Claridad y política, cuando se habla de Italia, pueden verse como dos términos incompatibles. Pero este domingo se produjo una excepción que deberá confirmarse con el paso de los días. Un político italiano, Gianfranco Fini, habló claro a petición del primer ministro, Silvio Berlusconi, que le había ofrecido el viernes un nuevo pacto de legislatura. […]
Claridad y política, cuando se habla de Italia, pueden verse como dos términos incompatibles. Pero este domingo se produjo una excepción que deberá confirmarse con el paso de los días.
Un político italiano, Gianfranco Fini, habló claro a petición del primer ministro, Silvio Berlusconi, que le había ofrecido el viernes un nuevo pacto de legislatura. En el cierre de la primera conferencia de su partido, Futuro y Libertad (Fli), el presidente de la Cámara dijo que «la única posibilidad para que haya un nuevo pacto de legislatura es que Berlusconi muestre el coraje político que ha tenido en otras ocasiones y presente su dimisión».
Si va en serio, Fini retiró a Il Cavaliere la respiración asistida y puso en marcha el cronómetro para la convocatoria de elecciones anticipadas. Pero primero hay que ver si el Fli está dispuesto a encabezar la revolución contra el primer ministro. Al menos, los pasos que ha ido dando en estos tres últimos meses dan a entender que así es.
Pasos calculados
El pasado mes de julio se produjo una ruptura total en el centro derecha italiano. Berlusconi, harto de que Fini criticase sus maniobras para blindarse de la Justicia por los varios procesos que le acechan, lo expulsa del Pueblo de la Libertad, principal formación del Gobierno fundada por ambos en 2008.
Berlusconi se niega a dimitir: «Si quieren que me vaya, que voten en contra en el Parlamento»
Lejos de retirarse, Fini consiguió el apoyo del presidente de la República, Giorgio Napolitano, para mantener su puesto como presidente del Parlamento, y fundó el Fli. Al absorber a más de una treintena de diputados, la coalición de derechas se quedó coja y sujeta a los votos de los finianos en la Cámara.
Este hecho, sumado a los últimos escándalos de prostitución que salpican a Berlusconi y la perceptible parálisis del Ejecutivo, han terminado por crear un ambiente preelectoral que se confirmó este domingo.
Para evitar las urnas, debe caer el premier. Pero éste ya ha dejado claro que no va a vender tan barata su piel. «Si quieren que me vaya, que voten en contra en el Parlamento», ha dicho a sus allegados según recogía la prensa.
La confirmación
Pero en el fondo, Berlusconi debió pensar hoy que al final es mejor que se hable de prostitutas y fiestas. Porque cuando se habla de política son pocos los que lo defienden. Ése que llama su «único aliado fiel», Umberto Bossi, líder de la separatista Liga Norte, afirmó tras el discurso de Fini estar metido «detrás de los arbustos». Una manera muy sutil de decir que se apañe como pueda.
El Pdl, en un comunicado, calificó de inadmisible la petición de Fini estando tan reciente «la moción de confianza». Y de aquí vienen las dudas. El Fli, después de muchas amenazas, votó a favor de las reformas presentadas por Berlusconi en el Parlamento a finales de septiembre, insuflando un poco de vida a Il Cavaliere.
Sin embargo, los líderes de izquierdas acogieron con esperanza la propuesta del presidente de la Cámara.
«Hoy Fini ha dado un paso adelante confirmando que el berlusconismo se está apagando. Es el último paso ante la evidencia de una crisis política», dijo Pierluigi Bersani, máximo exponente del Partido Democrático. Por su parte, Antonio Di Pietro, de la Italia de los Valores, mostró su apoyo a Fini «para presentar una moción de confianza».
Un partido basado en la legalidad
Pero si Berlusconi no dimite, ¿qué propone Fini? Según explicó, el Fli será una alternativa de centro derecha a la europea, «basado en la legalidad, el sentimiento de pertenencia a una nación y que respete los derechos de las personas». Porque para Fini, el Pdl se ha convertido en el partido «más retrógrado» a nivel europeo.
«Nosotros velaremos por la tutela de los derechos civiles de todos. Respetar a las personas quiere decir que no se puede diferenciar entre blancos y negros, cristianos, musulmanes o judíos, entre hombres y mujeres o entre heterosexuales y homosexuales», dijo el líder del Fli en clara referencia a la frase homófoba de Berlusconi de la pasada semana: «Mejor ser un apasionado de las mujeres guapas que ser gay«.
Además, la línea política se centrará en la recuperación económica, el trabajo, el diálogo social y político, la familia independientemente de su forma y la legalidad.
Con este programa, Fini demuestra, no sólo tener una alternativa a Berlusconi, sino haber dejado atrás su oscuro pasado como representante del neofascismo musoliniano.
Y es que el que una vez fuera líder de Alianza Nacional y confesara que Musolini había sido el mejor estadista que había dado Italia, hoy critica la demonización sistemática que hace Berlusconi de la izquierda. «El Fli nunca será un partido ajeno a la izquierda y reconoce su labor diaria», dijo.