en el parlamento, en los lugares de trabajo y en nuestros barrios. Ahí está el poder de un partido democrático: puede empoderar a la gente común para que decida sus propias prioridades, no a gente entrenada para presionar a los diputados y diputadas en el parlamento. Así es cómo relacionamos campañas en el conjunto de la sociedad.
Si examinas el año pasado en la política, hay quienes dirán que estuvo marcado por el fracaso laborista. Yo digo algo un poco distinto: estuvo marcado por el crecimiento extraordinario de movimientos sociales, sindicatos obreros, sindicatos de inquilinas, activistas por la justicia para la gente discapacitada, luchas antirracistas, activistas climáticos y activistas por la paz. Estos grupos ya pueden conseguir muchas cosas por sí mismos, así que imagina todo lo que podrían lograr juntos, si estuvieran empoderados para ello.
MB: Si tomamos la temperatura de varios sindicatos, muchos y muchas sindicalistas de base y altos cargos sindicales, que tradicionalmente apoyarían a la izquierda laborista o incluso al ala derecha del partido, expresan una curiosidad real por el nuevo proyecto.
JC: Hablo regularmente con cuadros sindicales, dirigentes y miembros, y está muy claro que existe un amplio descontento con el rumbo que ha emprendido este gobierno. Quiero que nuestro nuevo partido colabore con sindicatos y movimientos sociales por todo el país. Personalmente estoy encantado de colaborar con toda clase de sindicatos. También quiero que el partido apoye a la gente trabajadora que no ha podido organizarse, particularmente en el mundo del trabajo precario. Hace unos meses celebramos un fantástico Foro Popular en Islington Norte, que se centró en esta cuestión del trabajo precario. Hubo acuerdo en que las mejoras reales vienen cuando la gente actúa como fuerza unida.
También es importante que no veamos el movimiento sindical como algo separado de otras partes de nuestro movimiento, como el movimiento por la paz. He tenido el placer de reunirme con Chris Smalls, de EE UU, activista sindical en Amazon. Recientemente se unió a la Flotilla de la Paz que puso rumbo a Gaza. Es la demostración de que no hace falta elegir entre movilizarse por la clase trabajadora y movilizarse por Palestina. ¡Hemos de hacer las dos cosas!
MB: Sobre una cuestión similar, ¿en qué momento puedes decir que una coalición puede ser demasiado amplia? ¿Qué contradicciones ves que están surgiendo y cómo podrían superarse?
JC: Trabajo a gusto con mis colegas diputados independientes, sobre todo interviniendo al unísono contra el genocidio en Gaza. Han dado muchas esperanzas a gente que sabe que en el parlamento hay diputadas y diputados que defienden abiertamente al pueblo palestino. No siempre estamos de acuerdo en todo, pero hemos llevado a cabo una oposición clara en una serie de asuntos: el tope a las prestaciones por hijos, los recortes de las ayudas para la calefacción en invierno, los recortes de las prestaciones a personas discapacitadas y la venta de armas a Israel.
Creo en la fuerza de la unidad a través de la democracia. Sí, este nuevo partido conocerá desacuerdos y divisiones. Debemos abordarlas con mentalidad abierta y honestidad y basarnos en instituciones democráticas para obrar a través de ellas de manera constructiva y productiva. Hemos de construir un movimiento que reconozca la diversidad de opiniones, pero que defienda los derechos humanos y la dignidad de todas las personas. Debemos estar unidos contra la opresión y los prejuicios en todas sus formas, y seguro que lo estaremos.
MB: Sobre la base de lo aprendido de todas las experiencias, desde el SLP (Socialist Labour Party) hasta Respect, ¿qué piensas sobre cómo un partido de izquierda puede sobrevivir a desastres habituales, causados por el culto a la personalidad y las guerras internas sectarias?
JC: Quiero que este partido sea abierto, inclusivo y de base amplia. La estructura debe reflejar de alguna manera la amplitud geográfica de nuestras bases y empoderar a las comunidades locales para impulsar cambios desde abajo. Lo que no quiero son batallas interminables en torno a quién ha de estar en qué comité nacional.
La manera de mantener unido un partido consiste en mantenernos fieles a cuestiones fundamentales como la lucha contra la pobreza infantil, por los derechos humanos y por la paz. Recordemos por qué lo hacemos: para transformar la sociedad mediante la redistribución de la riqueza y del poder. Esto no va de nosotros como activistas. Esto va de millones de personas que merecen una vida mejor. Esto va de niños y niñas que viven en la pobreza. Va del pueblo de Palestina. Va de ellos, no de nosotros.
MB: ¿Y qué piensas de una alianza con los Verdes?
JC: Este nuevo partido se mostrará muy firme en cuestiones medioambientales, pues creemos que la justicia climática es justicia social. Colaboraremos con los Verdes allí donde podamos colaborar, sin duda en cuestiones medioambientales, pero espero que también en la defensa de la paz y los derechos humanos. Siempre estoy abierto a colaborar con personas y grupos con ideas similares. La cooperación nos hace más fuertes.
Conozco a muchos miembros de los Verdes. Trabajo a gusto con diputadas y diputados de los Verdes en el parlamento, y hemos colaborado siempre que hemos podido. Esto nos ha ayudado a formar una alianza de oposición frente a varias cuestiones, en particular los recortes de las prestaciones a personas discapacitadas. También he actuado junto con Zack Polanski en diversas campañas y hemos aparecido juntos en muchas plataformas contra la austeridad.
Marcus Barnett es secretario internacional de Young Labour (Juventudes Laboristas) y redactor asociado de Tribune.
Tomado de https://vientosur.info/a-proposito-del-nuevo-partido-de-izquierda-entrevista-a-jeremy-corbyn/