Las elecciones generales celebradas el pasado fin de semana en Irlanda han estado marcadas por dos acontecimientos históricos. El primero, el hundimiento,del Fianna Fail, partido que (solo o en coalición) ha gobernado casi ininterrumpidamente Irlanda desde la fundación del Estado en 1926. El segundo, de gran importancia para la izquierda anticapitalista, la aparición a nivel […]
Las elecciones generales celebradas el pasado fin de semana en Irlanda han estado marcadas por dos acontecimientos históricos.
El primero, el hundimiento,del Fianna Fail, partido que (solo o en coalición) ha gobernado casi ininterrumpidamente Irlanda desde la fundación del Estado en 1926. El segundo, de gran importancia para la izquierda anticapitalista, la aparición a nivel parlamentario de la UNITED LEFT ALLIANCE (Alianza de la Izquierda Unida) que con más de 57.000 votos consiguió 5 escaños y colocó a otros 3 candidatos con porcentajes superiores al 5% de los votos.
La ULA esta integrada por el Socialist Party, People Before Profit Alliance (partido creado por iniciativa del Socialist Workers Party, organización hermana de En Lucha en Irlanda) y por el colectivo Workers and Unemployed Action Group del distrito de Tipperary.
Estas elecciones se celebraron en el contexto de una profunda crisis, el derrumbe de la economía irlandesa, la intervención de la Unión Europea y el FMI y un plan de austeridad aprobado el pasado mes de noviembre por el gobierno saliente del Fianna Fail y sus socios de Los Verdes, que han sido también castigados en las urnas perdiendo sus 6 diputados.
Prueba del vuelco que ha dado la situación es el caso de Dublín, donde el Fianna Fail tenía 20 escaños y se ha quedado con uno, mientras los anticapitalistas obtenían 38.808 votos y unos porcentajes superiores al 11%, llegando en algunos casos, como el de Seamus Healy, al 22%.
No se espera que el nuevo gobierno, sea cual sea su composición, suponga un cambio cualitativo de la situación. Tanto el Fine Gael como los Laboristas (los grandes vencedores) aceptan los términos básicos de austeridad impuestos por la UE y el FMI.
Aunque han sido elegidos 13 independientes (muchos de ellos conservadores) no parece probable que el Fine Gael no se arriesgue a un gobierno débil y de minoría con algunos de esos independientes, teniendo en cuenta que le tocará negociar los términos de las ayudas del FMI y las consiguientes medidas que tendrán que aplicar y que van a suponer un empeoramiento de las condiciones de vida de las clases trabajadoras: privatización de servicios, revisión de las prestaciones por desempleo, un impuesto sobre el agua, recortes en el empleo público… Parece lógico que se repita el gobierno de coalición con los laboristas que ya pusieron en práctica en 3 ocasiones, la última en el 82.
El Sinn Fein, que ha experimentado un crecimiento notable pasando de 4 a 14 escaños, si bien ha manifestado una oposición a la UE y la intervención del FMI y rechazó los presupuestos presentados por el pasado gobierno en diciembre, pone en práctica una oposición excesivamente débil. Prueba de ello es que tanto en los Consejos locales de algunas zonas del sur como en la asamblea Ejecutiva (en Irlanda del Norte) ha aceptado recortes y en algunos casos los ha puesto en práctica.
En esta situación le corresponde a la coalición anticapitalista convertirse en la única oposición real a los planes de austeridad y la dinamizadora de una radicalización de las luchas.
Xoan Vázquez es militante de En Lucha / En lluita.
http://www.enlucha.org/site/?
[VERSIÓ EN CATALÀ: http://www.enlluita.org/site/?