Los tres mandatarios poseen propiedades, cuentas bancarias y coches de lujo que están bajo sospecha. La fiscalía, en desacuerdo con la decisión de la juez, presentará recurso
La ‘Françafrique‘ se resquebraja. La opacidad que ha rodeado tradicionalmente las relaciones entre Francia y sus antiguas colonias africanas – una nebulosa de intereses, intercambio de favores y tráfico de influencias – parece querer despejarse. Una juez, y no cualquier juez – Françoise Desset, decana del Polo Financiero, encargado de los grandes delitos económicos -, ha decidido abrir una investigación sobre el origen de los bienes que poseen en Francia los presidentes de tres países productores de petróleo ante la sospecha de que para su adquisición se hayan desviado fondos públicos. Se trata de Omar Bongo (Gabón), Denis Sassou-Nguesso (República de Congo) y Teodoro Obiang (Guinea Ecuatorial).
El presidente de Gabón, Omar Bongo Ondimba, tiene tiene un hotel en las proximidades de del Arco de Triunfo, de París, valorado en 39 millones de euros / AP / Salvatore Di Nolfi El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo /EFE / Salvatore Di Nolfi La iniciativa es inédita en Francia – nunca hasta ahora se había procedido judicialmente contra jefes de Estado en ejercicio por delitos económicos – y podría desencadenar una importante tormenta diplomática. El partido del presidente Bongo amenazó ya el pasado mes de marzo con «reexaminar« los acuerdos de cooperación entre Gabón y Francia si la acción judicial contra el jefe de Estado gabonés seguía hacia adelante. Ya en febrero, las cuentas bancarias del presidente habían sido bloqueadas por la justicia francesa para obligarle a pagar una deuda empresarial.
Está por ver, sin embargo, que este nuevo procedimiento culmine. Pese a la voluntad declarada del presidente Nicolas Sarkozy de refundar las relaciones con los países africanos sobre la base de la transparencia, el Gobierno francés está lejos de avalar este giro judicial. La fiscalía, dependiente jerárquicamente del Ministerio de Justicia, presentará con toda probabilidad un recurso en contra de la decisión de la juez Desset, sobre la que ya se había pronunciado negativamente. De la misma manera que ya había bloqueado en el pasado, en el 2007 y 2008, la apertura de una investigación sobre este asunto.
La decisión de abrir diligencias para determinar el origen de los bienes de los tres líderes africanos es fruto de una denuncia presentada en diciembre del año pasado por la organización Transparency Internacional France, que ya estaba detrás de las otras dos demandas anteriores. El presidente de la asociación, Daniel Lebèque, calificó ayer en un comunicado de «histórica» la decisión de la juez, sin esperar a ver si la investigación va adelante. Antes mismo de que se anunciara oficialmente la presentación de un recurso, el abogado de los demandantes, William Bourdon, cargó contra la fiscalía calificándola de «brazo armado y secular de la razón de Estado».
Los tres jefes de Estado africanos y sus familias poseen numerosas propiedades inmobiliarias – por valor de al menos 160 millones de euros -, cuentas bancarias y automóviles de lujo en Francia. Y además están perfectamente inventariadas por la policía financiera, que en el 2007 indagó al respecto antes de que el caso fuera archivado.
El presidente de Gabón, Omar Bongo, y su familia es, de los tres mandatarios, el que acumula mayores riquezas en el Hexágono: un total de 39 propiedades inmobiliarias – entre ellas un ‘hôtel particulier’ en las proximidades del Arco de Triunfo en París, valorado en 19 millones, y una villa en Le Véniset, al oeste de la capital -, 70 cuentas bancarias y una decena de coches de lujo, básicamente Mercedes y Ferrari. Buena parte de estos bienes están a nombre de su esposa e hijos. Le va a la zaga el presidente de Congo, Denis Sassou-Nguesso – que por más señas era su suegro -,quien entre él y su familia acumulan 18 propiedades inmobiliarias, 112 cuentas bancarias y un Aston Martin, propiedad de un sobrino.
Menos rico, en apariencia, el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, y los suyos acumulan básicamente coches: un total de ocho automóviles de lujo – de marcas como Rolls Royce, Bugatti, Ferrari, Maserati-valorados en más de 4 millones.