Cuando escuché la reciente intervención del presidente de Bolivia, Evo Morales, en la 72 Asamblea General de la ONU, recordé los contundentes discursos pronunciados en esa misma tribuna internacional por los líderes históricos de las revoluciones cubana, Fidel Castro, y bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez. Morales, al igual que en reiteradas ocasiones lo hicieron Fidel […]
Cuando escuché la reciente intervención del presidente de Bolivia, Evo Morales, en la 72 Asamblea General de la ONU, recordé los contundentes discursos pronunciados en esa misma tribuna internacional por los líderes históricos de las revoluciones cubana, Fidel Castro, y bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez.
Morales, al igual que en reiteradas ocasiones lo hicieron Fidel y Chávez en Nueva York, le cantó las 40, como se dice en buen castellano, al imperio de Estados Unidos en el mismísimo corazón de ese país, y lo responsabilizó con los males que aquejan hoy a la humanidad.
El Gran Jefe Indio de la Patria Grande, bautizado así por los pueblos de Nuestra América, aseguró que el mundo está actualmente atravesando por la peor crisis desde la fundación de la ONU, en 1945, y culpó de esa grave situación a Washington, en particular, y al sistema capitalista, en general.
El mandatario boliviano describió con denuncias concretas las reales causas que han provocado que el mundo haya retrocedido peligrosamente, en detrimento de la paz y la preservación del planeta tierra para las futuras generaciones.
Se refirió explícitamente a las guerras, las agresiones, el intervencionismo y el terrorismo que promueve Estados Unidos, en su intento desesperado por mantener a toda costa la hegemonía internacional.
Afirmó que es inadmisible que la actual administración norteamericana haya renunciado a los Acuerdos sobre el Cambio Climático, suscritos en Paris, en 2015, siendo ese país del Norte uno de los mayores contaminantes del Medio Ambiente.
Huracanes, terremotos y sequias, entre otros fenómenos naturales, son provocados por el calentamiento global causado por la contaminación de los Estados ricos, y que sin embargo los sufren más las naciones pobres, expresó el líder boliviano.
Fue firme al señalar que América Latina ya no es «patio trasero» de nadie, y en ese sentido condenó enérgicamente las amenazas del Pentágono y la Casa Blanca contra Venezuela, además de exigir el fin del bloqueo que Washington le impone a Cuba desde hace más de 55 años.
No faltaron en su intervención el reclamo soberano de Bolivia a una salida al mar, manifestaciones de solidaridad con todas las causas justas de los pueblos, así como su defensa reiterada de la Pachamama (Madre Tierra).
Morales llamó a construir un Puente Mundial de Paz que detenga el grave peligro que se cierne sobre la humanidad.
Una vez más el Gran Jefe Indio de la Patria Grande no dejó duda alguna de sus profundos ideales antiimperialistas, y de que es un valiente y auténtico discípulo de Fidel y Chávez.
Para ambos líderes históricos de Nuestra América y del mundo, Morales manifestó en su discurso su sentido homenaje, al igual que para el Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara, a quien se le rendirá tributo en Bolivia en octubre venidero, en ocasión del 50 aniversario de su caída en combate.
El presidente boliviano concluyó que Fidel, Chávez y el Che advirtieron reiteradamente en esa misma tribuna de la ONU que en el imperio nunca se puede confiar.
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