Una ola de suicidios en Francia y otros países europeos plantea fuerte interrogantes sobre las precarias condiciones laborales impuestas por modelos gerenciales autoritarios, en los que sólo se tiene en cuenta los resultados.
Los suicidios coinciden con las conclusiones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en cuanto a que las políticas de libre comercio han deteriorado las condiciones laborales en todo el mundo.
En France Telecom, la mayor empresa de comunicaciones de Francia, 25 trabajadores se han quitado la vida en los últimos 18 meses. Sólo este mes murieron de este modo cuatro empleados de esta compañía privada con inversiones en distintas partes del mundo. En todos los casos, las víctimas habían dicho que sufrían presiones insoportables en el trabajo.
Todos ellos «trabajaban en sectores de France Telecom notorios por su cruel clima laboral. En la empresa no hay lugar para la humanidad, aquí sólo importan los resultados», dijo a IPS Patrice Diochet, dirigente del sindicato de trabajadores de la compañía.
Otrora estatal, France Telecom fue vendida en 1998. En los 10 años que siguieron, la gerencia eliminó 22.000 puestos de trabajo e implementó una política de constante rotación de personal en los rangos medio y bajo.
Pero tal manejo de los recursos humanos se ha vuelto cosa cotidiana en varias de las principales empresas francesas.
En los últimos meses también se reportaron casos de suicidios en otras empresas francesas. Varios trabajadores de las fábricas automotrices Renault y Peugeot se mataron en los últimos dos años, dejando cartas en las que señalan que su decisión se debía a las malas condiciones laborales.
David, de 30 años, se suicidó en febrero tras escribir una misiva en la que decía que sus tres supervisores eran «bastardos» que «siempre presionan a los trabajadores».
«A David lo mató el trabajo», dijo a IPS su esposa, Nathalie.
Francia registra la tercera mayor proporción de suicidios vinculados a motivos laborales en las industrias, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), detrás de Estados Unidos y Ucrania, en orden descendiente.
La Confederación General de Trabajadores, la mayor central sindical de Francia, señala que unas 400 personas se suicidan cada año en el país debido a dificultades relacionadas con el trabajo.
En France Telecom, el gerente Didier Lombard primero habló de «una moda de suicidios», y describió a las muertes como «cosas que ocurren». Pero la presión política desembocó en la destitución del funcionario que le seguía en la escala jerárquica, Louis-Pierre Wenes.
Wenes había acusado a los sindicatos y a la prensa de manipular y dramatizar en exceso la ola de autoeliminaciones, por motivos políticos.
A consecuencia de las protestas, France Telecom suspendió la política de rotación de puestos. También instaló cercos altos en las azoteas y rejas en ventanas en sus edificios más altos para reducir la cantidad de suicidios.
El ministro de Trabajo, Xavier Darcos, firmó un acuerdo con los sindicatos para promover un plan nacional contra el estrés en los lugares de trabajo.
Darcos señaló que su cartera multará a las empresas con más de 1.000 empleados que no implementen el plan de prevención. Una primera sanción será la publicación de una lista de las compañías que no obedezcan las nuevas directivas.
Psicólogos y dirigentes sindicales de otros países europeos también reportan un aumento del estrés en el entorno laboral.
«Los suicidios debidos a condiciones laborales precarias y estresantes no son un fenómeno exclusivamente francés. Por lo menos 27 por ciento de los trabajadores de la Unión Europea (UE) consideran que su salud y seguridad están en riesgo a causa de su trabajo», dijo a IPS Laurent Vogel, quien investiga la salud laboral en el Instituto Europeo de Sindicatos, con sede en Bruselas.
«En toda Europa se producen suicidios en el lugar de trabajo, pero éstos no aparecen en las estadísticas laborales», continuó.
Admitir «el suicidio en el trabajo es un tabú, porque cuestiona la constante búsqueda de una mayor productividad y eficiencia», agregó Vogel.
Alemania no posee estadísticas sobre suicidios en el lugar de trabajo. «Pero muchos sindicalistas me han dicho que ocurren también en ese país», declaró a IPS Dieter Sauer, profesor de ciencias sociales en la Universidad del Ejército de Munich.
El profesor Michael Schumann, de la alemana Universidad de Göttingen, señaló que «el nuevo mundo laboral está signado por una creciente crueldad hacia el individuo».
Según el psicólogo François Desriaux, también editor del mensuario francés Santé & Travail (salud y trabajo), «si las empresas modernas quieren abordar realmente el problema (de los suicidios causados por estrés laboral), no necesitan examinar a los trabajadores; es el trabajo el que necesita ser auscultado».
El nuevo gerenciamiento de organizaciones y recursos humanos, cuyos únicos parámetros son la alta productividad y eficiencia, han introducido «tanto a trabajadores como a empresas en un callejón sin salida», dijo Desriaux a IPS.
«Para solucionar la crisis, no es suficiente limitar los daños intentando sanar a los trabajadores más frágiles. La prioridad debe ser redefinir el significado de un trabajo bien hecho, llevar a cabo una revolución en el manejo de organizaciones corporativas y personal», sostuvo.