Con el 2,58% de los votos, los resultados de las listas LCR-LO están muy lejos de lo esperado.Los resultados de las elecciones europeas representan un fracaso para las listas LCR-LO. Con un total de 432.000 votos, el 2,58% de los votos emitidos, en las siete circunscripciones de la Francia metropolitana, se está muy lejos de […]
Con el 2,58% de los votos, los resultados de las listas LCR-LO están muy lejos de lo esperado.
Los resultados de las elecciones europeas representan un fracaso para las listas LCR-LO. Con un total de 432.000 votos, el 2,58% de los votos emitidos, en las siete circunscripciones de la Francia metropolitana, se está muy lejos de los resultados esperados. De una circunscripción a otra, incluso de un departamento a otro, no aparecen variaciones significativas, todos los resultados departamentales son inferiores al 3,6%. Recordemos que en las elecciones regionales del mes de marzo, habíamos recogido más de un millón de votos y que hace cinco años, en las precedentes elecciones europeas, habíamos obtenido más de 900.000 votos (y 5,23% de los votos). De una elección a otra nuestro resultado se ha dividido por dos.
Sin duda es demasiado pronto para sacar todas las enseñanzas de este escrutinio. Carecemos aún de mucha información, principalmente en lo que se refiere al perfil sociológico del electorado y de la abstención. Pero con casi el 57% de abstención, ésta alcanza un nuevo récord. Sobre todo, parece que haya cambiado algo de naturaleza en relación a 1999. En efecto, en las elecciones europeas de 1999, si la abstención había sido ya muy fuerte (cerca del 53%), fue en la franja de 18-24 años donde había sido más débil, con el 47% (Le Monde del 15 de junio de 1999).
Según un sondeo Louis Harris-Libératiion, solo el 22% de los menores de 34 años han ido a votar el domingo 13 de junio, es decir, ¡una tasa de abstención del 78%!. Indudablemente, esta muy fuerte abstención ha influido en los resultados de las corrientes políticas que tradicionalmente logran una gran parte de sus sufragios en las capas más jóvenes del electorado. Es el caso de las listas de la extrema izquierda, es sin duda también una de las explicaciones del debilitamiento de los Verdes. Quedan por comprender y analizar las razones de este cambio tan enorme de una elección europea a otra.
Segunda explicación, la amplitud de la abstención en las capas más populares. Incluso si no disponemos aún de todas las cifras, las tasas de participación en los barrios periféricos de las grandes ciudades muestran que la abstención, muy fuerte ya hace cinco años, ha progresado más particularmente en las ciudades que dan sus mejores resultados a la extrema izquierda.
Estas explicaciones sociológicas, reales, la ausencia general de interés por esta campaña electoral no bastan para explicar la pérdida de más de 460.000 votos en cinco años. A gran escala, no ha parecido útil votar por las listas LCR-LO y enviar de nuevo diputados revolucionarios al Parlamento europeo. La derrota de la movilización sobre la cuestión de las jubilaciones el año pasado, los ataques contra el sistema de salud hoy, han producido sin duda una desmoralización más importante de lo que habíamos analizado.
En fín, al no superar la barrera del 3% en ninguna de las siete circunscripciones, no obtenemos ninguna devolución de nuestros gastos de campaña. De este último aspecto de las elecciones europeas tendremos ocasión de volver a hablar en las semanas y meses que vienen.